El coronavirus es ya oficialmente el enemigo público número 1 a nivel mundial. La movilización global es un hecho y avanza a pasos agigantados, estimulando a su paso la colaboración público-privada. El último ejemplo ha sido la celebración de un Foro mundial de investigación e innovación. El objetivo no es otro que aprovechar el poder de la Ciencia. Este cónclave científico mundial frente al coronavirus ha reunido a más de 300 investigadores para definir una hoja de ruta de la investigación ante el 2019-nCoV.
Este foro ha sido co-organizado por la OMS y la Colaboración Mundial en Investigación para la Preparación para las Enfermedades Infecciosas (GLoPID-R). Su celebración entronca con el Plan de I+D de la OMS, una estrategia para desarrollar medicamentos y vacunas antes de epidemias y acelerar la I+D mientras éstas tienen lugar.
Una prueba de solidaridad política, financiera y científica
“Este brote es una prueba de solidaridad política, financiera y científica. Debemos unirnos para luchar contra un enemigo común que no respeta las fronteras. La investigación es una parte integral de la respuesta al brote”, destacó el director general de la OMS, Tedros Adhanom.
En este sentido, en el cónclave científico mundial frente al coronavirus también estuvieron presentes organismos de salud pública, ministerios de Sanidad, industria farmacéutica y otros financiadores de la investigación biomédica.
Tras evaluar los conocimientos existentes e identificar carencias, todos ellos deliberaron acerca de cómo acelerar y financiar la investigación necesaria para ayudar a detener este brote. Se abordaron todos los aspectos clave: virus, diagnóstico; historia natural y transmisión; clínica; terapias; vacunas; ética; ciencia regulatoria; salud animal; análisis de datos/muestras y las ciencias sociales.
Yazdan Yazdanpanah, presidente de GloPID-R, destacó que el cónclave científico mundial frente al coronavirus “ha permitido identificar las prioridades urgentes para la investigación”. En este sentido, añadió que seguirá movilizando, coordinando y alineando financiación para permitir la investigación necesaria.
Movilización financiera
Cuando una nueva enfermedad infecciosa emergente golpea con un brote significativo, GloPID-R se pone en marcha. Esta alianza moviliza a organizaciones de financiación de investigación de todo el mundo para garantizar una respuesta coordinada, eficaz y rápida. Desde el surgimiento de 2019-nCoV, varios miembros de la red ya han respondido.
Aunque se esperan más, éstas son las aportaciones recibidas hasta la fecha:
- La Comisión Europea ha destinado 10 millones de euros en Horizonte 2020 para avanzar en la comprensión de la epidemia y en la respuesta clínica a la misma.
- Los principales financiadores de la I+D biomédica del Gobierno británico destinarán 20 millones de libras (unos 23,82 millones de euros) al diagnóstico de la enfermedad y al desarrollar de una vacuna.
- Wellcome, una fundación británica independiente, ha comprometido hasta 10 millones de libras esterlinas (11,91 millones de euros) para acelerar la investigación.
- La Fundación Bill & Melinda Gates comprometerá hasta 100 millones de dólares (91,89 millones de euros) para el mismo objetivo.
A ello hay que sumar los esfuerzos del sector privado para desarrollar nuevas vacunas, terapias o métodos diagnósticos ante el coronavirus.
La aportación privada
La industria biofarmacéutica se está movilizando contra el coronavirus en varios frentes.
En primer lugar, varias empresas están probando si algunos de los tratamientos que tienen en cartera son efectivos para prevenir o tratar la enfermedad. Según ha declarado Thomas Cueni, presidente de la IPFMA, la patronal de la industria biofarmacéutica mundial, al medio Health Policy Watch, ya se han aprobado una treintena de ensayos clínicos.
Además, las hay que están participando en redes existentes como CEPI (Coalición para la Innovación en Preparación para epidemias) o la Iniciativa de Medicamentos Innovadores. Por último, compañías con presencia en China están donando fondos, medicamentos, métodos diagnósticos y otros productos de protección médica.
“Esta emergencia de salud pública es responsabilidad de todos y requiere solidaridad, colaboración y esfuerzos innovadores de todas las partes interesadas: industria, academia, reguladores, gobiernos y la OMS para aprovechar el poder de la ciencia”, ha destacado Thomas Cueni.
Evitar duplicaciones, una clave del éxito
Como organismo que representa a la industria biofarmacéutica en las relaciones oficiales con las Naciones Unidas, la IPFMA fue invitada al cónclave científico mundial frente al coronavirus. Allí, pudo presentar los esfuerzos investigadores de la industria para frenar la propagación de la epidemia.
El sector privado ha apoyado plenamente los esfuerzos de la comunidad científica. La IPFMA considera que la hoja de ruta de la investigación frente al coronavirus es un hito importante hoy, pero que será fundamental para el futuro. Pero ello dependerá, según su presidente, de que la OMS siga coordinando los esfuerzos de investigadores, gobiernos e industria. La rapidez, la respuesta basada en la evidencia y el trabajo coordinado, evitando duplicaciones, serán primordiales, dice Cueni, para detener la propagación del virus.