Tras las elecciones en Estados Unidos, en las que Donald Trump ha resultado ganador, la campaña polarizada entre él y su oponente, Kamala Harris, dejó claro que la reducción de los precios de los medicamentos era una prioridad tanto para el partido republicano como demócrata, aunque con enfoques distintos. Pese a que el acceso a los medicamentos era un tema notorio en ambos partidos, el medio especializado Fierce Pharma refleja que este es un problema persistente y de interés bipartidista, admitiendo que si bien Harris y Trump no coincidían en el objetivo, sus métodos variaban significativamente.
Por un lado, este medio argumenta que Harris buscaba capitalizar la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) promulgada bajo el mandato de Joe Biden, la cual representa uno de los mayores avances para reducir precios de medicamentos. Esta ley, que no fue apoyada por los republicanos en el Senado, generó un debate profundo por sus posibles efectos sobre la innovación, y enfrentó críticas por parte de la industria farmacéutica. Sin embargo, los demócratas, según declaraciones de Mariana Socal, profesora de Política Sanitaria en la Universidad Johns Hopkins, a Fierce Pharma, partían con una ventaja en esta materia, ya que la administración Biden dejó una base sólida en cuanto a regulación y reducción de precios de medicamentos.
Trump, por su parte, tal y como confirma Socal, ha tenido una postura constante en cuanto a la transparencia de precios, impulsando medidas en su primer mandato que buscaban más transparencia en los costes hospitalarios y eliminar la facturación sorpresa. Sin embargo, su intento de implementar el modelo de ‘Nación Más Favorecida’ para vincular los precios de Medicare con un promedio de precios internacionales no prosperó debido a desafíos legales. A pesar de estos obstáculos, se especula que Trump podría revivir o ajustar estas propuestas en un posible segundo mandato.
Por otro lado, Socal menciona que la campaña del líder republicano para 2025 se apoya en un documento de la Fundación Heritage, conocido como el Proyecto 2025. Este plan sugiere una derogación de ciertos aspectos de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) y propone limitar el papel del gobierno en la fijación de precios. Aunque Trump ha negado públicamente su vínculo directo con este documento, algunos analistas consideran que el proyecto podría influir en sus políticas de salud si resulta elegido. John Barkett, experto en salud, ve en este documento un reflejo de las recomendaciones que ofrecerían los asesores republicanos a Trump en temas de precios de medicamentos.
Por su parte, el plan de Harris pasaba por intentar acelerar el proceso de negociación de precios de la IRA, expandiéndolo para incluir más medicamentos y aplicar descuentos antes de lo previsto. En su plan, buscaba ampliar la lista de medicamentos sujetos a negociación en Medicare, lo que representa una extensión de las medidas adoptadas por Biden. Aun así, analistas como Evan Seigerman, de BMO Capital Markets, explicaban a Fierce Pharma que era poco probable que el Congreso permita cambios significativos en la IRA, debido a los retos legislativos de modificar una ley establecida mediante conciliación presupuestaria.
Regulación de la FDA
La regulación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) también es un tema de interés. Trump ha expresado su intención de elegir a Robert F. Kennedy Jr., un conocido crítico de las vacunas, al frente de la agencia, lo que podría llevar a una serie de cambios radicales. En este sentido, según Fierce Pharma, Kennedy ha lanzado mensajes críticos hacia los empleados de la FDA y ha prometido reformar la agencia, lo cual podría incluir cambios en el personal y en los procedimientos de aprobación de medicamentos. Harris, en cambio, había expresado su compromiso con una FDA fuerte e independiente, tal como se vio en su apoyo a la agencia en la demanda legal por el acceso al medicamento abortivo mifepristona.