La situación de pandemia ha provocado un escenario completamente atípico en las elecciones gallegas y vascas. Después de haber interferido en la celebración de los comicios, los programas se han readaptado para reaccionar a una necesidad común: responder a la crisis sanitaria provocada por la COVID-19.
El cambio de paradigma generado por la incidencia del SARS-CoV-2 se ha colado así en los programas de todos los grupos políticos, que ofrecen dentro de los mismos una batería de medidas para combatir de forma eficaz al virus originado en la provincia china de Wuhan.
Partido Popular y Ciudadanos
El Partido Popular principales opositores a revalidar su puesto al frente de la Xunta, apuestan por un refuerzo de los recursos humanos en salud pública. En este sentido, el PPdeG insiste en la demanda al Gobierno central de que se dé luz verde a la convocatoria de 3.500 plazas en el SERGAS. La formación liderada por Feijóo también busca priorizar la Atención Primaria, convertida en red de vigilancia activa ante epidemias, y aquellos servicios especialmente vinculados con la COVID-19.
En País Vasco, donde se presentan en forma de coalición con Ciudadanos, esgrimen como principal argumento la promoción de un Pacto por la Sanidad con el fin de potenciar la investigación y la industria sanitaria. Asimismo, se aboga también por una revisión del primer nivel asistencial o el refuerzo de la teleasistencia, entre otras medidas.
Las medidas socialistas
Entre las propuestas socialistas en Galicia para fortalecer la red de profesionales y recursos de salud pública se encuentran el apoyo a la I+D+i o un plan de seguridad, detección, comunicación y un protocolo de acción. Asimismo, la formación liderada por González Caballero ha elaborado un anexo titulado “Plan Rexurde Galicia” donde se analiza la crisis sanitaria y se plantean algunas medidas para superarla.
Por otro lado, en Euskadi la formación aboga por una revisión de la Atención Primaria que incorpore una estrategia de Salud Pública, así como por la constitución de un Comité Permanente para Asuntos Epidemiológicos. Del mismo modo, plantean determinar un stock de reserva estratégica de material sanitario mediante un acuerdo en el seno del CISNS.
Las propuestas nacionalistas en Euskadi
Con el fin de mantener a raya los posibles rebrotes, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) lleva dentro de su programa la apuesta por potenciar los servicios de Atención Primaria. De igual manera, la detección precoz de nuevos casos, su control, así como la respuesta suficiente en camas UCI hospitalarias, recursos humanos (refuerzo de plantillas de Osakidetza) y sanitarios, están también subrayados en su agenda como prioridad. Por otro lado, la formación encabezada por Urkullu tiene como intención aprobar una Ley de salud pública vasca que vigile, ampare y proteja ante posibles nuevos casos de pandemia global.
En el caso de EH Bildu, su hoja de ruta hasta 2024 está también inevitablemente, marcada por la pandemia. Para actuar en este sentido, la formación opta por implementar un plan de emergencia para convivir con la COVID-19. Dentro del mismo, enumera propuestas como firmar un convenio para la colaboración permanente con la UPV y los centros de Investigación de la CAPV. Asimismo, apuesta por reorganizar Osakidetza para reaccionar con rapidez ante futuras epidemias, además de defender el reconocimiento de la COVID-19 como enfermedad laboral.
BNG y Podemos: Refuerzo de lo público y profesionales
Desde el Bloque Nacionalista Gallego (BNG) entronca en su programa la respuesta frente a la COVID-19 con la defensa de la Sanidad Pública. En consecuencia, el texto del partido defiende un aumento de su presupuesto, el fortalecimiento del Servicio Gallego de Salud, un uso intensivo de recursos de la red pública y la recuperación para la gestión única de la Xunta de las infraestructuras construidas por el sistema público-privado, entre otras medidas.
Una defensa que también comparte Galicia en Común-Anova Mareas, que aboga por dotar a la sanidad de recursos materiales y humanos suficientes para lograr un sistema público verdaderamente universal. En su batería de propuestas contra la COVID-19 encabeza la lista un plan de choque ante un posible rebrote en el que se inclina por la previsión de medicalización de residencias o un aumento de la contratación de personal sanitario. Unos profesionales para los que defienden la devolución de condiciones de trabajo decentes.
En territorio vasco, Elkarrekin Podemos-IU apuesta por la misma fórmula de plan de choque. Compuesto por 15 medidas, estar se cimentan en un blindaje en los presupuestos de Osakidetza, refuerzo de las plantillas de atención primaria y enfermería.
Farmacia e I+D+i, presentes en las agendas vasca y gallega
Los populares gallegos han señalado en su hoja de ruta como una de sus prioridades el desarrollo de la Ley de Regulación Farmacéutica. Aprobada en 2019 sin ningún voto en contra en el Parlamento y con el consenso del sector, apuntan a la necesidad de completar la renovación de la normativa con la concreción de aquellos aspectos que la Ley determinó habían sido detallados a través del reglamento correspondiente.
Asimismo, el PPdeG refleja su interés por el progreso de “la transferencia inversa de conocimiento de la investigación biomédica, orientando la investigación de los centros de investigación de salud pública hacia resultados que lleguen antes a la sociedad y a los pacientes, promoviendo estudios de investigación relacionados con nuevas patologías como la COVID-19”.
En País Vasco, el PNV sitúa dentro de su agenda el desarrollo de políticas de pago por resultados a la industria farmacéutica. Asimismo, aboga por el uso adecuado y racional del gasto farmacéutico, innovando en la mejora continua de una prescripción eficiente y de calidad. De igual manera, dentro de sus medidas se encuentra también potenciar la receta por Principio Activo y el consumo de genéricos.
Por otro lado, fijan como compromiso la elaboración de un nuevo Plan de ciencia, tecnología e innovación con el horizonte 2030, además de apostar de manera decidida por aumentar las inversiones en I+D+i hasta equiparar Euskadi con las regiones y países más avanzados.