Europa aborda su desescalada con la vista puesta en tratamientos y vacunas contra la Covid-19 que deberán ser accesibles a nivel global. Pero el panorama internacional no ayuda a disipar dudas. Más bien las incrementa. El Viejo Continente se esfuerza por conseguir una vacuna, si, pero… ¿Y si esa vacuna se desarrolla fuera de Europa? ¿Hay un plan B?  Son algunas de las preguntas que rondan la mente de algunos eurodiputados. La Comisión Europea lo tiene en mente, pero entre sus planes no está, de momento, abogar por licencias obligatorias, como piden algunos grupos.

Las preocupaciones de los eurodiputados tienen nombre propio. A finales de abril, la Organización Mundial de la Salud movilizó a los líderes mundiales para acelerar la obtención de una vacuna. En el proyecto, que buscaba garantizar el acceso equitativo a los tratamientos, no tomaron parte ni Estados Unidos ni China, dos de los grandes corredores en el desarrollo de una vacuna.

Licencias obligatorias, un debate prematuro

La Comisión Europea lleva tiempo sondeando el comportamiento de ciertas potencias, especialmente de Estados Unidos, que ya ha comenzado a negociar con algunas empresas y tiene acuerdos y condiciones, como dejar en manos de las empresas el tema de la propiedad intelectual. Pero antes que apostar por un choque de fuerzas, se ha optado por iniciar un diálogo con el sector industrial farmacéutico, no ya a nivel europeo, sino global.

Anne Bucher, directora general de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea.

Así lo aseguró el 11 de mayo la directora general de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, Anne Bucher, en una comparecencia ante el Europarlamento para abordar las actuaciones en materia de vacunas y tratamientos. “Estas empresas nos dicen una y otra vez que es importante tener un proceso de autorización equivalente a la autorización de emergencia que existe en Estados Unidos. Así podríamos también producir la vacuna en Europa”, apuntó la directora general.

Y precisamente en esta vía se están produciendo conversaciones con la Agencia Europea del Medicamento, donde, recordó Bucher, ya existe “el acceso condicionado”. Todo ello hace pensar, para la Comisión Europea, que abogar por las licencias obligatorias, como ya se ha reclamado, “sería prematuro”.  

La producción, otro problema a abordar

Existe otro motivo por el cual la Comisión concluye que las licencias obligatorias no son necesarias a día de hoy. Es la capacidad de producción para garantizar ese acceso universal a la vacuna. “Ya sabemos que las instalaciones de producción van a ser totalmente insuficientes para poder cubrir la demanda a nivel europeo y mundial”, declaró la directora general.

Anne Bucher: “Ya sabemos que las instalaciones de producción van a ser totalmente insuficientes para poder cubrir la demanda de una vacuna”

Este reconocimiento llevó a Bucher a apostar por “ser selectivos” a la hora de plantear una estrategia de vacunación contra la Covid-19. Según Bruselas, habrá que “dar prioridad a los más expuestos”, en referencia a los profesionales sanitarios y la población mayor, antes de extender la vacunación a otros colectivos.

De ahí, también, que otra de las líneas de trabajo prioritarias siga siendo el cómo aumentar la capacidad de producción en territorio comunitario. Mientras las autoridades nacionales en Sanidad y Ciencia analizan esta cuestión dentro de sus fronteras, Europa dialoga con la industria farmacéutica. “Intentamos comprender dónde están los cuellos de botella en la fabricación y puesta a disposición de vacunas”, dijo Bucher.

 “Habrá que negociar”

Ni qué decir tiene que entre esos ‘cuellos de botella’ también están cuestiones de propiedad intelectual y de acceso al mercado. “Habrá que negociar”, aseguró la portavoz de la Comisión Europea. Y si hay que negociar con la industria, no puede ser desde la base de las licencias obligatorias.

De cara a esa negociación se barajan varios instrumentos para potenciar el desarrollo y la producción de vacunas en Europa. Primero, facilitar “subsidios a la industria”. Tampoco se descarta utilizar el instrumento de ayuda de emergencia dotado de 2.700 millones de euros. En tercer lugar, se contempla otorgar créditos a través del Banco Europeo de Inversiones. Por último, estaría el mecanismo de compras conjuntas.

“Estamos siguiente de cerca estos proyectos y nos estamos preparando para poder acceder a la vacuna, que con un poco de suerte aparecerá en 2021”, concluyó Bucher.

Más de 100 proyectos en vacunas; más de 300 medicamentos en estudio…
Y cómo garantizar que no haya desabastecimientos

Actualmente existen más de 100 proyectos de investigación de vacunas en todo el planeta. Ocho de ellos ya están en fase de evaluación clínica y tres de ellos, según la Comisión Europea, reciben ayuda de Horizonte Europa. Asimismo, más de 300 medicamentos están en estudio en todo el mundo. La mayoría son fármacos preexistentes. Solo en territorio europeo, 40 productores han contactado con la Agencia Europea del Medicamento para solicitar asesoramiento científico antes de realizar los ensayos clínicos.

Los trabajos avanzan también en otros ámbitos. Por ejemplo, para garantizar una autorización rápida de las innovaciones, cuando aparezcan, o su almacenaje a través de reservas estratégicas. Pero pocos objetivos son tan importantes como la garantía de suministro. Los desabastecimientos ya suponían un problema antes de la Covid-19, y ahora lo son más.

La Comisión Europea y la EMA quieren prevenir cualquier problema de suministro con las futuras terapias contra el coronavirus. De hecho, ya se han implementado mecanismos que facilitan el diálogo con la industria y con los agentes antimonopolio para evaluar, entre otras cuestiones, las capacidades de producción del sector. En la mente de todos están el no repetir los problemas que se registraron al principio de la pandemia con los fármacos para las UCIs.

También te puede interesar…