El Plan Anual Normativo del Gobierno incluye la modificación de la Ley del Medicamento, por un lado, y un Real Decreto para regular la financiación y fijación de precios de los medicamentos. Pero no es una novedad la primera de las modificaciones mencionadas, ya que también se incluía la reforma en el anterior Plan Normativo del año pasado.
Lento avance de la reforma
Pero en 2022 apenas se hizo público antes de verano de un documento poco concreto de la supuesta reforma de la Ley del medicamento dentro de la audiencia pública habitual. Entre tanto, el relevo en la Dirección General de cartera básica y farmacia, con la llegada de César Hernández, supuso un revulsivo y relanzamiento de la propia reforma.
A día de hoy, los tiempos ponen contra las cuerdas la reforma y se empieza a hablar, dentro del Congreso, de que los plazos no harán posible la tan anunciada Ley.
Durante la primera semana de octubre tendrán lugar las últimas sesiones parlamentarias y el Congreso dejará de ser operativo de forma ordinaria. Ya funcionará, a partir de la primera semana de octubre, con los habituales procesos de transición antes de las elecciones anunciadas para diciembre de 2023.
“¿Se van a abordar todos los asuntos con normativas de menor rango? Si fuera así, no es menos cierto que la Ley sería una tarea pospuesta a una nueva legislatura“
Sin ley y sin soluciones
El asunto es que realizar modificaciones puntuales exigiría abordar los asuntos que se considere más relevantes. Pero la dificultad de identificarlos exige acuerdos y debate con todos los eslabones del medicamento, y se trata de una tarea compleja y extensa.
¿Se van a abordar todos los asuntos con normativas de menor rango? Si fuera así, no es menos cierto que la Ley sería una tarea pospuesta a una nueva legislatura, ya que el medicamento requiere de una Ley más que de tapar agujeros, parcheando según las necesidades que se precisan para ajustar la política farmacéutica.
“O el Gobierno le da prioridad a la reforma de la Ley del medicamento o la situación compromete el prestigio de la presidencia de España del Consejo de la UE”
Anuncios enigmáticos
Lo que se ha avanzado es que habrá nuevas “perspectivas” en la financiación pública. Sin duda, no permite analizar con profundidad el impacto que esto tendría sin proporcionar más información que debería venir en forma de un borrador de texto legislativo.
Afortunadamente, el Plan Anual Normativo establece algo que el propio DG, César Hernandez, ha declarado en varias ocasiones. Las iniciativas “se evaluarán conforme al criterio del impacto sobre la economía en su conjunto o sobre sectores destacados de la misma”, según aclaran desde el mencionado Plan. Por tanto, la anunciada Ley y su diálogo con todos los agentes que declaró César Hernández, tiene ahora el reto de los tiempos y de que el ejecutivo lo priorice.
Sin duda, llegar a la presidencia española de la UE en julio y tener que impulsar el plan estratégico europeo farmacéutico, sin disponer de la Ley del Medicamento reformada en España, sería poco apropiado.
España no puede coordinar en el Consejo de Europa una estrategia farmacéutica que tiene ramificaciones en la política farmacéutica nacional. Bueno, se puede hacer, pero no contribuiría a la imagen internacional que gozan otras instituciones españolas como la Agencia Española del Medicamento (Aemps). O el Gobierno le da prioridad a la reforma de la Ley del medicamento o la situación compromete el prestigio de la presidencia de España del Consejo de la UE.