Al cierre de esta edición, el video que Marta Sibina, diputada de Unidos-Podemos, colgó el 7 de diciembre en YouTube para denunciar la dinámica de la política farmacéutica de las últimas décadas superaba las 935.000 visualizaciones, 26.000 likes (2.600 dislikes) y 1.850 comentarios. EG ha extraído tres de las ideas más importantes de su mensaje para analizar sus aciertos e inexactitudes.
Las diferencias de precios
Sibina denuncia que la industria pone precios desorbitados a los medicamentos, que difieren entre países y que además se desconocen. Este debate parte de dos bases: una, que en la UE la fijación de precios es competencia de los estados; dos, que los precios oficiales que aparecen en los listados no son los reales que pagan los estados, pues a ellos hay que añadir los descuentos que cada estado negocia con las compañías.
¿Por qué no se conocen los precios reales? Esta práctica gustará más o menos, pero es la única que hasta ahora ha permitido garantizar el acceso a las innovaciones, garantizando un retorno adecuado a la labor de investigación y la sostenibilidad del sistema. Para entender la dinámica de estas negociaciones hay que tener en cuenta varias cosas. Para empezar, que no todos los medicamentos están en todos los países. Parece lógico pensar que el número de medicamentos que un laboratorio tiene en cada país debe influir en el poder de negociación a la hora de conseguir precio. Además, los países negocian en función del volumen y de sus condiciones socioeconómicas. Alemania, con 80 millones de habitantes, no es lo mismo que Estonia, con 4. Conviene recordar lo que Agustín Rivero, ex director de Farmacia, dijo en una entrevista a la revista EDS: “¿Por qué hemos sacado unos precios tan buenos en hepatitis? Porque hemos tratado a 52.000 pacientes, que es algo que no se ha visto en ninguna parte del mundo. Los franceses el año pasado [por 2015] trataron a 14.000; los italianos, a 18.000”.
La fijación de precios
Según Sibina, el proceso por el que se adoptan las decisiones de precio y reembolso no es transparente, y esta postura aparece respaldada por muchas voces críticas, en especial desde 2012, cuando la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos decidió hacer públicos solo los acuerdos sobre genéricos. Además del sector, respaldado por los economistas de la salud, Ciudadanos comparte con Podemos la necesidad de revisar el modelo de fijación de precios, tomando además el NICE británico como referencia. Lo que Francisco Igea, su portavoz de Sanidad, no comparte son las formas. “Cada uno tiene su manera de comunicar y ésta ha resultado efectiva, pero hay que sentarse a hablar del proceso de fijación de precios sin demonizar y con responsabilidad”, dice.
La ‘pinza’ PP/PSOE en el Congreso
Este debate fue objeto de un hilo en Twitter entre la diputada —que denuncia que PP y PSOE están bloqueando la subcomisión que Podemos impulsó hace un año en la Comisión de Sanidad para estudiar el sector— y Jesús María Fernández. “El PSOE no bloquea esta comisión. Votamos a favor de ella y simplemente está a la espera de que la Mesa del Congreso permita su inicio, dado que hay un límite de subcomisiones que pueden existir de manera simultanea”, dijo el portavoz de Sanidad de PSOE en el Congreso. En su respuesta, Sibina matizaba su postura, apuntando que “el reglamento del congreso es obsoleto”. Lo cierto es que fueron ella misma y Fernández los que votaron en Comisión a favor de que la primera subcomisión a crear fuera la de dependencia, y no ésta.