En la temporada 2020-2021, las coberturas de vacunación antigripal aumentaron de forma excepcional. “En los mayores de 65 años, se alcanzó un 68 por ciento cuando normalmente estábamos en un 58”, apunta Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, a EG. “En sanitarios subió casi al 50 por ciento cuando no pasábamos nunca del 40; y en embarazadas, estuvimos cerca del 60 por ciento”, añade. Sin embargo, no se llegaron a los objetivos marcados por la OMS: alcanzar o superar el 75 por ciento en mayores de 65 y en personal sanitario y sociosanitario y superar el 60 por ciento en embarazadas y personas con condiciones de riesgo.
Este aumento de coberturas en 2021 se debió, en gran parte, al miedo la COVID-19. La pandemia incidió en la concienciación sobre la necesidad de protegerse de la gripe, pero ¿qué ocurrirá en la temporada 2021-2022? ¿Qué incentivo habrá para vacunarse?
Cuando la COVID-19 baja, la gripe sube
El miedo a la COVID-19 cada vez es menor gracias al avance de la vacunación y, además, durante la temporada pasada apenas hubo gripe. “Hay competitividad entre virus y el SARS-CoV-2 ha sido mucho más agresivo, desplazando a otros organismos respiratorios como la gripe, el virus respiratorio sincitial, el neumococo, etc.”, explica el catedrático.
Es, precisamente, el descenso de la incidencia de la COVID-19 lo que hará que estos virus respiratorios reaparezcan. “De hecho, los pediatras ya han hecho una llamada de atención en mayo porque habían subido las bronquiolitis, cosa que no es habitual –ocurre en invierno–, pero como el coronavirus ha bajado, los otros virus aprovechan ese hueco y reaparecen”, afirma Ángel Gil. El experto recuerda que estas enfermedades no han desaparecido: “Están ahí y, evidentemente, habrá que proteger a la población”. Así, el Ministerio de Sanidad espera que “se mantenga o suba la cobertura de vacunación con respecto al año pasado”.
El papel de los convivientes
Como cada año, la campaña va dirigida, fundamentalmente, a proteger a las personas que tienen mayor riesgo de presentar complicaciones en caso de padecer la gripe y a las que puedan transmitir la enfermedad a otras que tienen un alto riesgo de complicaciones.
Sin embargo, Ángel Gil echa en falta a los convivientes, un colectivo que considera fundamental. “Creo que en las recomendaciones del Ministerio hay una omisión importante que ha estado en todas las estrategias de vacunación antigripal y este año lo han quitado: vacunar a las personas que conviven con población vulnerable”, declara.
“Una persona de riesgo es una persona trasplantada de órganos hematopoyéticos, una persona con un trasplante de órganos sólidos o una persona que tiene un cáncer. Pero si no vacunamos a su entorno, les estamos poniendo un riesgo adicional”, señala Gil. “Al final, los convivientes (cuidadores, familiares, etc.) pueden ser los que lleven el virus a una persona mayor que no sale de casa”, añade.
Dosis en el aire
Con la pandemia casi controlada, España debe poner el foco ahora en la próxima campaña de vacunación antigripal. En 2020 se adquirieron alrededor de 14 millones de dosis de la vacuna antigripal. El Ministerio se hizo con algo más de 5 millones directamente, con cargo a los fondos COVID-19. Sin embargo, este año 2021 no habrá compra extraordinaria por parte de Sanidad. Fuentes ministeriales confirman a este medio que serán las comunidades autónomas quienes adquieran las dosis.
Por el momento, aún no se sabe cuántas dosis adquirirá cada CC.AA., –aunque algunas ya han indicado que comprarán más que el año pasado–, y no se sabrá hasta que no se convoque el concurso público del Acuerdo Marco.
Vacunas de alta carga antigénica
Las vacunas que se compran son tetravalentes, es decir, llevan dos antígenos del virus A (el H1N1 y el H3N2) y dos antígenos del virus B. “Esto garantiza una protección mayor”, explica Gil. Como circula más de un virus en cada temporada, se intenta cubrir esa variabilidad con las vacunas tetravalentes.
El año pasado se incorporó como novedad la vacuna de alta carga antigénica. “Las adquirió el Ministerio directamente y se utilizan para las residencias de ancianos. Son vacunas que llevan cuatro veces más de antígenos. Normalmente, llevan 20 microgramos y estas llevan 60 microgramos de cada uno de estos antígenos”, apunta el experto.
Aunque había cierta prudencia por si se producían reacciones adversas por tener una mayor cantidad antigénica, Gil asegura que no ha habido ningún problema y ha funcionado muy bien. “Este año, me consta que más de la mitad de las CC.AA. ya las van a adquirir, comprar y utilizar para esta temporada”, cuenta Ángel Gil, quien señala que estarán orientadas hacia la población mayor (residencias de ancianos y, si es en población general, más de 85 años). En definitiva, serán para el paciente frágil, pluripatológico, polimedicado… Aquel en el que una gripe es mortal.
Gripe y COVID-19, ¿vacunas compatibles?
El Ministerio de Sanidad asegura que España está preparada para asumir la vacunación de la gripe este octubre. Y Ángel Gil también lo cree: “Tenemos muy buenos dispositivos, la enfermería tiene una buena cualificación y preparación, y creo que se puede asumir bien”.
Gil indica que ya se están asumiendo cerca de 700.000 personas vacunadas de COVID-19 al día, por lo que considera que la vacunación de la gripe no será un problema. “La vacunación antigripal está muy interiorizada en los centros de salud, solo hay que dotar a los centros con los equipamientos adecuados para que lo puedan hacer bien”, expone.
Además, el catedrático espera que para octubre los centros de salud ya estén más reestablecidos, con un funcionamiento “más al 100%” para que puedan realizar de forma adecuada su trabajo. “Para esa fecha, posiblemente la vacunación COVID-19 esté muy adelantada, pero a lo mejor lo que se pueda estar planteando en ese momento son terceras dosis a la población más vulnerable”, opina. Gil opina que volver a vacunar a toda la población tendrá mucho sentido a no ser que surja una variante que “nos descoloque todo”. “Creo que la tendencia será vacunar a vulnerables, grupos de riesgo, etc.”.
Para Ángel Gil, que COVID-19 y gripe coincidan no debería suponer ningún hándicap. Las vacunas de COVID-19 son inactivadas, al igual que las de gripe, por lo que se podrían administrar simultáneamente. “Hacen falta estudios, pero teniendo en cuenta que ambas son inactivadas, se puede hacer perfectamente”, explica. Es más, en muchas ocasiones se ha vacunado de gripe y neumococo a la vez, por lo que “también se podría poner COVID-19 y gripe a la vez”.
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