La ministra de Sanidad, Mónica García

Uno de los culebrones que ha vivido la industria farmacéutica nacional en los últimos años está cerca de terminar. Después de numerosos anuncios, prórrogas encadenadas, varios ministros al frente de la Sanidad española y flecos que no se terminaban de cerrar, la presentación del Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica es inminente.

Este proyecto es uno de los desvelos del sector, que lleva años viendo cómo los plazos se han ido eternizando sin que llegase el Plan en cuestión. No obstante, y según fuentes ministeriales de toda solvencia consultadas por ElGlobalFarma, es cuestión de semanas: en el mejor de los escenarios podría cristalizar antes de final de año y, de lo contrario, lo haría en los compases iniciales de 2025.

Anunciado en el año 2021, con la pandemia todavía muy presente y como uno de los puntales de la recuperación post-COVID, la primera fecha que se marcó para que este proyecto tuviera luz verde fue el año 2022. Este plazo lo determinó Carolina Darias, que avanzó que el proyecto iba a “facilitar el desarrollo y el acceso a la innovación y la sostenibilidad del sector”. Sin embargo, el compromiso de la socialista no se cumplió y, finalmente, el Plan no va a ver la luz hasta casi tres años después y con una ministra de otro signo político.

De hecho, durante la elaboración de este Plan Estratégico han pasado hasta tres ministros por las dependencias del Paseo del Prado, 18: la mencionada Darias (PSOE), José Manuel Miñones (PSOE) y Mónica García (Sumar), bajo cuya gestión está prevista la luz verde del esperado Plan que sentará las bases de la industria farmacéutica en un momento clave en el que se espera un aluvión normativo fundamental para el futuro del sector.

Compromiso de García

Pese a ser un proyecto heredado, la ministra de Sanidad ha demostrado en varias ocasiones su compromiso con el impulso de este plan estratégico, determinante para la industria farmacéutica española. En unas jornadas celebradas en abril, García expuso que es “fundamental contar cuanto antes” con dicho plan, especialmente en un contexto en el que las necesidades, las amenazas a las que se expone la sociedad en materia de salud y el gasto farmacéutico van in crescendo.

Sobre el plan y sus puntos principales, la ministra subrayó que “debe garantizar la autonomía estratégica, cohesionar el sector y fortalecer el liderazgo público a lo largo de la cadena de valor del medicamento para que la innovación vaya alineada con el interés público, el bienestar social y las necesidades en materia de salud”.

En los últimos meses, en los que el proyecto ha enfilado su fase final, ya habían trascendido algunos borradores, en los que estaban trabajando actores fundamentales del sector, como Farmaindustria, junto al Ministerio. En ellos ha quedado reflejada la intención de que el plan sirviera para potenciar las capacidades de la industria en términos de I+D+i y reforzar su importancia estratégica.

En los últimos meses se ha hablado mucho sobre el proyecto, especialmente en el seno de las compañías. Sin ir más lejos, el asunto también se trató en la jornada con periodistas de este año que celebra cada ejercicio Farmaindustria. Allí, el director general, Juan Yermo, recordó el estrecho trabajo que han realizado durante los dos últimos años con el Gobierno para confeccionar el Plan, que tiene como uno de los pilares fundamentales es fomentar la I+D, aprovechando la sólida base que ya existe en investigación clínica en España: “Se espera que los cambios legislativos y administrativos refuercen la autonomía del país en este sector estratégico, pero nos preocupa que no se reconozca al medicamento como una inversión”, manifestó Yermo en aquella cita.

Tal es la importancia de este proyecto, y el alcance que tendrá una vez presentado, que en la elaboración han participado hasta cuatro ministerios: Sanidad, Industria, Ciencia y Hacienda. Queda por ver ahora cómo se ha aterrizado la letra pequeña del Plan y las medidas concretas que surgen de su redacción.


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