La salud pública se define como el conjunto de actividades organizadas por las Administraciones públicas, con la participación de la sociedad, para prevenir la enfermedad, así como para proteger, promover y recuperar la salud de las personas del territorio, tanto en el ámbito individual como en el colectivo y mediante acciones sanitarias, sectoriales y transversales. Su salto a primera línea de atención ha quedado más que patente con la COVID-19, así como la vacunación como efectiva línea defensiva y evidencia sostenida frente a la enfermedad.
El papel desempeñado por las compañías para esta tarea ha resultado fundamental, con un desarrollo en tiempo récord y en constante proceso de actualización, inmersos ahora en la segunda campaña de refuerzo inmunitario frente al SARS-CoV-2. Lo recoge EG, en un llamamiento al orden de la Asociación Española de Vacunología (AEV): a pesar de que los meses más duros de la pandemia han quedado atrás, la COVID-19 aún sigue estando muy presente.
Su presidente, Jaime Jesús Pérez, recuerda que tener una única dosis booster es suficiente, puesto que la protección “disminuye con el tiempo”. Prueba de ello es el último informe de la Ponencia de Vacunas (y aprobado por la Comisión de Salud Pública), que ha trascendido con las recomendaciones del Consejo Interterritorial para la vacunación otoño-invierno frente a la COVID-19.
Entre sus novedades, destaca la ampliación de las recomendaciones para Nuvaxovid, que también se tendrá en cuenta como dosis de recuerdo. Así, el trabajo acota su uso posible “tras haber recibido primovacunación con vacunas de ARNm, de vectores adenovíricos o de proteínas”. Sobre la importancia de contar con una cartera amplia y diversificada ‘a la europea’ incidía, precisamente, la directora general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, Elena Andradas, que ha recibido en la sede de su departamento a esta publicación. “En los últimos años tenemos una serie de vacunas muy buenas, no solo de tecnología MRNa”, destacaba.
Impulso decidido y comprometido
Las novedades en vacunación han protagonizado la actualidad mediática desde principios de semana. Y es que Ministerio de Sanidad y CC. AA se han dado cita en el, previsiblemente, último Interterritorial del año, celebrado de manera presencial en la ciudad extremeña de Mérida. El principal asunto que ha ocupado la reunión ha sido la aprobación del calendario vacunal común para toda la vida y su actualización para el próximo 2023. “Es importante seguir avanzando conjuntamente en la incorporación de nuevas vacunas”, indicó la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que dio cuenta de las principales vacunas que se han incorporado al documento de referencia sobre inmunización a nivel nacional, convertido ya en uno de los más completos de su historia.
El nuevo paradigma en vacunas también alcanza punto de ebullición en un momento en el que los sistemas sanitarios de medio mundo se están enfrentado a lo que se ha denominado como una ‘tripledemia’: la coincidencia en el tiempo del virus respiratorio sincitial (VRS), gripe y COVID-19. Cabe detenerse especialmente en el primero de ellos, ya que las unidades de Pediatría están sufriendo una sobrecarga de su capacidad debido al ritmo alarmante de ingresos de niños menores de cinco años.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha recordado la importancia de incorporar nuevas vacunas
Sin embargo, a diferencia de las otras dos enfermedades respiratorias, es la única para la que aún no existen vacunas aprobadas. Algo que podría cambiar en 2023. Y es que a principios de mes Pfizer anunciaba que la FDA ha aceptado como revisión prioritaria su vacuna candidata contra este patógeno en personas de más de 60 años, y que también ha mostrado un alto grado de eficacia en mujeres embarazadas. Hay que recordar que el VRS ha sido identificado como la causa de aproximadamente un 10 por ciento de los ingresos hospitalarios en la población anciana. Por su parte, GSK también ofreció datos positivos de su vacuna contra el VRS en personas mayores en el último Congreso IDWeek.
En conclusión, las avanzadas investigaciones y procesos abiertos por varias compañías prevén cambiar a corto plazo el abordaje de esta patología, como ya lo han hecho y seguirán haciendo en otras tantas enfermedades que comprometen la salud pública en todo el mundo.