La desnutrición relacionada con la enfermedad (DRE) es un problema común en todos los niveles de atención sanitaria, desde la atención primaria a la especializada y centros de atención geriátrica, que afecta fundamentalmente a los mayores en nuestro país. Un tema prioritario para la Alianza General de Pacientes, que esta semana participaba en la 3ª conferencia de Optimal Nutritional Care For All (ONCA), organizada por la European Nutrition for Heatlh Alliance, y que también ha contado con la participación activa de la Alianza Masnutridos, a la que pertenece la organización de pacientes.
Durante su intervención, Antonio Bernal, presidente de la AGP, señaló que “los problemas de nutrición en personas mayores son una realidad que agrava el estado de salud, llevando incluso al fallecimiento, en pacientes ingresados en hospitales y residencias. Con unos pasos sencillos, solo tres, se puede diagnosticar una desnutrición”. Por este motivo, desde la asociaciones de pacientes se reclama “la implicación de los agentes sanitarios, así como su formación en este terreno; todo ello, con la implicación de los gestores de la administración sanitaria”, advirtió Bernal.
Un problema creciente
El gerente de la AGP, Jorge Hinojosa, explicó el trabajo de la organización sobre esta causa. La principal iniciativa es la elaboración de un manifiesto que se presentará en los próximos meses. En este momento, el documento ha sido remitido a asociaciones de pacientes y sociedades científicas vinculadas a este tema para solicitar su adhesión a la iniciativa.
Durante su intervención, Hinojosa recordó que la prevalencia de la desnutrición relacionada con la enfermedad sigue aumentando, con más de 30 millones de personas en toda Europa. Asimismo, subrayó otro dato, y es que en nuestro país la DRE afecta a entre el 30 y el 50 por ciento de los pacientes hospitalizados.
El objetivo de esta conferencia ha sido impulsar la creación de plataformas multidisciplinares a nivel nacional e implementar los programas de la ONCA en todos los países participantes con la idea de extenderlos a todos los países europeos en el año 2020. Además, durante las conferencias se hizo referencia a la situación actual de los programas nacionales de atención nutricional, ya que su implementación para la detección y tratamiento precoz de la desnutrición relacionada con la enfermedad es fundamental para reducir o evitar estas cifras de desnutrición.
Esfuerzo multidisciplinar
Desde la entidad que ha organizado la conferencia se destaca que la desnutrición relacionada con la enfermedad supone un lastre para la recuperación de los pacientes ya que aumenta las complicaciones (tanto infecciosas como no infecciosas), la mortalidad y disminuye su calidad de vida. Además, insisten en que los cuidados y tratamientos de un paciente crónico, que además padece desnutrición, requieren la inversión de más recursos, y más costes, que los de un paciente crónico sin desnutrición. Por todo esto, los expertos referentes en el ámbito de la nutrición y los profesionales de salud, así como asociaciones de pacientes, Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y la Industria deben trabajar juntos para que cada paciente reciba el cuidado nutricional necesario.
Según los datos que maneja la organización, se calcula que en España un total de 1,7 millones de adultos se encuentran en riesgo de desnutrición. Uno de cada cuatro pacientes hospitalizados en nuestro país presenta desnutrición al ingreso hospitalario, y esta condición puede empeorar durante la estancia en el hospital. Además, solo en hospitales la estancia media de un paciente anciano desnutrido es de 11 días mientras que en un paciente normonutrido es de ocho días.
En términos económicos, la diferencia más significativa se presenta en el caso de los pacientes que se desnutren durante la estancia hospitalaria con respecto a los que no presentan desnutrición en ningún momento. En este caso el coste es de cerca del 50 por ciento más (12.237 euros frente a 6.408 euros). En el caso de los pacientes que ingresan con riesgo nutricional, el coste hospitalario es de unos 1.400 euros más por estancia en el hospital que el de los pacientes que no presentan ese mismo riesgo en el momento del ingreso.