El Gobierno vasco viene desde hace tiempo confirmando su fuerte apuesta por una salud pública sólida para dar respuesta a los retos que enfrenta este área en clave presente y futuro. Así lo avanzó a esta publicación su consejera de Salud, Gotzone Sagardui, en un encuentro exclusivo en la sede de su departamento; ahora, EL GLOBAL profundiza aún más en este ámbito con la responsable directa del mismo, Itziar Larizgoitia, directora de Salud Pública y Adicciones desde 2020 dentro del equipo de Osakidetza.
Pregunta. A raíz de la pandemia, la salud pública ha ganado peso tanto en las agendas estratégicas regionales. ¿Cuáles son las principales preocupaciones del Gobierno autonómico en este ámbito?
Respuesta. Una vez superada la fase más aguda de la pandemia del COVID-19, el principal objetivo en estos momentos es el de desarrollar un marco estratégico que permita el desarrollo de un conjunto de políticas coherentes y efectivas tendentes a mejorar en su conjunto la salud, condiciones y entornos de la población de Euskadi hacia cotas más saludables y equitativas en términos de salud.
En este sentido, en breve se lanzará un nuevo plan de salud con el mandato de orientar las políticas y actuaciones que incidan en la salud de la ciudadanía en los próximos ocho años. Este se basa en los principios de salud en todas las políticas, reducción de desigualdades en salud y enfoque ‘One health’. En este marco, destacan como prioridades el desarrollo integral y saludable de los niños, niñas y adolescentes, la reducción de la morbimortalidad evitable en el conjunto de la sociedad, el fomento del envejecimiento activo y de vida plena, la búsqueda de la excelencia de los servicios asistenciales y el fomento de la investigación e innovación en salud, y la coordinación y sinergia de las políticas e instituciones que inciden en la salud.
“En breve se lanzará un nuevo plan de salud para orientar las políticas y actuaciones que incidan en la salud de la ciudadanía en los próximos ocho años”
La reducción de desigualdades en salud es un objetivo transversal a todas las acciones y políticas, así como el reconocimiento de las personas como los protagonistas de su salud. Nuestra prioridad también pasa por reforzar las estructuras de salud pública en Euskadi y en fomentar y apoyar las alianzas estratégicas con el resto de agentes sectoriales que inciden en la salud.
P. Una gran preocupación de este área es la lucha contra las resistencias antimicrobianas. ¿Cuál es la acción de Euskadi en este sentido?
R. La resistencia antimicrobiana es una de las principales amenazas para la salud del planeta que requiere de medidas multisectoriales urgentes a muchos niveles de actuación. Desde Euskadi, participamos en el Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN). A nivel sanitario hay un grado relevante de desarrollo en lo que se conoce como “programas de optimización del uso de antibióticos” y de reducción de su uso, así como numerosas otras iniciativas en cuanto a formación y protocolización. Todas ellas son líneas de trabajo esenciales en el plan de acción contra la resistencia antimicrobiana.
Desde el sector de la ganadería y agricultura se está trabajando en líneas estratégicas importantes en este sentido. Las perspectivas y áreas de acción son múltiples, ya que el uso de antibióticos se da en ámbitos de sanidad humana, animal y en la producción de alimentos. Los restos de antibióticos quedan y circulan en el medio ambiente, y las resistencias viajan a través de las fronteras; al mismo tiempo que la producción de nuevos antibióticos es muy limitada y globalizada al igual que su distribución. Es necesario actualizar y avanzar la estrategia de manera coordinada. Entre los objetivos de salud pública, además de avanzar en la coordinación y actualización de la estrategia, está el refuerzo de la vigilancia continua de las resistencias, la evaluación de diferentes actuaciones y programas, y la coordinación entre agentes.
P. La UE baraja diferentes modelos de incentivos a la I+D de antibióticos. ¿Qué opinión le merecen las opciones manejadas ante los problemas de escasez?
R. La UE ha desarrollado un ambicioso plan de acción para hacer frente al problema de la resistencia antimicrobiana. Entre sus puntos reconoce los graves riesgos económicos que presenta el actual sistema de investigación y producción para el desarrollo de nuevos antibióticos. Los modelos de financiación de la investigación y producción y los incentivos actuales no son suficientes para potenciar el ritmo y ambición necesarios ante la amenaza de las resistencias.
“Es necesario diseñar otros nuevos escenarios hasta que pueda asegurarse un marco estable para la investigación y el desarrollo de nuevos antimicrobianos”
Es necesario delinear nuevos esquemas que permitan dotar de seguridad financiera a la investigación y desarrollo en este campo. En este sentido, las propuestas que se están avanzando deben ser exploradas y evaluadas con determinación, así como diseñar otros nuevos escenarios hasta que pueda asegurarse un marco estable para la investigación y el desarrollo de nuevos antimicrobianos.
P. Las coberturas vacunales en la población pediátrica son muy altas en Euskadi, pero las de adultos tienen un amplio margen de mejora. ¿Cree posible cambiar esta tendencia?
R. Hemos de partir desde el convencimiento de que la vacunación es un acto voluntario y, por tanto, aunque desde una perspectiva de salud pública aboguemos por alcanzar mayores cotas de inmunización porque conllevarán una reducción de la carga de enfermedad asociada en el conjunto de la población, la ciudadanía tiene la última palabra a la hora de decidir su posición con respecto a la vacunación en general, y sobre vacunas concretas en particular. En general, las vacunas se asocian más fácilmente con la infancia, y así se da en general una gran aceptación de su utilidad e importancia como las intervenciones fundamentales que son, salvadoras de vidas desde sus etapas más tempranas y vulnerables.
