Hasta el día 11 de julio de 2021, se habían administrado en España 47.780.916 dosis de vacunas frente a la COVID-19, que corresponden a un total de 28.128.536 personas. El 70% de las dosis administradas correspondieron a Comirnaty, el 18% a Vaxzevria (antes COVID-19 Vaccine AstraZeneca), el 9% a Spikevax (antes COVID-19 Vaccine Moderna) y el 3% a COVID-19 Vaccine Janssen. Así se recoge en la última actualización (7ª) del Informe sobre Farmacovigilancia de vacunas COVID-19 elaborado por la Agencia Española del Medicamento (Aemps).
De todas estas inoculaciones, la Agencia tiene constatadas un total de 32.901 notificaciones de acontecimientos adversos, lo que correspondería a 67 notificaciones por cada 100.000 dosis administradas (0,06 por ciento). La mayoría de las notificaciones corresponden a personas de entre 18 y 65 años (88%) y mayoritariamente a mujeres (77%).
Según se destaca en este informe, de las 32.901 notificaciones de acontecimientos adversos, 6.390 fueron consideradas graves (20 por ciento del total), entendiéndose como tal cualquier acontecimiento adverso que requiera o prolongue la hospitalización; dé lugar a una discapacidad significativa o persistente, o a una malformación congénita; ponga en peligro la vida o resulte mortal, así como cualquier otra condición que se considere médicamente significativa.
De las notificaciones de acontecimientos adversos consideradas graves recibidas hasta el 11 de julio, 254 presentaron un desenlace mortal. No obstante, la Aemps recuerda que “estos acontecimientos no pueden considerarse relacionados con las vacunas por el mero hecho de notificarse”. “En la gran mayoría de los casos notificados en España, el fallecimiento se puede explicar por la situación clínica previa del paciente y/u otros tratamientos que estuviera tomando, y las causas son diversas sin presentarse un patrón homogéneo”, concretan.
Trastornos generales
En líneas generales, los trastornos generales que más notificaciones generan para todas las vacunas COVID-19 que actualmente se administran son fiebre o dolor en la zona de vacunación, seguidos de los trastornos del sistema nervioso (mayoritariamente, cefaleas y mareos) y del sistema musculo-esquelético (principalmente, mialgia y artralgia).
“Todos ellos están ya identificados como reacciones adversas en las respectivas fichas técnicas “y la gran mayoría son reacciones pasajeras que pueden aparecer en los primeros días tras la vacunación”, destaca este informe.