“La innovación no es un lujo. La innovación es esencial en un mundo en constante cambio y es el progreso en los cuidados de salud”. Así lo ha expuesto Emer Cooke, directora de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), durante el encuentro ‘Innovación farmacéutica para promover investigación y desarrollo de medicamentos innovadores en la UE’, organizado por la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) y la Red Europea de Innovación, en el marco de la Presidencia española del Consejo de la UE.
Precisamente, uno de los puntos en los que se enfoca la Estrategia Farmacéutica Europea, adoptada en 2022, es la innovación, tal y como ha recordado María Jesús Lamas, directora de la AEMPS. Según Lamas, la Estrategia es “una de las herramientas más útiles para hacer una Europa más fuerte y resiliente, a través del fomento de la competitividad, la innovación y la sostenibilidad de la industria farmacéutica”.
En este sentido, Silvia Calzón, secretaria de Estado de Sanidad, ha instado a “aprovechar el momento” y asegurar el acceso a medicamentos innovadores y de gran calidad para los pacientes, pues “la innovación contribuye a nuestro objetivo de proporcionar los mejores cuidados a todos los pacientes”. “Y, al mismo tiempo, debemos estimular el desarrollo de nuevos productos farmacéuticos para lograr una UE competitiva“, ha señalado.
Un esfuerzo conjunto
Por ello, se llevarán a cabo diferentes acciones e iniciativas para el impulso de nuevos fármacos y nuevas soluciones para los pacientes, ha apuntado Lamas. Aunque, tal y como ha recordado Cooke, el valor de la innovación no se basa únicamente en crear nuevos tratamientos, sino también es hacerlos “accesibles y asequibles” para aquellos que más los necesiten.
Pero todo ello será imposible sin la “colaboración” con todas las partes interesadas. “Necesitamos trabajar juntos para una colaboración ‘win to win'”, ha destacado.
“La innovación en el área de la medicina no puede ser el único esfuerzo. Debe ser una sinfonía de colaboración, para compartir experiencias e ideas para mejorar la salud pública. Academia, organizaciones no profesionales, agencias, industria… Todas las partes interesadas tienen una voz que debería ser escuchada“, ha agregado Cooke.
De hecho, la directora de la EMA ha puesto de manifiesto que ha sido durante la pandemia de COVID-19 cuando “vimos realmente la importancia de la innovación y la colaboración y lo que es posible hacer cuando Europa y el mundo entero se unen para combatir una amenaza común; eso se tradujo en el rápido desarrollo de vacunas y avances terapéuticos”. “Juntos podemos desbloquear nuevas fronteras en innovación médica y brindar esperanza a millones de vidas”, ha concluido.
El compromiso de la industria
Por otro lado, el sector de la industria a nivel nacional ha advertido durante el encuentro de la pérdida de competitividad que está viviendo la UE en el terreno de la investigación biomédica. “Los europeos se enfrentan a un menor acceso tanto a nuevos medicamentos como a la posibilidad de participar en ensayos clínicos pioneros, ya que la I+D de nuevos tratamientos se está trasladando cada vez más a sectores más ambiciosos de las ciencias de la vida en Estados Unidos y Asia”, ha señalado Juan Yermo, director general de Farmaindustria.
El director general de Farmaindustria ha subrayado que la UE ha pasado en apenas dos décadas de liderar la I+D biomédica mundial a ser el origen de sólo el 23 por ciento de los nuevos medicamentos, mientras que el 47 por ciento proceden ya de Estados Unidos.
Por tanto, Yermo ha instado a aprovechar el momento actual en el que nos encontramos, con la revisión de la legislación farmacéutica, que puede suponer una “oportunidad” si se reformulan algunas “medidas que representan un serio riesgo para el modelo productivo de I+D”, o la presentación que tendrá lugar el próximo 6 de octubre sobre el trabajo para desarrollar la Autonomía Estratégica Abierta.
En este sentido, Farmaindustria ha destacado el compromiso de la industria farmacéutica de trabajar con todas las partes interesadas para reducir las diferencias en disponibilidad de medicamento innovadores entre países europeos y cerrar la brecha de competitividad de Europa con otras regiones del mundo. “Se necesita un diálogo constructivo y medidas concretas para crear un acceso más rápido, equitativo y sostenible a tratamientos innovadores que cubran las necesidades de los pacientes, los cuales deben estar en el centro de todas las decisiones”, concluyó Yermo.