En la edad adulta, estamos posiblemente más acostumbrados a relacionarnos con las vacunas ante viajes a lugares donde se den enfermedades transmisibles susceptibles de vacunación, y posiblemente seamos menos conocedores de las nuevas vacunaciones que se van desarrollando y se ofrecen a la población adulta.
“En los próximos años veremos todo un nuevo rango de vacunas como soluciones ante múltiples problemas de salud que hemos aceptado como inevitables”
En los próximos años y décadas veremos todo un nuevo rango de vacunas como soluciones ante múltiples problemas de salud que hemos aceptado como inevitables. Y es que, por ejemplo, se está especulando con la dimensión infecciosa de muchas enfermedades incurables. El caso de la asociación entre el virus del Eppstein-Barr y la esclerosis múltiple es uno de los últimos descubrimientos significativos. Estos avances del conocimiento científico, junto a las nuevas tecnologías que se están desarrollando y aplicando en el ámbito de la producción de vacunas, llevarán a que el campo de la inmunoprofilaxis evolucione de manera muy significativa en los próximos años.
P. ¿Podrían estudiar poner en marcha medidas para mejorar las coberturas de vacunación en la población adulta sana y con patologías de riesgo?
R. Es probable que muchos adultos no sean conocedores de las inmunizaciones que se encuentran disponibles y que son altamente beneficiosas en la edad adulta. En este sentido, sería posible mejorar las tasas de cobertura con una mayor información dirigida a los ciudadanos, junto a recordatorios y facilidades a los y las profesionales sanitarias para que puedan informar adecuadamente a sus pacientes e inmunizar en sus consultas. También hay una corriente de pensamiento que, aunque minoritaria, es relevante y que lleva a dudar de la efectividad y seguridad de las vacunas o del beneficio que pueden reportar a título individual, y que en conjunto lleva a que la demanda o interés por las vacunas, disminuya.
Aunque pueda ser más costoso modular esta tendencia, está demostrado que las recomendaciones de los y las profesionales, basadas en una relación de confianza con sus pacientes, sobre los beneficios y seguridad de las vacunas, así como su escucha y aclaraciones de las dudas que puedan presentar sus pacientes, son uno de los métodos más efectivos para aumentar las coberturas vacunales.
P. El pasado diciembre se aprobó el nuevo Calendario Vacunal para 2023, ratificado por el Consejo asesor de vacunas de Euskadi. ¿Qué opinión le merecen las nuevas recomendaciones?
R. Efectivamente, el año pasado se incorporaron nuevas inmunizaciones al calendario vacunal tanto infantil como del adulto. Es una muy buena noticia ya que supone que el Sistema Nacional de Salud (SNS) amplía su capacidad para prevenir enfermedades asociadas en su conjunto a alta morbilidad y mortalidad. Entre ellas, me gustaría destacar la incorporación de la inmunización contra el VPH a niños, al igual que desde hace años se ofrece a las niñas al cumplir los 12 años. De esta forma se abre la posibilidad de contemplar una reducción significativa del VPH en las generaciones futuras de nuestra población y con ello esperamos observar una disminución de los cánceres y lesiones asociadas con este virus. Son muy buenas noticias.
P. Junto a la vacunación de VPH en varones, País Vasco ha incluido las vacunas frente a gripe infantil y meningitis B. ¿Qué objetivos se marcan y qué acogida esperan? ¿Cómo avanza la inmunización frente al herpes zóster?
R. Creemos que las nuevas vacunaciones contra la meningitis B y el VPH en niños tendrán muy buena acogida. Hay una sensibilidad muy importante en Euskadi hacia las vacunas en edad infantil, particularmente frente a enfermedades de gran letalidad y morbilidad como son las enfermedades meningocócicas. La buena receptividad a la vacuna del VPH por parte de las niñas y de sus familias, nos hace pensar que también será bien recibida en el caso de los niños. Veremos en el próximo otoño si la vacunación frente a la gripe infantil se recibe también de forma positiva; pensamos que sí.
“Creemos que las nuevas vacunaciones contra la meningitis B y el VPH en niños tendrán muy buena acogida”
La vacunación del herpes zóster se inició el año pasado para población con condiciones de inmunosupresión, y este año comienza la vacunación a población general comenzando por la cohorte de 65 años. Todavía es pronto para valorar cómo será acogida esta nueva vacunación.
P. ¿Considera mejorable el proceso y los tiempos para la aprobación de la inclusión de nuevas vacunas?
R. La incorporación de nuevas vacunas es un proceso muy complejo y que lleva mucho tiempo. Al desarrollo de una nueva vacuna, que en sí mismo reúne un conjunto de procedimientos científico-técnicos de muy alta complejidad y de muy larga duración, se añaden las evaluaciones necesarias para su autorización por parte de las autoridades regulatorias. Posteriormente, se hace ineludible realizar y ponderar una serie de valoraciones a partir de análisis y estudios que consideren la carga de enfermedad en nuestro contexto así como un conjunto de aspectos éticos asociados a su posible incorporación.
También es necesario valorar las repercusiones de su potencial incorporación en el calendario de vacunación y finalmente realizar una evaluación económica, donde se consideran aspectos de precio y de financiación, y de la relación coste-efectividad de la vacuna. Todos estos análisis son complejos que requieren estar coordinados y consensuados por múltiples actores. En definitiva, son procesos que requieren de tiempo, de estudios y de consideraciones desde muchos ángulos, antes de poder dar el paso definitivo de su incorporación al calendario vacunal.