Innovar en la compra pública de medicamentos es posible. Son muchas las incógnitas que surgen en torno a las nuevas terapias y su disponibilidad, como los medicamentos huérfanos o las terapias celulares CAR-T, pero, hasta el momento, es posible establecer una hoja metódica de compra que permita incorporar la innovación y generar una una visión estratégica en este sentido.

El pago por resultados se convierte en un pilar “fundamental que debería incorporarse en la compra pública para potenciarlo”. Este es el mensaje que lanza Antoni Gilabert Perramón, director del Área de Farmacia y Medicamento del Consorci de Salut i Social de Catalunya (CSC), una línea de pensamiento en la que han coincidido Miguel Ángel Calleja Hernández, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Virgen de la Macarena, y el presidente de la Fundación Weber, Álvaro Hidalgo Vega, durante una mesa de debate del cuadragésimo simposio de la Asociación Española de Farmacéuticos de la Industria (AEFI).

En este sentido, el pago por resultados constituye uno de los eslabones que consolidan el proceso de compra de forma innovadora, según Gilabert, que ha analizado cada paso del procedimiento, donde es importante valorar la monitorización y retroalimentación de las decisiones tomadas en cada uno de los pilares.

“Pagar por resultados es un elemento nuclear y fundamental que debería impregnar el sistema de compra pública”

Antoni Gilabert Perramón, director del Área de Farmacia y Medicamento del Consorci de Salut i Social de Catalunya (CSC)

Eslabones para comprar de forma innovadora

Según Gilabert, es posible innovar atendiendo a distintos eslabones presentes en el proceso de compra. Pero, en primer lugar, es conveniente distinguir entre ‘comprar innovación’ y ‘comprar de forma innovadora’. Por un lado, comprar innovación es “una actuación administrativa para potenciar la innovación a través de la contratación pública, sin embargo, el eje de la ponencia del experto ha versado sobre distintas cuestiones para llevar a cabo compras innovadoras.

Como primer eslabón destaca el diseño del producto, donde el experto asegura que es posible innovar a través de una visión estratégica. Para ello, señala que “se necesita ver la compra como un proceso integrado, no como una compra de bienes y servicios”. En este sentido, para establecer una hoja de ruta con éxito, Gilabert recomienda “preguntarse de una forma distinta”, es decir, “preguntarse por qué no”.

“Hay dos tipos de personas en este mundo: las que ven las cosas que suceden y se preguntan el porqué y las personas que piensan en cosas que no suceden y se preguntan por qué no suceden: ahí está la clave de la innovación en compra innovadora”, ha matizado.

En este sentido, el experto del Consorci de Salut i Social de Catalunya (CSC), apuesta por cambiar la forma de pensamiento e invertir. “Si entramos simplemente en el gasto, poco vamos a innovar porque muchas veces comprar barato sale caro”. Por ello, es conveniente replantear los conceptos de inversión para tener presente el retorno en términos de soluciones asociadas a compras.

Por otro lado, la anticipación constituye una de las claves para Gilabert. En este marco, el experto destaca la importancia de detectar las necesidades anticipadas y atisbar soluciones que aporten al mercado de forma anticipada: “necesitamos saber qué necesitamos y necesitamos saberlo con tiempo”.

El segundo eslabón que destaca el experto en el proceso de compra innovadora es la propia definición del objeto. Según Gilabert, es posible comprar más allá de un producto, como por ejemplo, comprar servicios, o soluciones.

En este ámbito, incorporar otros elementos como la logística, el seguimiento o la monitorización de compra se convierten en apuestas de innovación.

“Comprar un producto o un medicamento es innovar poco, sin embargo, comprar una terapia respiratoria a domicilio incorpora una parte más innovadora”

Antoni Gilabert Perramón, director del Área de Farmacia y Medicamento del Consorci de Salut i Social de Catalunya (CSC)

El tercer eslabón es la propia innovación en el procedimiento de compra. Establecer cambios en clausulas o indicadores, así como, incorporar elementos de seguridad, como dispositivos antipinchazos, pueden generar innovación en el proceso. Gilabert resalta la agregación de cláusulas que contengan aspectos de valor añadido como por ejemplo sistemas de recogida de residuos o programas de adherencia.

El pago es el eje vertebral del cuarto eslabón de innovación, según Gilabert. Según el experto, “existen muchas formas de pagar: pagar por producto, por volumen o por tarifas farmacológicas”, entre otras. Sin embargo, destaca el pago por resultados como la mejor opción en términos de innovación.

En este sentido, pone como ejemplo la posibilidad de alquilar con opción a compra: “¿Por qué tengo que comprar cada nuevo producto mejorado?, ¿Por qué no puedo alquilarlo y hacer uso de la línea terapéutica?”, insiste.

Ventajas del pago por resultados

Tomar como referencia estos pilares en el momento de comprar medicamentos puede generar determinadas ventajas. Por un lado, el pago por resultados permite acotar incertidumbres, tanto de impacto sanitario como económico y de necesidades del sistema. Asimismo, Gilabert destaca la posibilidad de desarrollar sistemas de información a través del pago por resultados que permitan generar datos y registrar “una orientación clara hacia los pacientes”.

