El cambio climático es una realidad que empeora y un problema de nivel mundial que se magnifica día tras día. El objetivo general de la lucha contra el cambio climático —revertir sus efectos negativos— obliga a cambiar de forma urgente los modelos de desarrollo de cara a las próximas décadas. Pero no todos lo están haciendo con la misma prontitud o diligencia. Europa ya ha pasado a la acción. Y dentro de Europa, España. El pasado martes, 21 de enero, María Jesús Montero, portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, y Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, anunciaron la declaración de emergencia climática en nuestro país, siguiendo los pasos del Europarlamento, que la declaró apenas cinco días antes.
En España, la agenda climática abarca 30 acciones, cinco de las cuales serán objeto de atención prioritaria durante los primeros 100 días del Gobierno de Pedro Sánchez. En líneas generales, los objetivos nacionales incluyen la integración de los recursos naturales y la biodiversidad en la contabilidad; el desarrollo de políticas inclusivas; la actuación contra la pobreza energética; el abordaje del cambio climático en la educación, la industria o el turismo (entre otros sectores) para presentar antes de 2021 una Estrategia para la Protección de la Costa Española y, en definitiva, el seguimiento de estrategias que permitan superar el reto climático… Medidas que podrían verse ampliadas en base al conocido como Pacto Verde Europeo.
Europa, continente neutral para el clima
La Comisión encabezada por Ursula von der Leyen presentó en noviembre el borrador de este Pacto, epicentro de futuras medidas encaminadas a lograr una transición ecológica sostenible en la UE. ¿Objetivo? Convertir Europa en el primer continente neutral para el clima en 2050. Con ello se pretende proteger la salud y bienestar de los ciudadanos frente a los riesgos y efectos medioambientales. Es más, se quiere transformar la UE en una sociedad equitativa y próspera, con una economía “moderna, eficiente en el uso de los recursos y competitiva”.
Europa ya ha pasado a la acción en la lucha contra el cambio climático. Y dentro de Europa, también España.
El Pacto Verde de la UE incluye la propuesta de medidas dirigidas a la contaminación causada por los fármacos
Bajo el término ‘salud’ —uno de los más reiterados en el documento— se ubican propuestas del Pacto Verde Europeo en campos que van desde el transporte —se aboga por que su precio dependa del impacto sobre el medio ambiente y la salud— hasta la alimentación —los alimentos europeos tienen fama de ser seguros, nutritivos y de calidad, pero ahora también deberán ser “sostenibles”—, pasando por la disminución del impacto medioambiental de algunos sectores.
En este punto, Europa tiene la mirada puesta tanto en la industria química —vía reducción del uso de plaguicidas químicos y su riesgo, así como el uso de abonos y antibióticos de consumo animal— como en la industria farmacéutica. Y es que, tal y como ya informó este periódico, en la hoja de ruta de la Comisión Europa está el lograr fármacos más ‘eco’. El Pacto Verde incluye la propuesta de medidas dirigidas a “hacer frente a la contaminación causada por la escorrentía urbana y por fuentes de contaminación nuevas o especialmente nocivas, como los microplásticos y las sustancias químicas, incluidos los medicamentos”.
A la espera de un abordaje conjunto
Europa sabe que no podrá hacer realidad el Pacto Verde por sí sola, y hay todavía mucho que hacer en el terreno de la conciencia global. En la Conferencia sobre el Clima de Paris (2015), 195 países firmaron el primer pacto vinculante mundial sobre el clima. El Acuerdo de París entró en vigor en 2016 con el compromiso de reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero para mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2ºC sobre los niveles preindustriales.
Las expectativas no se cumplieron en la cumbre de Madrid, la reciente COP25, que resultó para muchos decepcionante y contradictoria. Por ejemplo, la futura regulación de los mercados de carbono, uno de los temas estrella que se iban a tratar, se ha pospuesto para la próxima Conferencia. “No ha sido suficiente, no estamos satisfechos”, dijo Carolina Schmidt, presidenta de la COP25.
Esa sensación se puede extrapolar hoy al Pacto Verde. Algunos eurodiputados, como la española Iratxe García, creen que hará de la UE “una sociedad más justa y próspera” y que debería basarse en tres pilares: “uno verde para alcanzar los objetivos climáticos, otro rojo para garantizar una fuerte dimensión social del Acuerdo, y uno financiero, por el cual el presupuesto de la UE a largo plazo proporcione recursos suficientes” para alcanzar los objetivos. Otros ven la actuación de Europa con ojos críticos. Para Silvia Sardone, eurodiputada italiana, existe una “contradicción” entre los objetivos climáticos de la UE y los acuerdos comerciales firmados con países con estándares ambientales más bajos.
El Europarlamento aún tiene mucho por hacer. Antes de verano, pretende materializar la “Ley del Clima” Europea y establecer un plan que evaluará el objetivo de reducir las emisiones de gases al 50 por ciento como mínimo hasta 2030.
En línea con la UE
Los cinco ejes principales que se abordarán en los 100 primeros días de Gobieno en España son:
Remitir al Parlamento el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que obligue a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta haber alcanzado la neutralidad climática en 2050.
Definir la senda de descarbonización a largo plazo, con el objetivo de conseguir una neutralidad climática para 2050.
Presentar el segundo Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático.
Reforzar los mecanismos de participación ya existentes y creando, además, una Asamblea Ciudadana del Cambio Climático.
Impulsar, apoyar y acompañar la transformación de nuestro modelo industrial y agrario a través de Convenios de Transición Justa y de medidas de acompañamiento a las industrias.