Cuando las instituciones europeas crearon la Unión Europea de la Salud, lo hicieron bajo la necesidad de liderar, coordinar y armonizar las políticas sanitarias de los 27 Estados miembro, sin interferir en las competencias propias de cada país. Una idea que se vio reforzada tras la pandemia de COVID-19, que puso de manifiesto la importancia de la cooperación y el trabajo conjunto.
Y todo ello, para ofrecer lo mejor a los pacientes: los mejores diagnósticos, tratamientos y cuidados. “Sin los pacientes no podríamos legislar; siempre están en el centro de nuestras políticas”, ha apuntado Dolors Montserrat, eurodiputada del Partido Popular Europeo (PPE), durante la jornada ‘European Beating Cancer Plan. Implementación en los Estados miembro’, celebrada en el Parlamento y organizada por la Fundación ECO y el PPE.
Este compromiso se ha materializado en materia oncológica a través del Plan Europeo contra el Cáncer, que cumple un año desde su aprobación. “La COVID-19 ha sido la gran lección: si hubiéramos afrontado la pandemia individualmente, nos hubiéramos equivocado. Teníamos que trabajar de forma conjunta y unida. El Plan europeo contra el Cáncer nos exige lo mismo: un nivel de cooperación alto. Si queremos luchar contra el cáncer tenemos que colaborar, converger y tener un espacio europeo de Big Data en salud”, ha expuesto la eurodiputada popular.
“Este plan supone más recursos, nuevos instrumentos y una voluntad renovada de luchar contra el cáncer en todos los rincones del mundo, sin brechas”, ha indicado Montserrat. Y es que, según la eurodiputada, se trata de un plan que, por primera vez, introduce el enfoque social, económico y psicológico de los pacientes y las familias, y no solo la perspectiva de la prevención, diagnóstico precoz, mejores tratamientos y mejor acceso. Asimismo, está enfocado en apoyar a los supervivientes, de ahí que se haya hecho tanto hincapié en el derecho al olvido.
Precisamente, Jesús García-Foncillas, vicepresidente de la Fundación ECO, considera que el Plan europeo debe ser la “hoja de ruta que permita buscar la mejor atención para el paciente oncológico, en cualquier rincón de la UE”. “Es un plan ambicioso que podemos plantearlo como espectadores o con una perspectiva proactiva; hay que discutir sobre dónde estamos, pero, sobre todo, dónde queremos llegar”, ha apuntado.
El vicepresidente de la Fundación ECO ha señalado que “estamos en un paradigma donde tenemos que concentrar los tumores poco frecuentes o de abordaje complejo“. Para ello, considera crucial contar con equipos donde “la experiencia asegure buenos resultados en el tratamiento” de estos tumores. “Esto lleva a que la Estrategia Europea contemple la puesta en marcha de centros de referencia y tengamos la oportunidad de facilitar el acceso a estos centros superespecializados para algunos tumores donde el abordaje requiere este nivel de expertise“, ha afirmado.
Diferencias e inequidades en el acceso
Los avances terapéuticos son los que dan esperanza a los pacientes con cáncer. En concreto, Dolors Montserrat ha apuntado al proyecto del lanzamiento de datos genómicos para implementar la medicina 4P: personalizada, preventiva, predictiva y participativa. “La genómica será un antes y un después en la lucha contra el cáncer”, ha aseverado la eurodiputada popular.
De hecho, desde el Plan europeo se anima a los Estados miembro a promover plataformas regionales de genética molecular y un acceso equitativo a los tratamientos avanzados, así como a crear estrategias innovadoras en detección precoz.
Es en el acceso a los tratamientos donde los expertos coinciden en que se debe hacer especial hincapié. “Tenemos que hacer un esfuerzo de estrategia armonizada en el acceso a todo tipo de innovación y opciones terapéuticas que marcan diferencias e inequidades en todo el territorio”, ha aseverado García-Foncillas.
En este punto ha sido especialmente crítico el eurodiputado de S&D, Nicolás González Casares. “Algo que está en el espíritu del informe final del Comité BECA es la desigualdad a todos los niveles: diferencias en el abordaje del cáncer en todos los países, pero también diferencias dentro de los propios países y diferencias socioeconómicas en los distintos estratos de la población”, ha apuntado el eurodiputado.
