Extremadura se suma al elenco de comunidades que inmunizará a los menores de seis meses frente al virus respiratorio sincitial (VRS). El Gobierno regional destinará así más de 1,2 millones de euros para la contratación del suministro del anticuerpo monoclonal niservimab (beyfortus), indicado para a los neonatos lactantes extremeños para la temporada 2023-2024. A este respecto, desde la Consejería de Salud y Servicios Sociales que capitaliza Sara García Espada, se ha lamentado que no exista una posición única a nivel nacional sobre esta inmunización, razón por la cual se incorporará al calendario extremeño.

“Entendemos que en esta situación no hay que establecer distinción entre vulnerabilidad o no, sino que hay que hacerlo a todos y creemos que es un paso importante que damos los extremeños”, valoran, destacando que la alternativa terapéutica alcanzará a un total de 6.000 niños que el Servicio Extremeño de Salud (SES) estima que serán inmunizados.

Hasta la fecha, son ya siete las regiones que han anunciado la inclusión de esta opción terapéutica como parte de sus calendarios vacunales y de la campaña de inmunización del presente curso. Galicia inició este camino de manera pionera, el cual también ha sido trazado por Madrid, Murcia, Andalucía, Castilla y León, y Castilla-La Mancha posteriormente. Ya el pasado año tuvo una gran afectación en territorio nacional que tuvo réplica a nivel asistencial.

Según reportan desde el Ejecutivo regional, ya se han iniciado los trámites para la adquisición de las dosis de nirsevimab, así como la organización y logística para la administración de esta nueva inmunización a partir del próximo mes de noviembre con el fin de acotar el período en el que se incrementa la circulación de este patógeno, causante de picos epidémicos de bronquiolitis y neumonías entre diciembre y enero.

Desde la Consejería de Salud animan así a los padres a proteger a sus bebés frente al impacto importante en este colectivo de edad del VRS, ahondando en la vacunación como “uno de los grandes avances de la humanidad” que se ha afianzado más aún con la COVID-19. De ese modo, inciden en la prevención de la enfermedad también como vía para reducir la importante sobrecarga asistencial que ocurre todos los inviernos en los servicios de atención primaria y en los hospitales.


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