Sumar Megimundua ha presentado su programa electoral pocas horas antes de comenzar la campaña electoral, que tendrá lugar durante 15 días, hasta la celebración de las elecciones vascas del 21-A. Entre las medidas propuestas, destaca el impulso de un Pacto Vasco por la Industria sostenible, la transición energética y la economía circular.
Dentro de este pacto, la formación, con Alba García como candidata a Lehendakari, se establecerían medidas concretas para la descarbonización del sector industrial, incluyendo la electrificación de procesos, la promoción de la economía circular, la eficiencia energética y la transformación hacia una industria verde, con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 75 por ciento para 2045.
En este sentido, Sumar también quiere crear un fondo de inversión pública para financiar proyectos de transición energética y sostenibilidad en sectores estratégicos.
Sumar apunta en su programa que actualmente existe la oportunidad de “hacer de nuestro país una sociedad más resiliente, crear empleo, modernizar nuestra industria, mejorar nuestra competitividad y prepararnos para el futuro”. Así, otra de las propuestas planteadas por Sumar es incrementar progresivamente la financiación destinada a la investigación y la innovación, “hasta alcanzar el objetivo del 3 por ciento del PIB dedicado a I+D+i”.
Además, de cara al horizonte 2030, el partido renovará la Estrategia para la Transformación Digital de Euskadi 2025, a fin de garantizar la transición hacia un nuevo modelo de transformación digital que pueda afrontar los retos globales de adaptación y seguridad. Y también quieren reformar la Ley de Transición Energética y Cambio Climático para “dar cumplimiento a los objetivos marcados por la comunidad científica y alcanzar la neutralidad climática en el año 2040”.
Determinantes sociales de salud
Por otro lado, para Sumar, la salud de las personas no depende únicamente de un buen sistema público de salud, sino de los determinantes sociales, como son el entorno social y económico, que afectan directamente a las personas y deben ser considerados en cualquier política sanitaria. “Cuidar la vida de las personas, ponerla en el centro”, explican desde Sumar.
Se necesita por tanto un enfoque salubrista que atraviese la totalidad de la acción del Gobierno, porque “no hay gente sana en un planeta enfermo”. Las consecuencias que la crisis climática tendrá en nuestra salud quedaron en evidencia con la crisis de la Covid-19: aumento de temperaturas, eventos climáticos extremos, nuevas enfermedades (o el regreso de otras que creíamos superadas y olvidadas) tensionarán el sistema de salud. “Debemos estar preparados para ello con un sistema fuerte, flexible y adaptable”.