Bajo el paraguas de la Plataforma One Health (Una Sola Salud), más de un centenar de organizaciones, colegiales nacionales, asociaciones y fundaciones pertenecientes a diferentes ámbitos y sectores promueven un abordaje conjunto y global de la salud humana, la salud animal y el medio ambiente, tres ámbitos estrechamente relacionados. Este enfoque se ha aplicado a nivel europeo desde hace años, en particular a la hora de abordar las zoonosis y la resistencia a los antimicrobianos.

Precisamente, los esfuerzos para luchar contra la resistencia a los antibióticos, una de las diez principales amenazas para la salud, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y responsable de unas 35.000 muertes en Europa y 1,3 millones en el mundo, requieren estrategias globales de todos los agentes implicados. Así lo destacó la directora de One Health en la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, Roser Domènech, durante el I Congreso Nacional ‘Construyendo Juntos una Salud pública moderna’, organizado por la Plataforma One Health, que celebró su primera jornada en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense.

La experta demandó convertir la pandemia de COVID-19 en “un catalizador” de políticas One Health capaces de prevenir futuras pandemias y dar respuesta a los desafíos sanitarios del siglo XXI, como la crisis hídrica, el cambio climático, la degradación de los ecosistemas o la propia resistencia a los antimicrobianos. Uno de los principales ejemplos lo representa el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), que desde su puesta en marcha ha conseguido reducir el consumo de estos antibióticos un 17 por ciento en salud humana y un 69,5 por ciento en salud animal.

El coordinador área de Salud Humana del PRAN, Antonio López, explicó que el enfoque One Health se aplica, en este sentido, para el propio abordaje del problema, actuando en la prevención o el manejo de la infección, así como fomentando la investigación y el acceso a los antibióticos. Además, el PRAN establece redes sólidas de vigilancia, potencia la red de laboratorio e impulsa la formación con, por ejemplo, diplomas de experto. “Hay una estructura para que todo funcione”, resumió López. Sin embargo, recordó que “falta una dotación económica concreta para seguir impulsando el Plan”.

Fuera de las fronteras nacionales, también se han adoptados medidas a nivel comunitario en la lucha contra el consumo indebido de antibióticos. Domènech destacó “tres grandes iniciativas”: el Plan de Acción de la UE 2017 ‘Una sola salud’, la Estrategia ‘De la Granja a la Mesa’ y la adopción de una Recomendación del Consejo que, entre otros objetivos, propuso una reducción del 20 por ciento del consumo total de antibióticos en salud humana y una reducción del 50 por ciento de las ventas totales en la UE de antimicrobianos para los animales.

Salud del entorno

La directora de One Health hizo hincapié en la “urgente necesidad” de un enfoque integrado de salud pública, destacando la interconexión entre la salud humana, animal y medioambiental. Así, señaló que el 75 por ciento de las enfermedades infecciosas emergentes y el 60 por ciento de las conocidas tienen origen zoonótico y que las actividades humanas, desde la ganadería y el comercio de animales hasta la urbanización, “agravan el riesgo de transmisión de enfermedades”. Además, Domènech indicó que la frecuencia y la gravedad de los riesgos que surgen de esta interconexión está “aumentando y provoca al año 1.000 millones de infecciones y un millón de muertes”. El último y “dolorosísimo” ejemplo de una enfermedad causada por un patógeno zoonótico fue la pandemia de COVID-19

A comienzos de esta semana, la OMS confirmó el primer caso humano de gripe aviar (H5N1) por contacto con ganado vacuno, lo que ha contribuido a una “percepción de riesgo, aunque lleva circulando de forma masiva desde hace años”, tal y como aseguró Ursula Höfle, del Instituto de investigación en Recursos cinegéticos. En su intervención, advirtió de que este tipo de virus que circula actualmente “ha roto todos los moldes clásicos”, al tiempo que hizo un llamamiento a “prestar atención a aquellos animales que, históricamente, no se suelen vincular con la gripe aviar, como vacas o visones”.

Hermann Schwarz, presidente del Colegio de Médicos de Alicante (CGCOM), destacó la necesidad de actuar sobre el medio para evitar la aparición y propagación de estas estas enfermedades. Así, incidió en el papel de los profesionales sanitarios. “El primer reto es que cambiemos nuestras formas de hacer la consulta para que tenga un menor impacto sobre el medio ambiente y hagamos mayor prevención en vez de curación”, comentó. Por su parte, Fernando Valladares, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, precisó que los países no ponen la prevención en primer plano porque “la economía la mueve la muerte, no evitarla”.

En otro orden de cosas, la primera jornada del I Congreso Nacional One Health abordó el impacto de la contaminación ambiental en la salud de las personas, además de la propia incidencia de los sistemas sanitarios en las emisiones de carbono. En concreto, el sistema de salud global supone en torno al cinco por ciento de las emisiones anuales mundiales. Por eso, los expertos demandaron “avanzar más rápido” en los procesos de descarbonización, como ya propuso la titular de Sanidad, Mónica García, que anunció “el marco normativo necesario” para lograr esa descarbonización completa del sistema sanitario español.

Héctor Tejero, responsable de Salud y Cambio Climático en el Ministerio de Sanidad, destacó que el papel del Ministerio de Sanidad debe ser “liderar y marcar el camino” a las comunidades autónomas para que emprendan acciones a este respecto. Por su parte, Ricardo Boedo, de la compañía farmacéutica GSK, recalcó el impacto amiental de los inhaladores, que contribuyen al calentamiento global como gases de efecto invernadero, y recordó que existen alternativas sostenibles como el polvo seco.

La Aesap, cada vez más cerca

El proyecto de ley para la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública (Aesap) inició en enero su tramitación parlamentaria con el visto bueno del Consejo de Ministros. Tras más de una década en espera, el organismo podría ver la luz finalmente en mayo del presente año. Así lo adelantó el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, en el Congreso One Health. “Esperemos que el próximo mes vea la luz, ya definitivamente, la Agencia Estatal de Salud Pública”. Fueron las palabras de Padilla sobre un proyecto que va “con tres años de retraso”, desde que en 2011 se aprobó la Ley General de Salud Pública, la Ley 33/2011.

El secretario de Estado de Sanidad recordó que la normativa instaba a los gobiernos a desarrollar tres elementos para transformar el sistema de Salud Pública: “Uno era la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública; otro, la aprobación de la Estrategia de Salud Pública, salió adelante en junio de 2022; y el tercero, la creación de la Red de Vigilancia en Salud Pública”, según expuso Padilla. “Pues bien, la creación de la agencia y de la red de vigilancia esperemos que sean dos de las cosas que vean la luz en 2024”, anunció.

La tramitación del proyecto de ley se topó, primero, con las enmiendas a la totalidad presentadas por Junts per Catalunya y el Partido Nacionalista Vasco (PNV), que finalmente retiraron tras negociarlo con el departamento de Mónica García. Asimismo, el director general de Salud Pública, Pedro Gullón, reconoció el pasado mes de marzo que el trámite podría ir “un poco más lento” con las elecciones vascas y catalanas.


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