En el cine y la ciencia ficción, las situaciones extremas tienden a sacar lo peor y lo mejor de las personas. Como buen cinéfilo, Guillermo Díaz, el nuevo portavoz de Sanidad de Ciudadanos en el Congreso, lo sabe. Como también sabe que en el momento actual no han hecho falta el cine ni la ciencia ficción para demostrar la verdad de esa frase.
Neófito en asuntos sanitarios, a favor de este abogado juegan dos cosas. Una, su facilidad para aprender. Dos, una experiencia de años haciendo divulgación científica en medios. De ahí viene su afán en aplicar el método científico. Lo hizo primero en la radio, aplicando la Ciencia a la Historia —“arqueología experimental”, dice que se llama— y ahora, desde la crítica constructiva, intenta hacer lo mismo en Política.
“En Sanidad va a haber que tomar posicionamientos de gran envergadura política, pero también decisiones de gran importancia técnica y sanitaria, y para estas cuestiones técnicas, cuanto menos entre el político, mejor”, asegura en el encuentro virtual que ha mantenido con Gaceta Médica y El Global.
Pregunta. De momento hay consenso político para ampliar el estado de alarma, pero no son iguales las posibilidades de rubricar un gran acuerdo nacional, esos nuevos Pactos de la Moncloa a los que aspira el Gobierno. Ciudadanos tiende la mano al Gobierno desde el primer minuto de esta crisis y, de hecho, ha presentado su particular propuesta de Pactos de la Reconstrucción. ¿Cree sinceramente que, viendo la escalada de tensión política, hay posibilidad de llegar a un gran acuerdo?
Respuesta. Yo creo que la realidad va a arrollar a quienes mantengan posiciones netamente partidistas. Si no somos capaces de ponernos de acuerdo en esta situación, con cientos de muertos diarios, el sistema de partidos actual es inútil. Nunca en el pasado reciente nos hemos visto en una situación como esta. Si en una circunstancia de profundo carácter político, como fue la Transición, nos pusimos de acuerdo, cómo no vamos a ser capaces en una circunstancia de supervivencia y biológica? Hay una obligación moral de buscar un acuerdo con el Estado. Porque ésta es una cuestión de Estado, no de Gobierno. Era nuestra obligación moral intentar aportar y no poner palos en la rueda ni pensar en términos electoralistas. Quien ahora mismo, con cientos de muertos diarios, esté pensando en votos tiene una estructura moral que yo no puedo aprobar.
P. Ciudadanos tiende la mano, pero también reciprocidad, información anticipada y consenso en las medidas a adoptar. A día de hoy, según la propuesta que han remitido, ¿qué medidas considera C´s que son más urgentes adoptar para consolidar la ralentización de los contagios, seguir aliviando las UCIs y comenzar el desescalado de las medidas?
R. Hay dos cuestiones muy importantes: la incertidumbre y la falta de previsión. Nosotros queremos atacar estos dos problemas, primero con fiabilidad y un plan estable de medidas a adoptar a corto y medio plazo. Las empresas, los hospitales y los centros de Primaria deben saber a qué atenerse. Lo de las mascarillas es un ejemplo de mala gestión y falta de previsión.
En segundo lugar, es necesario asegurar el suministro de equipamientos para los centros de Atención Primaria y los hospitales. Aquí, la colaboración público-privada es fundamental. Hay quienes demonizan al sector privado. Pero en una cuestión de Estado, como la actual, el Estado es todo: lo público y lo privado. Queremos un plan en el que lo público y lo privado vayan de la mano, junten ideas y se coordinen para asegurar equipamientos. ¿Cuánto ha tardado la empresa privada en suministrar respiradores hasta que hemos conseguido el autoabastecimiento? Hagamos un plan que se pueda dejar en suspensión para estar preparados por si esto se repite.
En tercer lugar, hay que pactar una eventual relajación del confinamiento. Lleguemos a un acuerdo. Y por último, vamos a inundar a España de test. Hay muchos laboratorios de las universidades sin utilizar. ¿Por qué?
Guillermo Díaz: “Queremos un Plan en el que lo público y lo privado vayan de la mano y se coordinen para asegurar equipamientos”.
P. Desde el conocimiento que tiene en el ámbito de la comunicación, ¿cree que la comunicación oficial en el caso del coronavirus ha sido la correcta?
