Hace unos días se ha publicado un documento que alerta sobre el entorno económico que se cierne sobre los países de la UE. Un documento de la propia Comisión Europea dirigido a sus políticos y parlamentarios europeos, en el que advierte que es preciso hacer los deberes, bajar la deuda y dejar de gastar más de lo disponible. Porque nada es sostenible indefinidamente, como gastar más de lo que se ingresa. Europa debe repensar cómo avanza y qué se deja en el camino cuando toma decisiones en distintas materias, esto es, los costes de aplicar algunas políticas medioambientales demasiado generalistas sin estudiar su impacto en la vida real.
Política farmacéutica
El papel de avisar de lo que puede ocurrir, si se toman medidas erróneas, le toca ahora a la patronal de la industria farmacéutica europea, Efpia. La Efpia advierte sobre el peligro de limitar de forma general componentes polifluoroalquilados y perfluoroalquilados (PFAS) en la fabricación de medicamentos. El impacto de tal medida será que más de la mitad los de medicamentos de países entre los que está Noruega, Francia o Alemania se verían afectados si se aplica la restricción propuesta, pero no serán los únicos.
Desde España, también la patronal señala las cuestiones que desde Europa deben retomar para no perder el tren de la innovación si optamos por caminos que llevan a lugares en los que no queremos estar. Porque la voluntad de Europa es contar un un «sector resiliente, independiente y fuerte».
«todo el proceso de fabricación y desarrollo de nuevos medicamentos depende de muchos materiales PFAS»
Política medioambiental
Uno de las preocupaciones del sector farmacéutico es el medioambiente. La fabricación y producción de medicamentos y sustancias siempre incorpora el impacto medioambiental de dicho proceso. Desde hace años, empresas como GSK o IPSEN han realizado importantes inversiones para la fabricación de inhaladores sostenibles, que minimizan la huella de carbono.
La disminución del uso de diversos plásticos y el ahorro energético de ciertas medidas tienen un impacto en la aportación del sector en términos de descarbonización. SIGRE puede aportar muchos datos que muestran ese compromiso sólo en España, con la relevante presencia industrial del sector, y el impulso de la economía circular. Su presidente, Humberto Arnés, alertaba en marzo del «tsunami normativo mediambiental que viene» y de la necesidad de aprovechar las oportunidades, el principal reto que se afronta.
Sin embargo, las medidas que se quieren implantar desde Europa con los PFAS deben ser proporcionadas, específicas y causar el mínimo impacto en la disponibilidad de los medicamentos.
«Si Europa quiere ser autosuficiente y no depender de mercados externos, debería proteger, impulsar y facilitar la producción dentro de sus fronteras»
Evitar generalizaciones
Porque la realidad es que no todos los PFAS tienen las mismas propiedades peligrosas. Debe hallarse el enfoque adecuado que facilite que no se provoquen peligros reales de suministro de medicamentos en Europa. Unas medidas restrictivas en exceso de PFAS podrían paralizar la producción de hasta 600 medicamentos esenciales en nuestro continente, ha calculado la Efpia.
Y aquí es donde continúan las contradicciones de la UE. Si Europa quiere ser autosuficiente y no depender de mercados externos, debería proteger, impulsar y facilitar la producción farmacéutica dentro de sus fronteras. De lo contrario deberemos adquirir medicamentos en países de fuera de la UE, y ser dependientes de éstos, que sí utilizan PFAS y otras sustancias sin restricciones ni preocuparse por la huella de carbono.
Si las medidas que se tratan de implantar tienen un impacto excesivamente perjudicial para la vida de las personas y la economía de los países, es preciso repensar las decisiones. Efectos colaterales adicionales vendrían como consecuencia de malas decisiones en este sentido. El impacto de la competitividad de las empresas en la UE, en el mercado interior y su competencia, en la innovación y en la balanza comercial. En otras palabras, tendría un impacto negativo en todo lo que debemos preservar para que la sociedad europea avance.
Es preciso dar tiempo al sector farmacéutico para sustituir algunos de los PFAS utilizados (los perjudiciales especialmente), que incluyen componentes básicos, para materias primas para síntesis química de medicamentos con PFAS y sin PFAS. Esto quiere decir que todo el proceso de fabricación y desarrollo de nuevos medicamentos depende de muchos materiales PFAS.