Por otro lado, permite flexibilizar el acceso con la posibilidad de compartir riesgos, genera coste-efectividad y alinea objetivos del sistema sanitario con los industriales, según el experto.

“No puede ser que yo quiera comprar y ahorrar y tú vender y ganar mucho dinero, no hay un objetivo común”, ha insistido. Por lo que, en resumen, estas ventajas consolidan “una cultura organizativa de autovalor y externalidades positivas”.

En esta idea coincide Miguel Ángel Calleja Hernández, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Virgen de la Macarena, quien apuesta por los acuerdos de riesgo compartido y señala que uno de los objetivos es “conseguir que la innovación sea sostenible”.

Por ello, Calleja destaca la desinversión, si el presupuesto es similar de un año a otro, para analizar la balanza de saber si “invertir en algunos medicamentos permite reinvertir en la innovación”.

En este sentido, destaca por ejemplo los procedimientos públicos de contratación, los biosimilares o la deprescripción o “no pagar si no hay un resultado para el paciente”.

Terapias avanzadas

En relación con fórmulas innovadoras y experiencia de pago por resultados en terapias avanzadas, el presidente de la Fundación Weber, Álvaro Hidalgo Vega, ha analizado las herramientas a tener en cuenta en este ámbito.

En el momento de medir la innovación, una de las dificultades que destaca el experto son respecto a los modelos establecidos en cada uno de los países.

“No es fácil saber cuál es la mejor forma de medir la innovación y trasladarlo a la decisión final”

Álvaro Hidalgo Vega, presidente de la Fundación Weber

En este contexto, Hidalgo asegura que España se encuentra en un tramo intermedio, especialmente con la medicina personalizada. Según el experto, el uso de los biomarcadores también supone un reto en el acceso, ya que si no se cuenta con estas herramientas, “no vamos a ser capaces de ligar los tratamientos que se necesitan a la identificación de estos genes”. Por tanto, las diferencias existentes entre países continúan siendo un desafío, que se intensifica si hablamos de terapias avanzadas, terapia celular o terapia génica.

Hidalgo ha explicado que el marco regulatorio es distinto y la diferenciación de las terapias avanzadas tienen distintos grupos. Esta situación hace que el ritmo de aprobación de las opciones sea distinto en cada país. A pesar de ello, España ocupa la tercera posición entre los países con más terapias avanzadas aprobadas, por detrás de Estados Unidos y Corea del Sur.

Además, a medida que llegan las terapias, existen otra serie de desafíos para los gestores sanitarios. Hidalgo desgrana retos que se arremolinan en torno a las incertidumbres de eficacia, de financiación o de las variables en las respuestas de pacientes. A esta situación se debe añadir los altos precios de este tipo de terapias, “por encima de cualquier umbral”, ha señalado.

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“Es necesario pasar un modelo de coste tratamiento/año, por un coste de mejora de calidad de vida, en relación con el pronóstico de los pacientes”, ha indicado. En relación con esta serie de características, Hidalgo aboga por un cambio de paradigma hacia un tendencia en enfoques de valor. En este sentido, el experto destaca aspectos a considerar como: la definición de la variable resultado, la selección de los pacientes candidatos, el sistema de pago, los registros de pacientes u otras variables complementarias.

Terapias génicas

En la última década, las terapias avanzadas, entre ellas la terapia génica, han supuesto “una revolución terapéutica en el pronóstico y calidad de vida de los pacientes”, indica Hidalgo. El experto ha explicado que las terapias génicas presentan características que implican que los modelos tradicionales de evaluación, financiación o fijación de precio de los medicamentos, no se ajusten a las especificidades de estos nuevos tratamientos.

En este sentido, destaca como primera de estas características “diferenciales” la pauta de tratamiento, que se basa en una única administración. Esta situación unido a los elevados costes de desarrollo y producción que derivan , con frecuencia, en un pago único, muy elevado en el momento inicial de la terapia, puede percibirse como “un coste excesivo por parte del sistema sanitario”, ha indicado el presidente de la Fundación Weber.

“Las terapias génicas suponen un mayor coste que los tratamiento tradicionales por los costes de investigación, pero también por los complejos procesos de fabricación y administración”

Álvaro Hidalgo Vega, presidente de la Fundación Weber

Sin embargo, el experto coincide en este cambio de paradigma en el que se tenga en cuenta los beneficios que pueden suponer para los pacientes, los sistemas sanitarios y para la sociedad en general. Esta apuesta se consolida en la idea de que “estas terapias han demostrado eficacia en situaciones en las que no había otra alternativa terapéutica”.

Asimismo, Hidalgo destaca como otra diferencia significativa la incertidumbre sobre la efectividad real o la variabilidad de eficacia entre pacientes. Por este motivo, el experto indica que “es fundamental el seguimiento a largo plazo, tanto en los ensayos clínicos como en la vida real”.


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