EG ha estado un día en una farmacia rural en Cardeñosa, un pueblo de la provincia de Ávila. Marcos Gómez, redactor de EG, ha vivido la realidad del trabajo de la farmacia rural en primera persona. Porque la mejor realidad es la que se comparte, como en este caso, permitiendo relatar la actividad de los farmacéuticos rurales desde dentro. Beatriz Garrosa es farmacéutica en Cardeñosa con poco más de 450 habitantes.
Esta farmacéutica vocacional relata su labor diaria, que incluye cuando los pacientes con movilidad reducida no pueden acudir a su farmacia y ella les suministra la medicación. En plena pandemia era una necesidad vital.
“Un trabajo en equipo que demuestra que el sistema sanitario funciona cuando todos los profesionales se centran en el paciente y sus necesidades”
Y también explica con detalle cómo se coordina con el médico, acudiendo si es preciso a las casas, tras las visitas del mencionado médico. Un trabajo en equipo que demuestra que el sistema sanitario funciona cuando todos los profesionales se centran en el paciente y sus necesidades.
Los botiquines, locales abiertos al público un mínimo de 4 h semanales, cumplen su función de atender zonas que no cuentan con una farmacia. Y en estos momentos son la solución para que pueblos enteros tengan prestación farmacéutica. Pero son excepcionales, como asegura el presidente de SEFAR, Jaime Espolita. Y esta excepcionalidad requiere de apoyos, en forma de desgravaciones de gastos como la gasolina.
“Si se invierte en la farmacia rural se está invirtiendo en la sanidad rural, asegurando la prestación farmacéutica y la universalidad”
Si se invierte en la farmacia rural se está invirtiendo en la sanidad rural, asegurando la prestación farmacéutica y la universalidad. Y tampoco estaría de más abonar las guardias, porque ninguna farmacia rural puede sacar rentabilidad alguna de permanecer abierto durante la noche y no recibir apenas visitas, o incluso no recibir ninguna.
Si se trata de un servicio público necesario será preciso facilitarlo económicamente. Ahora no tiene un coste para la administración sanitaria, pero eso no implica que se considere el valor que tiene y se facilite cubrir los costes de una farmacia con escasa rentabilidad.
“Para que la despoblación no avance en la España vaciada es preciso que los servicios básicos permanezcan”
Los vecinos
Las personas en los pueblos tienen en su farmacia un apoyo sanitario excepcional. Con frecuencia, los farmacéuticos y farmacéuticas son los únicos sanitarios del pueblo. Beatriz Garrosa cuenta con una empleada, por eso puede, en ocasiones, también facilitar la entrega de la medicación si la situación lo requiere.
Los vecinos, y especialmente los mayores, han contado a EG lo mucho que valoran el trabajo de su farmacéutica. La vocación de esta farmacéutica rural la lleva a ayudar, en ocasiones, a pedir cita médica a través del móvil del usuario, a revisar pastilleros o comprobar la medicación que le queda en casa. Esto es una asistencia personalizada, que asegura que los tratamientos se cumplen y se facilitan.
Para que la despoblación no avance en la España vaciada es preciso que los servicios básicos permanezcan. Pocas cosas son tan básicas, y al mismo tiempo tan eficientes y poco costosas, como la atención farmacéutica en el medio rural. Pero no nos olvidemos de la atención farmacéutica en los pueblos, porque eso es olvidarse de los pueblos.