Para Dolors Montserrat llegar a ser ministra de Sanidad, Servicios Sociales, Igualdad y Consumo no fue tarea fácil. Y razón no la falta. Ella sola asumió el trabajo que hoy en día se reparten cuatro ministros diferentes. El diálogo, el tesón y la ilusión alumbraron la carrera de una mujer que ha dado el salto de la política nacional a la europea. Un logro que no está al alcance de cualquiera.
Pregunta. ¿A qué retos se ha enfrentado en su carrera política como mujer?
Respuesta. Decidir dar el paso en política y hacerlo en el municipalismo, desde el ámbito local, en Cataluña, donde el nacionalismo señala… No ha sido un camino sencillo. También fue un gran reto ser ministra de Sanidad, Servicios Sociales, Igualdad y Consumo; ahora lo llevan cuatro ministros, pero en mi etapa lo llevaba una sola mujer: yo misma. Fueron muchos retos que superar, acuerdos que alcanzar desde el diálogo… En cada etapa de mi vida política he tenido que superar retos, pero, al final, si una desempeña su trabajo convencida, ilusionada y con pasión, no hay reto que se resista.
P. ¿Una mujer se encuentra con más dificultades que un hombre a la hora de liderar un partido político?
R. Tengo la suerte de formar parte de un partido que cree realmente en el talento femenino. Un partido que ha sido un gran impulsor para romper techos de cristal dentro de la política, con grandes mujeres entre sus filas. Pero es cierto que una mujer, no solo en política, sino en los diferentes sectores, tiene dificultades. Es un dato objetivo que, a veces, la mujer frena su carrera profesional por la maternidad, el cuidado de sus hijos o sus mayores… y desde la política tenemos que ayudar a la conciliación y a la corresponsabilidad. Venimos de una sociedad de roles divididos en la que nuestros abuelos trabajaban y nuestras abuelas se encargaban del cuidado de la casa y de la familia. En la generación de nuestras madres, estas ya se incorporaban al mundo laboral, pero con roles duplicados: trabajaban y, a la vez, mantenían el rol de cuidar a la familia. Ahora estamos en un momento importante: la sociedad de la corresponsabilidad. Por eso, tenemos que trabajar desde la política para romper esos techos de cristal o de cemento.
P. ¿Bastaría con las políticas de conciliación actuales para romper esos techos de cristal?
R. Hemos avanzado muchísimo, pero debemos continuar trabajando en la educación en igualdad, sin dogmas, y en la visibilidad de las mujeres referentes que han roto estos techos de cristal, porque así permiten a las futuras generaciones tener modelos a seguir. Queda mucho camino por recorrer y desde la política hay que seguir contribuyendo a luchar contra la brecha salarial, contra la brecha en STEM, donde muchas jóvenes no se apuntan a carreras tecnológicas, y contra la violencia de género. Me llena de orgullo haber sido la ministra de Igualdad que consiguió un pacto de Estado para luchar contra la violencia de género con el apoyo casi unánime de toda la sociedad, de todas las administraciones. Y cuando era ministra de Igualdad, estaba en un Gobierno en el que fuimos capaces de conseguir el récord de mujeres trabajando, que apostamos por el emprendimiento de la mujer y, sobre todo, que reducimos la brecha salarial. Este es el camino a seguir, no solo en España, sino también en Europa.
P. ¿Hay alguna diferencia entre España y Europa en cuanto al liderazgo femenino?
R. El PP español, uno de los grandes impulsores en romper el techo de cristal y promover la igualdad, también forma parte de la familia popular europea y están en la misma línea: demostrar, con hechos, la igualdad real y efectiva. Por primera vez en la historia tenemos una mujer presidenta de la Comisión Europea y es del PPE, Ursula von der Leyen. También es la primera vez que tenemos una mujer liderando el Banco Central Europeo, Christine Lagarde, o la presidenta del Parlamento Europeo, mujer y del PPE, Roberta Metsola. En el Partido Popular, español y europeo, creemos tanto en el talento femenino como en el masculino. En lo que tenemos que trabajar es en conseguir esa normalización, ese romper los estereotipos para que todos estos modelos a seguir ayuden a futuras mujeres.
P. ¿Las políticas de salud en Europa tienen perspectiva de género?
R. Totalmente. Y un ejemplo es que en Europa quienes han dado soluciones y respuesta a la crisis de la COVID-19 han sido todas mujeres: Ursula von der Leyen, presidenta de la CE; Stella Kyriakides, comisaria de Salud de la UE; Sandra Gallina, directora general de Salud de CE; Emer Cooke, directora de la EMA; Andrea Ammon, directora del ECDC. Por tanto, el haber dado una respuesta a la crisis de la COVID-19 lleva nombre de mujer. No solo está la igualdad en nuestras políticas de forma transversal, sino que las mujeres hemos liderado la posición de nuestra salud pública en un momento de crisis.
P. Como madre y política, ¿qué le diría a una mujer que quiere hacer carrera como investigadora, médica… profesiones que históricamente han ejercido los hombres?
R. Que nunca se rindan, que nadie decida por ellas y que puedan ejercer en libertad en aquello que quieran ser. Desde la política tenemos que ayudar a que esto pase. Por ejemplo, en cuanto a visibilización en el ámbito sanitario, las mujeres que son responsables de una nueva investigación o de un nuevo medicamento no aparece su nombre en los titulares, al contrario que ocurre en el caso de los hombres.