La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enviado a China a dos expertos en misión exploratoria para investigar los orígenes del SARS-CoV-2, el coronavirus responsable de la actual pandemia.
El nuevo coronavirus dio las primeras señales en un mercado de animales situado en la ciudad china de Wuhan. El primer caso notificado fue el de un trabajador del citado mercado, que ingresó en un hospital el 26 de diciembre de 2019 con neumonía grave e insuficiencia respiratoria. Tras diversos análisis se identificó el séptimo coronavirus capaz de infectar a humanos, al que se denominó SARS-CoV-2. Sin embargo, meses después todavía se desconoce la procedencia del patógeno.
Tal y como anunció en rueda de prensa, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, los dos investigadores, un experto en salud animal y un experto en epidemiología con experiencia en la investigación de epidemias en el campo, intentarán averiguar cómo comenzó el virus y qué podemos hacer en el futuro para prepararnos para él.
La misión tiene como objetivo cumplir las decisiones tomadas en la resolución aprobada por unanimidad a finales de mayo en la Asamblea Mundial de la Salud. El organismo solicitó a la OMS trabajar con la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y los países para “identificar la fuente zoonótica del virus y la ruta de introducción a la población humana, incluido el posible papel de los huéspedes intermedios “.
Teorías del origen del SARS-CoV-2
Si bien la mayoría de los estudios han apuntado a que el virus saltó la barrera animal-humana en el mercado de Wuhan, algunas voces de Estados Unidos han postulado que el virus pudo haber escapado de un laboratorio de virología de alto nivel a millas del primer grupo de casos confirmados.
A pesar de las teorías conspiratorias, son muchos los estudios que han demostrado que el virus no pudo ser creado. Un trabajo en Nature Medecine explicó que el patógeno no pudo ser manipulado en un laboratorio. “El RBD (el dominio de unión al receptor) de SARS-CoV-2 está optimizado para unirse al ACE2 humano con una solución eficiente diferente a las comprobadas anteriormente”, argumentan en el estudio, que ha sido elaborado por Kristian G. Andersen, del Departamento de Inmunología y Microbiología, Instituto de Investigación Scripps (EE.UU.) y sus colaboradores.
“El RBD de SARS-CoV-2 está optimizado para unirse al ACE2 humano con una solución eficiente diferente a las comprobadas anteriormente”
Además, si se hubiera realizado la manipulación genética se hubieran utilizado, probablemente, uno de los varios sistemas de genética inversa disponibles para los betacoronavirus.
Los análisis genéticos hechos hasta el momento sugieren que el murciélago o el pangolín pudieron ser los animales que lo transmitieron a los humanos.
A día de hoy no se ha identificado ningún coronavirus animal que sea lo suficientemente similar como para haber servido de progenitor directo del SARS-CoV-2, pero, tal y como señala el estudio, la diversidad de coronavirus en los murciélagos y otras especies continúa subestimándose.
Dos teorías
- El pangolín pudo ser un huésped intermedio. El virus RaTG13 de los murciélagos Rhinolophus affinis es idéntico al SARS-CoV-2 en un 96%, sin embargo su pico diverge en el RBD. Por su parte, algunos coronavirus de pangolín exhiben una fuerte similitud con el SARS-CoV-2 en el RBD. Por tanto, esta teoría hipotetiza que el virus se originó en murciélagos y, posteriormente, pasó a estos animales.
- El otro escenario planteado sería selección natural en humanos después de la transferencia zoonótica. Este fenómeno explicaría que una versión no patógena del virus saltaría de un huésped animal a los humanos y evolucionaría a su estado patógeno actual dentro del sujeto.
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