38 mujeres han sido asesinadas como consecuencia de la violencia de género en lo que va de año. 1.171 desde que comenzaron los registros en 2003. De todas ellas, aproximadamente el 75 por ciento no había presentado denuncia.
Estas cifras hablan por sí solas, no solo poniendo de manifiesto una de las problemáticas sociales más arraigadas y difíciles de erradicar, sino mostrando la necesidad de crear sistemas y recursos que faciliten la detección precoz y el apoyo a las víctimas de violencia de género.
Uno de dichos recursos es, sin lugar a duda, la Red de Farmacias. Con más de 22.000 farmacias y 55.500 farmacéuticos comunitarios, no solo es una de las redes de mayor extensión y capilaridad de Europa, sino que constituye una red de inteligencia y compromiso formado por profesionales sanitarios, completamente accesible a cualquier colectivo y que está en contacto directo y constante con todas las personas, en cualquier lugar del país, a cualquier hora del día.
Esto se traduce en un enorme potencial para detectar, informar y acompañar a cualquier mujer que sea víctima de violencia de género, a lo largo de un proceso que sabemos, es frágil, largo y complejo. La protección efectiva de estas mujeres requiere del trabajo coordinado de un amplio espectro de profesionales, entre los que los farmacéuticos pueden jugar un importante papel.
Movidos por este compromiso, los profesionales de la Farmacia llevamos años trabajando como miembros del Pacto Contra la Violencia de Género. Un Pacto que seguramente se actualice en 2023 y del que volveremos a formar parte. Hemos desarrollado multitud de campañas de sensibilización sobre esta realidad y hemos creado el Protocolo de Actuación en la Farmacia Comunitaria ante la violencia de género, difundido nuevamente este año con motivo del Día Internacional el 25 de noviembre, y que establece unas pautas normalizadas y homogéneas para la detección precoz y actuación ante posibles casos.
Estamos convencidos de que la Farmacia, que está a menos de cinco minutos de cualquier hogar en toda España, puede ser una salida, un lugar donde las víctimas se sientan seguras y un medio que ayude a romper el silencio, que visibilice una lacra social que no debe dejar nunca de denunciarse públicamente.