La Comisión Europea ha emitido una comunicación sobre el ‘Informe Anual sobre el Estado del Mercado Único y de la Competitividad en Europa‘, en el que desgrana las áreas de mejora para reducir burocracia o costes de producción, potenciar la ventaja competitiva de la UE o tener una fuerza laboral más calificada, entre otras.
El documento analiza el mercado, estructurado en torno a nueve factores de competitividad: acceso a capital privado; inversión pública e infraestructura; investigación e innovación; energía; circularidad; digitalización; educación y habilidades; y comercio y autonomía estratégica. Con ello, la Comisión contribuye al debate entre el Parlamento y el Consejo Europeo acera de los avances y las medidas necesarias para el futuro del mercado único y su competitividad.
Y es que la economía europea se enfrenta a diversos desafíos, como el cambio climático, los cambios geopolíticos, la aceleración tecnológica, los altos precios de la energía, la demografía, la escasez de mano de obra y habilidades, las dependencias estratégicas o la competencia internacional desleal, tal y como se menciona en el informe.
La clave para una economía sólida
El mercado único europeo ha proporcionado una “base económica sólida” en los últimos 30 años: gran conjunto de demanda, fuentes de suministro diversificadas y oportunidades para la innovación y el aumento de la producción, al tiempo que respalda derechos sociales sólidos y condiciones de trabajo justas.
“Representa una de las áreas de mercado integrado más grandes del mundo y es un pilar fundamental de nuestra competitividad”, ha recalcado Susana Solís, eurodiputada del Grupo Renew, en sus redes sociales. Y es que, tal y como se expone en el documento, la UE cuenta con más de 440 millones de consumidores y economías de escala significativas, lo que ha hecho que se convierta en el bloque comercial más grande del mundo.
Sin embargo, ha apuntado Solís, “aún queda un largo camino por recorrer”. “En un mundo en el que las economías emergentes y las potencias establecidas compiten ferozmente, la UE necesita fortalecer su competitividad y modernizar su mercado único para adaptarlo a las necesidades del presente. Solo así podremos garantizar que nuestra economía se mantenga sólida y competitiva en el escenario global en constante evolución”, ha afirmado.
En este sentido, la Comisión apunta que, junto a los Estados miembro, se debe continuar modernizando el mercado único europeo a través de “la correcta aplicación y el estricto cumplimiento de la legislación de la Unión a nivel nacional”. Y, par ello, la Comisión aboga por establecer oficinas nacionales específicas de mercado único, donde los países garanticen “el liderazgo superior y los recursos necesarios”. “Estas oficinas, que complementarían otras herramientas de colaboración, podrían contribuir en particular a abordar las barreras restantes a los servicios”, apunta el texto.
La innovación, en el centro
En el centro de una economía próspera y competitiva se encuentra la innovación. Y, por ello, se requieren “más esfuerzos”
para facilitar la colaboración en investigación y brindar apoyo a través de Horizonte Europa o el Programa Europa Digital.
En este sentido, el documento pone de manifiesto que, en el marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, los Estados miembro están movilizando más de 47.000 millones de euros en inversiones en reformar sus sistemas de I+i, además de 35.000 millones de euros en el marco de la política de cohesión.
Pero, además de aumentar las inversiones en I+i, la Comisión apunta a la necesidad de priorizar aún más los esfuerzos de investigación en torno a las necesidades de competitividad a largo plazo de la UE y fortalecer la traducción de los resultados de la investigación en aplicaciones comerciales prácticas. “A nivel de la UE, la Comisión seguirá desarrollando e implementando políticas dirigidas a la promoción de empresas emergentes y en expansión innovadoras de tecnología profunda y tecnología verde, incluso mediante el desarrollo de capacidades del Consejo Europeo de Innovación”, indica.
Autonomía estratégica
Por otro lado, el comercio es clave para la competitividad a largo plazo de la UE, ya que “fomenta la eficiencia y la innovación y abre mercados a los operadores de la UE”. Por tanto, la UE debería construir una red más moderna de acuerdos, asociaciones y alianzas comerciales, al tiempo que continúa trabajando para reforzar la cooperación multilateral y el comercio abierto, tal y como se refleja en el documento.
De este modo, la Comisión y los Estados miembro deberían:
- Supervisar activamente la resiliencia de las cadenas de suministro estratégicas y participar en las evaluaciones de riesgos previstas en la Estrategia de Seguridad Económica.
- Alinear las estrategias en las cadenas de suministro y crear capacidad industrial en áreas de importancia estratégica, explotando las sinergias de una acción coordinada.
- Promover la diversificación a través de la cooperación entre los actores industriales europeos y de los países socios en proyectos vinculados a las materias primas y las asociaciones digitales establecidas por la UE.
Transición verde y digital
La Comisión se esfuerza por combinar la doble transición verde y digital con un mercado único competitivo y sostenible. Y, en este contexto, considera esencial profundizar en la Unión de los Mercados de Capitales (UMC) para desbloquear la inversión privada y aumentar la competitividad de la UE. “Las inversiones necesarias para acelerar las transiciones ecológica y digital, mejorar la resiliencia e impulsar la competitividad de la Unión tendrán que provenir principalmente del sector privado”, apunta.
Eso sí, advierte que el capital riesgo “sigue siendo insuficiente para ampliar las empresas innovadoras y financiar el crecimiento futuro”. Así, la Comisión insta a los Estados miembro, las partes interesadas privadas y las instituciones de la UE a trabajar juntos en la UMC.
Del mismo modo, la Comisión aboga por “una inversión pública mayor y más estratégica, incluso a través de instrumentos más innovadores que ayuden a reducir el riesgo de las inversiones privadas”. En este sentido, la financiación de la UE continúa siendo vital para abordar las necesidades de financiación, evitando al mismo tiempo la fragmentación del mercado único debido a los diferentes niveles de ayuda estatal nacional (temporal), y para reducir las disparidades regionales.
Áreas sobre las que poner el foco
En resumen, las áreas identificadas por la Comisión Europea en las que la UE debe enfocarse son las siguientes:
- Reducir la burocracia: simplificar nuestras normativas y evitar la sobrerregulación por parte de los Estados miembro al trasponer regulación europea a nivel nacional.
- Reducir los costes de producción de la industria europea: priorizar el abaratamiento de los costes energéticos a través de la inversión en infraestructura transfronteriza y en energías limpias.
- Potenciar la ventaja competitiva de la UE: aumentar la inversión en investigación y fomentar el desarrollo de nuevos productos y servicios.
- Fomentar el emprendimiento: finalizar la UMC facilitando el acceso a la financiación privada, especialmente al capital de riesgo y emprendedor.
- Que todas las regiones sean competitivas: incrementar la inversión pública en sectores estratégicos y mejorar la implementación de los fondos de cohesión de la UE.
- Que las empresas europeas puedan competir a nivel mundial: promover el comercio justo y abierto y utilizar instrumentos de defensa comercial cuando sea necesario.
- Una fuerza laboral más calificada: reformar nuestro modelo educativo y asegurar que nuestros trabajadores tengan las habilidades necesarias para progresar en el mercado laboral actual.