Suprimir patentes no traerá más vacunaciones contra la COVID-19

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La idea de que, al suspender las patentes, solucionemos la escasez de vacunaciones de COVID-19 en países con dificultades es falsa y puede ser un gran error que afecte al presente y al futuro de la lucha contra la pandemia. Sin embargo, ¿quién no puede ver esto con buenos ojos? Sin duda, todo lo que contribuya a mejorar el acceso de vacunas para la COVID-19 para países que está teniendo serios problemas es una prioridad absoluta. Latinoamérica e India son ejemplos claros de que la pandemia se recrudece en cualquier momento.

La propuesta del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de suprimir las patentes de las vacunas se hace cuando han administrado ya 250 millones de dosis distintas a sus habitantes. Por su lado, la Unión Europea ha fabricado y exportado vacunas a distintos países desde su territorio, incluyendo Reino Unido y Japón. Y lo hace cuando la UE ha administrado unos 200 millones de dosis a sus ciudadanos.

“Para la UE lo importante es que los países productores permitan las exportaciones a países en vias de desarrollo. Esa es la verdadera solidaridad que resulta eficaz”

Para la Unión Europea lo importante es que los países productores permitan las exportaciones a países en vias de desarrollo. Esa es la verdadera solidaridad que resulta eficaz.

Un anuncio precipitado

El análisis de la situación debería tener presente que la India es uno de los primeros fabricantes de vacunas de COVID-19. Pero necesita la capacidad de vacunar, y un sistema sanitario eficaz para gestionar la pandemia y vacunar con más rapidez a los más de 1.300 millones de hindúes. Si liberar las patentes nos ofreciera la garantía de tener vacunas eficaces y seguras, en la suficiente cantidad y administradas de manera adecuada, sería una gran idea.

Fabricar con garantias

La falta de control de las patentes hará resurgir la producción  de vacunas sin la debida seguridad del proceso de fabricación. El complejo proceso de fabricación de las sustancias y los controles de calidad son esenciales para fabricar con garantías. El establecimiento de alianzas y acuerdos ha sido un éxito, con más de 200 acuerdos firmados por las compañías propietarias de las patentes.

Sólo estos acuerdos pueden garantizar la producción de miles de millones de dosis. Sin el conocimiento preciso del titular del proceso, tan relevante como el producto final, se asumen riesgos.

Además, se pueden producir falsificaciones, lo que es aún peor y un serio riesgo para la salud en el mundo. La OMS ha alertado en varias ocasiones sobre medicamentos falsificados que llegan a cualquier parte del mundo adquiridos por internet. En 2010 el mercado global de medicamentos falsos se elevó a 75.000 milones de euros.

“el suministro de materias primas puede verse agotado por una multitud de plantas de producción desconocidas, produciendo escasez global en un proceso fuera de control”

Suministro mundial en peligro

Pero el suministro de materias primas clave puede verse agotado por una multitud de plantas de producción desconocidas en el mundo que competirán por las mismas, produciendo escasez global en un proceso fuera de control.

La alternativa sigue siendo los acuerdos de producción, ampliarlos y buscando fórmulas para acelerar un proceso que ha sido liderado por las mismas compañías que deben traernos nuevas vacunas en el futuro.

Medidas extraordinarias, que funcionen.

La UE es partidaria de medidas extraordinarias, pero que funcionen.

La representante de Comercio de Estados Unidos ha asegurado que “circunstancias extraordinarias de la pandemia exigen medidas extraordinarias”. Pero el asunto es que esta solución puede comprometer el suministro de las materias primas, la falta de control sobre los procesos de fabricación y la proliferación del mercado de vacunas falsificadas, como ocurre con determinados medicamentos. Una mala decisión no sólo no salvará más vidas, sino que comprometerá el futuro desarrollo de nuevas vacunas contra la COVID-19.