La medida que el ministro no quiere tomar

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La realización de test rápidos en farmacias resulta sorprendentemente incómoda para el ministro. Bruselas y otras CC.AA. le han obligado a admitir que revisará las propuestas aunque existen «reservas de tipo jurídico», insiste.

La co-Gobernanza que vivimos en la lucha contra la Covid-19 atribuye al ministerio el importante rol de facilitar la aplicación de medidas que se han mostrado útiles. El ministerio no sabe más de lo que resulta eficaz que comunidades como Cataluña o Madrid. Cada día luchan contra la pandemia. No debe ser un médico de despacho quien evalúe si determinadas medidas serán o no eficaces. Y menos un médico como F. Simón, reprobado por sus continuos errores y contradicciones.

Hay una petición de medida que se le atraganta al ministro cada vez que la oye. La realización de test rápidos en farmacias resulta sorprendentemente incómoda para el ministro. Los argumentos esgrimidos hasta ahora por el ministro Salvador Illa o el propio coordinador del CCAES, Fernando Simón, son pobres. «No es tan fácil», «resulta complicado», «debemos valorarlo» o «problemas legales». Un poco antes incluso hablaron de «no lo hemos analizado aún». ¿Qué razón está detrás de la negativa persistente?

Madrid, la pionera

El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) se ofreció a la Comunidad de Madrid para llevar adelante en las condiciones idóneas los test de Covid-19. Las exigencias a las que está sometida la farmacia, inspecciones incluídas, convierten en infantiles las quejas de «no estar formados para la realización de los tests».

Hay tantos argumentos a favor que no los repetiré ahora, pero sí diré que un farmacéutico italiano, inglés o francés, que sí realiza las pruebas, no debe estar mejor preparado que los profesionales españoles.

Madrid solicitó, de varias maneras, la realización de las pruebas. Lo anunció antes de pedirlo al ministro, quizás. No sabemos si ya le había sido comentado de manera informal. Madrid tuvo que recurrir a enviar una carta, en plena pandemia, para que el ministro hiciera caso y respondiera.

La respuesta: lo estamos evaluando

El ministro no está entusiasmado con la idea. Pero se ha complicado la negativa con la petición de Cataluña y de Murcia. Y muchas más le seguirán. Galicia está haciendo un piloto en Orense de test de Covid-19 en boticas.

No, el ministerio no lo está evaluando. Porque la medida no le gusta. No creo que piense que es eficaz, porque si no estaríamos hablando de un delito grave contra la salud pública. El delito actual del ministerio es contra el sentido común. Además, sobrevuela que la iniciativa de Madrid ha recibido demasiadas negativas hasta ahora como para que el ministerio diga que sí. Pero negarle a Cataluña lo mismo se hace difícil. Cada vez es más difícil zafarse de la idea de que la botica hará test rápidos de Covid-19, más pronto que tarde.

La Comisión Europea entra en escena

Madrid ha optado por un hecho tan insólito como desesperado. En una carta a la presidenta de la Comisión de Sanidad, Isabel Díaz Ayuso, le pide que interceda ante el ministro español de sanidad que no le autoriza la realización de los test en las farmacias. El propio Illa ha reconocido que la CE «valida» la estrategia de cribados» pero que requiere de personal «cualificado». La CE ve bien una medida que siguen otros países, porque sólo quiere que se haga de manera correcta. ¿O hay otra forma de hacerlo?

Un problema que ha estallado

Lo que empezó como una petición del COFM ha acabado en la mesa de la presidenta de la CE, von der Leyen. En el camino el ministerio ha hecho lo imposible por poner trabas a la medida, incluso sin haberla atendido inicialmente («no hemos tenido tiempo de revisarla» afirmó Fernando Simón al ser preguntado.

«La negativa del ministerio a los test en farmacias está funcionando a modo de dique de contención: va a reventar por presión»

Pero esto no tiene vuelta atrás. La opinión pública ya está al tanto. Cataluña, Madrid, Galicia, Murcia…el ministerio debe ayudar, no poner trabas. El daño al diagnóstico de la Covid-19 ya se ha hecho.

Cada semana de retraso facilitamos que personas con SARS-CoV-2 sigan sin saber si son portadoras. Un test sencillo y rápido en las farmacias facilitaría el diagnóstico, seguimiento y aislamiento de personas portadoras en su caso.

La negativa del ministerio a los test en farmacias está funcionando a modo de dique de contención. Puede ser que la presión dentro y fuera de España se haga insostenible y se rompa dicho dique, y de su brazo a torcer.

Illa abre una luz…con condiciones

En el seno del CISNS, el ministro Illa afirmó ayer que «estudiará» todas las peticiones de test en farmacias que indiquen «claramente» quién hará las pruebas, cómo, protocolo, etc. ¿Es que cree que eso no se iba a hacer de manera detallada estas pruebas? Esa información ya está sobre la mesa y es la que le hubieran hecho llegar desde Madrid, si la hubiera reclamado.

Su comentario sobre las «reservas de tipo jurídico» que pudieran existir es prueba de lo poco que le gusta al ministro…más excusas para justificar una incomprensible apatía. Cuando se está salvando a un náufrago, no se le puede pedir que rellene un formulario. Primero sálvalo.