Por Nicolás González Casares, eurodiputado de S&D y ponente del Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo al papel reforzado de la EMA.
Tras años de mal llamada austeridad, Europa entró a la crisis provocada por la COVID-19 debilitada por años de recortes presupuestarios y de personal en sus sistemas sanitarios. La UE y sus Estados miembros no estaban preparados para afrontar un reto de esta magnitud y agencias como la del Medicamento (EMA) o el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) no tenían una mandato adecuado ni recursos suficientes.
Aún así, Europa logró superar la descoordinación y el desconcierto iniciales, adoptando medidas y adaptando estructuras para dar una respuesta común a un desafío que no entiende de fronteras. El éxito de del acceso común y equitativo a las vacunas es prueba de ello.
Dentro de las lecciones aprendidas se encuentran los tres reglamentos de la Unión de la Salud, que constituyen un claro propósito de enmienda: un sistema de gestión de crisis sanitarias común y mandatos reforzados tanto para el ECDC como para la EMA.
Porque en materia sanitaria, como en todo, necesitamos más Europa.
Con el acuerdo ratificado esta semana por el pleno en Estrasburgo, la EMA se dota del marco institucional adecuado para hacer frente a futuras crisis sanitarias en el ámbito de los medicamentos y los productos sanitarios.
Y, gracias a la presión del Parlamento, donde he tenido el orgullo de liderar este reglamento, hemos logrado reforzar el carácter preventivo del mismo, de manera que las estructuras creadas para dar respuestas a futuras crisis tengan competencias de preparación ante las mismas.
Igualmente, reforzamos la transparencia tanto de la Agencia en su toma de decisiones como de todos los actores de la cadena de suministro, fortaleciendo además la participación de profesionales y pacientes, y fomentamos la cooperación entre las agencias de la UE. Además, allanamos el camino para promover ensayos clínicos para el desarrollo de vacunas y tratamientos, reforzando también la transparencia en estos procedimientos.
Y dotamos a la Agencia de una herramienta crucial: la nueva Plataforma Europea de Seguimiento de Desabastecimientos, destinada a supervisar el suministro de medicamentos y prevenir desabastecimientos mediante el aporte y control de oferta, demanda y nivel de stocks.
En definitiva, más transparencia, más participación, más coordinación, más control y más prevención.