Las buenas prácticas de distribución y la calidad en la cadena del medicamento

Tribuna por Juan del Río Ferreiro, vocal nacional de distribución del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos

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Gran capacidad y capilaridad logística, con miles de referencias, rutas, repartos y kilómetros recorridos. Grandes instalaciones climatizadas y automatizadas, a la vanguardia de la tecnología, vías de rodillos y furgonetas. Esos son los elementos identificativos generalmente asociados a la distribución farmacéutica, aunque sus elementos más conocidos, en contacto permanente con el mundo, son las cubetas, identificadas por sus formas y colores característicos.

Podemos decir que dentro de las cubetas hay mucho más que cajitas de productos. Hay acceso a todos los medicamentos y productos sanitarios en óptimas condiciones para todos los ciudadanos; con garantía de que cumplen todos los requisitos legales y los estándares de calidad; y con total trazabilidad de todas las transacciones y flujos logísticos: directos, inversos y transversales, entre los distintos agentes y niveles asistenciales.

Porque detrás de las cubetas hay mucho más que logística. Hay un sistema de Calidad, las BPD, basado en el análisis de riesgos y la mejora continua certificado por la Administración. Hay personal formado y cualificado. Hay un escudo antifalsificaciones, un sistema de alertas y retirada de productos no aptos. Hay conocimiento y tecnología para la gestión eficaz del aprovisionamiento que minimiza el impacto de las irregularidades en el suministro, puestos al servicio de las instituciones para entender y prevenir las situaciones de desabastecimiento.

La cadena de suministro en el sector, como en otros muchos, se va haciendo más compleja. Ante esa complejidad creciente y la aparición de nuevos modelos de colaboración entre distintos niveles asistenciales, la atención domiciliaria, la teleasistencia, la coordinación con la Salud Pública… es necesario integrar los distintos sistemas de calidad de sus eslabones, y darle a todos ellos la cohesión y la robustez a la que estamos acostumbrados en el modelo tradicional. De este modo, en línea con propósito expresado en el lema de nuestro Día Mundial, contribuiremos a fortalecer los Sistemas Sanitarios con el Farmacéutico, también con los de la Distribución. En definitiva, más allá de las cubetas, garantizando el acceso y de la calidad, hay un farmacéutico.

El papel de la distribución farmacéutica es fundamental para asegurar que los medicamentos y productos sanitarios permanecen siempre en un circuito farmacéutico de extremo a extremo, desde la primera a la última milla, en todas sus transacciones y en cualquiera de ellas. Existe el riesgo de  reducir los aspectos relativos al circuito físico de los medicamentos y los productos sanitarios a una mera cuestión de transporte. Pero donde hay un medicamento, debe haber el control de un farmacéutico. Y cabría añadir en este caso… una acreditación de cumplimiento de las BPD. 

Por todo ello, en la línea del compromiso del CGCOF con la actualización de competencias en todos los ámbitos de desempeño de la profesión, organizamos las Jornadas Profesionales de Buenas Prácticas de Distribución que tendrán lugar el próximo 17 de octubre en Madrid. Desde la Vocalía animamos a participar en ellas como una oportunidad para cualquier farmacéutico de enriquecer sus conocimientos en cuestiones relacionadas con la calidad o el análisis de riesgos en la gestión de los medicamentos.