Ya está todo en marcha para que el anteproyecto de Ley del Medicamento llegue al Consejo de Ministros. En concreto, el Ministerio de Sanidad espera aprobar en primera vuelta esta normativa –una de las más esperadas y de mayor calado para el sector– la próxima semana, en la reunión del martes 8 de abril. Aunque la ministra de Sanidad, Mónica García, apuntaba a enero o febrero de este año para poder llevarla al Consejo de Ministros, se está retrasando al ser una ley de gran envergadura.
A principios de año, García confiaba en llegar a un acuerdo. “Cuando hablamos de salud y sistema de salud es un aglutinador de todos los intereses políticos y estamos seguros de que vamos a llegar a un consenso“, recalcó. Sin embargo, tras filtrarse el borrador del anteproyecto, el sector de la industria farmacéutica no estaba conforme con el texto. Juan Yermo, director general de Farmaindustria, considera que “no refleja los objetivos y el detalle de la Estrategia de la Industria Farmacéutica“.
SPR o copagos, en el foco
Aunque aún queda por ver la redacción definitiva del texto, el borrador filtrado hace unos meses incluía la modificación del Sistema de Precios de Referencia (SPR), con el objetivo de buscar “un entorno que facilite la entrada rápida de los medicamentos genéricos y biosimilares una vez que expiran los periodos de protección”. Así, según siempre dicho borrador, se establecían “criterios de flexibilidad para medicamentos“.
Otro hito importante que contemplaba el borrador tiene que ver con la modificación de la disposición adicional sexta, que “alude a una disposición que obliga a los comercializadores de medicamentos a nivel ambulatorio a reembolsar a las administraciones públicas en función del volumen de ventas que ellos obtienen en las oficinas de farmacia”.
En este sentido, recogía que “respecto a los productos sanitarios, la ley incluye el compromiso desarrollar un programa para el fomento de la competitividad de esta industria, de forma que le pueda ser aplicable en términos similares a lo que ya se hace con los medicamentos”. Por tanto, advertía que “dado que uno de los objetivos de esta ley es fomentar la competitividad, se deberá tener en cuenta cuál es el régimen de adquisición de estos productos, e incentivar la competencia mediante su exención o minoración de dicha aportación”. Es muy importante que estos retornos que se producen como aplicación de la disposición adicional sexta contribuyan al sistema redundando en un acceso mejor y más sostenible a medicamentos y productos sanitarios.
Además, según ha manifestado la ministra en otras ocasiones al ser preguntada al respecto, la normativa abordará “medidas destinadas a proteger a las rentas más bajas y a aumentar la progresividad del copago farmacéutico“, estableciendo una serie de nuevos tramos de renta. Una medida que tiene en contra a la Comunidad de Madrid, pues critican que Sanidad delegue en Hacienda parte de las competencias del régimen de copago farmacéutico. “La equidad, el precio y el acceso, el precio de los fármacos y la alta tecnología es algo que se debería debatir en el Consejo Interterritorial”, remarcó la consejera de Sanidad madrileña, Fátima Matute.
Innovación incremental, en el aire
Finalmente, a falta de ver el texto definitivo, queda en el aire el encaje de la innovación incremental. Desde Farmaindustria apuntan que su reconocimiento sería “una buena noticia para los pacientes, profesionales y sistema sanitario, al igual que para muchas compañías nacionales que basan su I+D en este tipo de innovación”.
La innovación incremental se intentó respaldar en forma de una disposición que incorporó el dictamen del proyecto de ley de la Agencia Estatal de Salud Pública y que modifica el artículo 98 de la Ley del Medicamento para contemplar la exclusión de aquellos fármacos que supongan innovación incremental del SPR. Sin embargo, el inesperado rechazo del Congreso de los Diputados al proyecto de ley para la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública (AESP), con 167 votos a favor, 176 en contra y 2 abstenciones, también afectó al reconocimiento de la innovación incremental.