El Comité de Emergencias para la COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado que la COVID-19 siga siendo clasificada como Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (PHEIC).
El Comité, establecido en virtud del Reglamento Sanitario Internacional (IHR) y convocado por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, cita el continuo impacto perjudicial del Sars-CoV-2 en la salud y los sistemas sanitarios de todo el mundo, la posibilidad de nuevas variantes, y la necesidad de mejorar la vigilancia y la notificación para tomar mejores decisiones en la transición a una probable estrategia a largo plazo de convivencia con el virus.
La necesidad de la vacunación
Tras la última reunión del comité, el 18 de octubre de 2022, la decisión de hoy (con el telón de fondo del aumento de casos en algunas partes del mundo), subraya que la COVID-19 sigue preocupando a los expertos. La categorización en curso del COVID-19 como PHEIC significa que pueden seguir utilizándose medidas especiales para combatir el virus, entre ellas la ampliación de las obligaciones de vigilancia y notificación de los países, así como la inclusión de vacunas en la Lista de Uso Urgente (EUL).
Hasta la fecha, se han confirmado más de 664 millones de casos de COVID-19 en todo el mundo y se han notificado más de 6,7 millones de muertes, aunque se calcula que la cifra real es mucho mayor. Sin embargo, el histórico despliegue mundial de vacunas ha contribuido a evitar millones de fallecimientos. La cobertura mundial con una serie primaria (dos dosis) de la vacuna COVID-19 se sitúa en un 64 por ciento de media, y en un 53 por ciento en los 92 países de ingresos más bajos.
Proteger a todos
Seth Berkley, director general de Gavi, la Alianza para las Vacunas, que codirige COVAX -la iniciativa mundial para el acceso equitativo a las vacunas contra la COVID-19- explica el significado de la decisión: “se trata de un reconocimiento de que la amenaza mundial que representa la COVID-19 no ha terminado. Aunque el mundo ha realizado progresos notables, poniendo en marcha el mayor y más rápido despliegue mundial de vacunas de la historia, no podemos permitirnos la autocomplacencia”.
Añade Berkley que “las primeras estimaciones de la demanda de los países indican que los países de renta baja que reciben apoyo de COVAX tienen previsto desplegar entre 350 y 450 millones de dosis adicionales de vacunas en 2023, y nosotros tenemos acceso a las dosis necesarias para apoyar sus esfuerzos continuados”.
“La pandemia ha contribuido a descensos históricos en las tasas de inmunización sistemática y a un aumento alarmante de brotes de enfermedades, como el cólera y el sarampión. Centrarse en la COVID-19 y en otras prioridades de inmunización no debería ser excluyente. Aumentar las tasas de cobertura de la COVID-19 y reforzar las de mayor riesgo no sólo significa salvar más vidas, sino que ayuda al personal sanitario y a los sistemas de salud de los países de renta baja a seguir siendo resistentes frente a estas y otras prioridades urgentes”, concluye el director general de Gavi, la Alianza para las Vacunas.