La gripe es un problema de salud pública muy importante, tanto por la mortalidad que provoca directa o indirectamente, como por las complicaciones y los costes económicos y sociales que ocasiona. Para combatir la enfermedad y disminuir la mortalidad y los ingresos hospitalarios, la vacunación anual es clave.
En esta temporada 2020-2021, nos hemos encontrado con una línea plana en la incidencia de la gripe, pues la pandemia de COVID-19 ha propiciado un incremento de la cobertura vacunal por la creencia generalizada de que protegerse frente a la gripe era bueno para la COVID-19. “Ante la percepción de riesgo, aumentan las coberturas de vacunación, sobre todo entre la población más anciana”, destacan los miembros del Grupo de Trabajo sobre Gripe 2021 (ver tabla), organizado por Fundamed y con la colaboración de Seqirus.

Coberturas excepcionales
Según los datos preliminares, este año se han obtenido unas coberturas de vacunación excepcionales en gripe, con más del 65 por ciento de pacientes mayores de 65 años vacunados, lo cual representa un aumento de más de 10 puntos respecto a la campaña anterior.
Pero, a pesar del incremento, las tasas no son las deseables ni han alcanzado el objetivo mínimo del 75 por ciento marcado por el Ministerio de Sanidad para esta temporada. “Falta creer en la importancia de la vacunación de la gripe y en la vacuna como elemento de prevención”, dicen los expertos.
Vacunas de inmunogenicidad aumentada
Algo que no ayuda a la hora de aumentar las coberturas vacunales en gripe es que las vacunas de la COVID-19, con efectividades que no bajan del 70 por ciento, están dejando el listón muy alto y eclipsando así a las vacunas de la gripe, que cuentan con una eficacia moderada (entre el 40 y el 60 por ciento, según un metaanálisis realizado en la Atención Primaria estadounidense).

Los expertos del Grupo de Trabajo ven necesario hacer una estrategia de comunicación: son virus distintos y la incidencia de la gripe se ha demostrado que es enorme. Además, el esfuerzo inversor que se ha hecho en una vacuna y en otra no es el mismo.
Al hablar de la alta eficacia de las vacunas COVID-19, a los expertos les merece una buena consideración las vacunas antigripales de inmunogenicidad aumentada. “Tenemos mejores vacunas frente a la gripe y, evidentemente, hay que potenciarlas y usarlas”, aseguran.
Insisten en la importancia de la innovación terapéutica, en la investigación y en la posterior llegada de nuevas vacunas. Así, estos avances en la incorporación de nuevas vacunas mejoradas potencian su efectividad y eficacia.
“Tenemos mejores vacunas frente a la gripe y, evidentemente, hay que potenciarlas y usarlas”
Colectivos vulnerables

Si el objetivo es ofrecer las mejores vacunas frente a la gripe a la población, qué mejor que usarlas para los colectivos más vulnerables y con más riesgo de sufrir una gripe grave. Desde hace años, las comunidades autónomas trabajan evaluando la inmunogenicidad y tienen claro que estas vacunas con potencias aumentadas provocan mayor inmunogenicidad en los mayores. Los expertos resaltan que se han obtenido buenos resultados con este tipo de vacunas. “La inmunogenicidad aumentada en mayores de 65 no debería discutirse, tendría que ser unánime. Vacunar a mayores siempre es un beneficio en gripe”, señalan.
Al mismo tiempo, recuerdan que el territorio de la inmunosenescencia supone el 20 por ciento de la población total, por lo que hay que potenciar el uso de las vacunas de inmunogenicidad aumentada para que los mayores tengan una mayor tasa de cobertura.
Coste-efectividad de la vacunación
A nivel mundial, se estima que cada año mueren hasta 650.000 personas por causas relacionadas con la gripe. En España, durante la temporada 2019-2020, un total de 619.000 personas acudieron a las consultas de Atención Primaria por gripe, hubo 27.700 hospitalizaciones, 1.800 ingresos en la UCI y 3.900 muertes asociadas a la gripe, según datos del Ministerio de Sanidad.
Por eso, la vacuna antigripal es esencial, ya que tiene un impacto claro y rotundo sobre la carga de la enfermedad. La eficacia de la vacunación antigripal es indudable: consigue reducir hospitalizaciones y muertes.

Además, supone un ahorro económico. Y es que, unas 27.700 asistencias hospitalarias, que suponen 7 días de estancia, si se multiplican por el coste de estancia, que ronda los 500 o 600 euros al día, estamos hablando de grandes costes para el sistema sanitario, concretamente más de 100 millones de euros.
Por tanto, se puede decir que la vacuna contra la gripe es coste-efectiva. También lo son las vacunas de inmunogenicidad aumentada pues, aunque sus costes son mayores, merecen la pena por su eficacia. Así, los expertos instan a incorporar este tipo de vacunas más innovadoras y efectivas, ya que los recursos son escasos y las necesidades, muy grandes.
Un peligro independiente de la COVID-19
Aunque la COVID-19 ha animado a la vacunación, esto puede suponer un efecto contrario a la hora de volver a vacunarse de la gripe. Se tiende a comparar la gripe con la COVID-19 y se piensa que la primera es solo un pequeño problema respecto a la segunda. No existe una conciencia real por parte de la población y, aunque en menor medida, tampoco la hay entre los sanitarios.
Lo cierto es que, aunque puede afectar a cualquiera, Sanidad considera a ciertos tipos de población como vulnerable (ancianos, embarazadas, menores de 5 años, pacientes con enfermedades crónicas o inmunodepresión y los profesionales sanitarios y sociosanitarios, que también podrían considerarse de riesgo al estar más expuestos y poder transmitir la enfermedad a los más vulnerables).
Si bien los expertos ven razonables los objetivos de cobertura de vacunación antigripal establecidos por el Ministerio de Sanidad la temporada pasada –alcanzar o superar el 75 por ciento de cobertura en mayores y el 60 en embarazadas o personas de riesgo–, proponen contemplar también el papel de los convivientes en la estrategia e incorporarles a la vacunación prioritaria.
La enfermedad gripal tiene un alto impacto y continúa siendo un peligro independiente de la COVID-19, por lo que los expertos inciden en la importancia de la vacunación antigripal de cara a las próximas campañas. Y es que la gripe, lejos de haber desaparecido, está ahí y volverá una vez pase la pandemia.
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