R. El Gobierno ha sacrificado mucha eficiencia en pro de la comunicación. Esto no se combate con lírica, ni con homilías de literatura. Tú le tienes que dar a la gente un manual de instrucciones de lo que tiene que hacer; no le tienes que contar que estás haciendo lo que puedes. El exceso de sacralización de las técnicas de la comunicación está siendo perjudicial en este momento.
P. ¿Qué le parece que se hayan negado los equipos de protección a los farmacéuticos por considerar que son “riesgos inherentes” a su trabajo?
R. No es concebible que cualquier colectivo que se sepa que va a tener contacto con gente que puede estar infectada —y a nadie se le escapa que al primer sitio al que va mucha gente es a su farmacia— no se le dote y no se le considere personal de riesgo. Tampoco se ha considerado personal de riesgo a personal de prisiones, a los miembros de la UME, que están desinfectando las calles, y a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. No sé si lo han hecho porque no había equipos para todos, pero en ese caso es mejor decirlo. Pero negar esa condición pude confundir. Nosotros consideramos, evidentemente, que tenían que haberse considerado personal del riesgo como los otros colectivos.
P. ¿Deberían el Gobierno favorecer que las farmacias sean consideradas, como ya ocurre en alguna comunidad autónoma, un sitio de referencia para reparto de mascarillas a la población?
R. Deberían ser ‘el’ sitio. ¿Quién mejor? ¿Quién va a saber explicar cómo se pone una mascarilla, de qué está compuesta o cuántas veces se puede utilizar? Nadie mejor que los farmacéuticos sabe cómo interpretar mejor las características del material sanitario.
P. Hoy el coronavirus lo es todo. Ha obligado a reorganizar la asistencia que se presta en los centros sanitarios, reduciendo a “lo imprescindible” el abordaje de otras patologías. ¿Qué impacto cree que cabe esperar de cara a estas otras enfermedades, que hoy están quedando relegadas a un, digamos, segundo plano?
R. Al desviarse a la Atención Primaria gran parte de la presión del coronavirus, hace falta ir preparando una nueva realidad de cara al resto de enfermedades hasta que recuperemos la velocidad de crucero que teníamos antes. Un ejemplo de ello es la EPOC. Es necesario tratar de forma diferente las enfermedades respiratorias. Ya está demostrado que el coronavirus hace más daño a quien tiene este tipo de patologías. Nosotros hemos hecho propuestas, entre ellas cambiar el sistema de visados. El fin último de un trámite burocrático en Sanidad es dar garantías y beneficios para el paciente. No parece que el sistema de visados lo esté consiguiendo actualmente. Hay que darle una vuelta al sistema de visados.
P. En marzo, Ciudadanos registró varias preguntas al Gobierno acerca del visado a la triple terapia en EPOC y sobre las recomendaciones que la AGP publicó ya en 2018. ¿Han recibido respuesta del Gobierno?
R. Aún no.
P. ¿Cree que la decisión de Madrid de eliminar temporalmente los visados con motivo de la crisis debería ampliarse a largo plazo, como piden los pacientes? Desde el Congreso lo están haciendo, pero ¿tienen pensado registrar propuestas en este sentido, o apoyar y promover de alguna manera la decisión de Madrid de cara a otras comunidades autónomas?
R. Nuestra política tiene como objetivo que uno tenga los mismos derechos, posibilidades y garantías con independencia del sitio donde viva. Si se demuestra que en Madrid la situación mejora, evidentemente hay que trasladarlo a las demás administraciones. No tiene sentido que alguien pueda conseguir un medicamento de forma más fácil en Madrid sencillamente porque se ha cambiado el sistema de visados en Madrid. Automáticamente propondríamos cambiarlo en todas las comunidades autónomas.
P. Durante su primera comparecencia en el Congreso, Salvador Illa anunció su intención de impulsar una nueva estrategia en política farmacéutica en el SNS. A la luz del papel que la industria, la farmacia y la distribución están teniendo en esta crisis, ¿qué pediría Ciudadanos para esa estrategia y qué papel relevaría para un sector que muchas veces no se ha sentido del todo reconocido por el actual Gobierno?
R. En primer lugar hay que aislar los discursos que demonizan al sector farmacéutico. Creo que ha quedado demostrado, y no es opinión mía, que la industria farmacéutica está a la altura de las circunstancias, que saben ser altruista y que sabe sacrificarse y ponerse a trabajar por el Estado igual que todas las demás estructuras del Estado.
En cuanto a la farmacia, el farmacéutico es en muchas ocasiones la primera comunicación de las personas con el ámbito sanitario. Vamos a hacerla más eficaz. Démosle herramientas para hacerla más eficaz y para que pueda exprimir esa primera toma de contacto. A lo mejor hay que estudiar que puedan acceder a la historia clínica. Cuanto más informado esté, mucho mejor.