“La desigualdad no empieza cuando empieza el cáncer, sino que en la prevención y los estilos de vida de las personas”, ha expuesto González, quien considera que la desigualdad es uno de los “problemas estructurales del cáncer”. Por ello, apuesta por lograr que los avances estén “disponibles para todos” y lleguen a todos los pacientes de la UE.
Asimismo, González ha abogado por que los Estados adopten e implementen las nuevas técnicas de diagnóstico precoz, que “usen indicadores y obtengan resultados de esas técnicas”. “Tenemos que mejorar el diagnóstico. Tenemos que prestar interés en el desarrollo de nuevas técnicas diagnósticas. Tenemos que investigar y dedicar recursos a la investigación”, ha apuntado.
En este sentido, para González, el espacio europeo de datos supone una “oportunidad”: “No tenemos suficientes datos de una determinada patología; conseguir datos en algunos Estados miembro es muy difícil. Conjugar datos es fundamental, y más en cáncer“, ha indicado.
Bartosz Arlukowicz, eurodiputado polaco del PPE y quien fuera el presidente del Comité BECA, coincide en la necesidad de acabar con la “desproporcionalidad”. “Si somos una comunidad europea moderna y dinámica, no podemos permitir que existan esas desigualdades”, ha afirmado. “No podemos permitir que en una parte de Europa un niño con leucemia tenga que esperar meses por un tratamiento y otro, en otra parte y con las mismas condiciones, tenga acceso a tratamientos que permitirán su curación”, ha instado.
Arlukowicz aboga por un sistema europeo que permita comprar los medicamentos más avanzados, con las tecnologías más punteras, y un sistema donde ningún paciente se queden sin acceso a esos medicamentos “críticos para su supervivencia”. Y, con este trasfondo, el Parlamento ha creado la nueva Comisión de Salud Pública, que busca “crear un buen sistema para los pacientes, que permita el acceso igualitario y de los mejores tratamientos a los pacientes”.
Colaboración entre todos los actores
Por su parte, Margarita de la Pisa, eurodiputada de Vox, ha puesto el foco en la colaboración con las sociedades científicas. “Tenemos mucho que aprender de ellas. La colaboración europea ya existe, pero hay que reforzar la comunicación con las sociedades para que la opinión de científicos y médicos no sea accesoria, sino vital“, ha asegurado.
De este modo, la eurodiputada ha apuntado a la necesidad de “formar equipo” entre profesionales y políticos. “El que está en el terreno es el que sabe las necesidades que hay”, ha aseverado. Y es que, tal y como ha indicado, no solo se debe poner la salud en el centro, sino también los valores que pueden servir de “pegamento” para que todos los grupos políticos trabajen en el mismo sentido. Y “cualquier esfuerzo en investigación o innovación va a dar frutos que todos vamos a disfrutar“, ha señalado De la Pisa.
En esta misma dirección ha ido Philippe Roux, DG Health and Food Safety Head of Unit B1: Cancer and Health in All Policies, quien ha destacado el trabajo conjunto: “Ya no trabajamos en departamentos estancos; estamos haciendo muchas sinergias que tendrán grandes beneficios y nos llevarán al éxito”, ha apuntado.
Asimismo, Roux ha hecho referencia a los perfiles de cáncer de 29 países europeos que elaboraron la Comisión Europea y la OECD, donde se recoge la situación oncológica del territorio nacional determinando sus “puntos fuertes, desafíos y ámbitos de actuación”. Para Roux, estos perfiles ayudan a los decisores políticos a “tomar las mejores decisiones”. En cuanto al perfil concreto de España, muestra que “sus niveles de mortalidad son de los más bajos de la UE”. El experto también ha puesto de relieve los esfuerzos de España de aumentar los niveles de participación en las vacunas en 2020, poniendo a nuestro país como ejemplo en la vacunación del VPH.
Por otro lado, la intervención Robert Carlson, director ejecutivo del National Comprehensive Cancer Network, ha ido dirigida a explicar el modelo de cáncer estadounidense y cómo se puede extrapolar a la UE. Así, ha resaltado la importancia de contar con centros de referencia en cáncer. Carlson ha expuesto que en Estados Unidos es el Instituto Nacional del Cáncer (NIH, por sus siglas en inglés) es quien establece una serie de “objetivos estratégicos” para que un centro se designe como centro integral de cáncer (NCI).
“Estoy segura de que vamos a conseguir crear centros europeos de referencia contra el cáncer, porque tenemos el camino que hay que seguir en esta década que será importante para la salud”, ha concluido Dolors Montserrat.