Por otro lado, habría que estudiar la posibilidad de que, en circunstancias como las actuales, de manera excepcional y con todas las garantías y herramientas de seguridad disponibles, quizá mediante un certificado digital sanitario coordinado con el centro de salud, se puedan vender a domicilio medicamentos con receta.
P. ¿Es el momento de apostar por la Atención Farmacéutica Domiciliaria?
R. Quizá se podría hacer al menos una prueba de la asistencia del farmacéutico en el domicilio.
P. A las puertas de otra crisis económica, la industria farmacéutica teme que le vaya tocar pagar las consecuencias con medidas de recorte y falta de acceso, como ya ocurrió con las medidas adoptadas entre los años 2010 y 2012. ¿Qué propone C´S para que la industria siga siendo un referente en el país?
R. Lo que nos ha pasado no puede caer a plomo sobre ningún sector de la sociedad. ¿Cómo evitar que caiga a plomo sobre la industria farmacéutica? Consiguiendo financiación de Europa con eurobonos, llevando una postura común, sin discursos xenófobos ni purismo extremista, de manera que todo se pueda financiar por el Estado y por Europa. Porque Europa ahora tiene que demostrar que es útil en esta situación. El coste de hacer caer la situación sobre la industria farmacéutica supondría debilitar una industria crucial en la lucha contra el coronavirus. Tenemos que reforzar las industrias capaces de reforzar la pandemia; no debilitarlas.
P. Han presentado una PNL para la optimización de recursos en Ciencia e I+D+i para hacer frente a la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, para su debate en el Pleno y en la Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades. ¿Qué aspectos principales destacaría?
R Esa proposición tiene varios puntos. Destaco tres. En primer lugar, la creación de un fondo de investigación de carácter plurianual de 50 millones para organismos públicos y privados para la investigación de desarrollo de kits rápidos, porque hemos visto que es lo que nos ha fallado. Nos veremos mejor previstos para lo que pueda venir en el futuro. En segundo lugar, coordinar, a través del Consejo de Política Científica, la actuación de la Administración General del Estado y de las comunidades autónomas. Es decir, que la administración descentralizada no sea una debilidad, sino que tenga un punto de encuentro.
En tercer lugar, crear un Consejo Asesor Empresarial que colabore y oriente al gobierno de la Nación. Hay que crear un organismo que ponga en común lo que saben la empresa privada y el gobierno y que engrane la colaboración público-privada, no solo para investigar en el coronavirus, sino en todas las áreas.
Otra idea que no está en el plan, pero que pedimos desde Ciudadanos, es crear la figura de un agregado permanente de carácter científico en las embajadas españolas. Alguien que pueda informarse y ofrecer lo que sabe España en materias sensibles y de interés. Queremos que esa figura exista. No es nada caro y es algo que daría réditos importantísimos a muy corto plazo.
P. Todo el mundo espera con ansias la vacuna contra la Covid-19, pero cuando llegue, será vital haber hecho una compra con previsión. ¿Debería realizarse un plan a largo plazo para que las compañías puedan tener una previsión clara de las compras, no ya de la aún hipotética vacuna frente al coronavirus, sino también para la vacuna de la gripe o del neumococo?
R. Esta cuestión debe salir de la mesa que se va a formar en el Congreso para debatir la reedición de los Pactos de la Moncloa. Una de las conclusiones que debe dejar esa mesa cuando deje de funcionar es qué política de compra de productos farmacéuticos vamos a llevar a cabo. Y no sólo me refiero a la vacuna, que también, sino a los equipos de protección y a los medicamentos. Si de esa mesa no sale una estrategia de compras farmacéutica única para toda España, con todos los partidos de la mano, estaremos cometiendo un error muy grave, porque el país que vaya unido en esto será más potente que otros.
P. Esta crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de aumentar la financiación en Sanidad y Ciencia. Estamos a expensas de llegar al 7% previsto por el Gobierno en Sanidad y al 2% en Ciencia. ¿Es suficiente, para Ciudadanos, o es necesario ir a propuestas más ambiciosas?
R. Si se cumplieran esos objetivos y viéramos sus frutos, podríamos hablar de elevarlo o de buscar más recursos. Pero no lo estamos cumpliendo. El 2 por ciento en Ciencia estaba previsto para 2020. Y no se está invirtiendo.
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