Si algo ha puesto de manifiesto la pandemia es la importancia de la vacunación. Las vacunas han sido la herramienta que ha posibilitado pasar de una situación de severas restricciones a otra totalmente diferente en la que, con un alto porcentaje de la población vacunada, se recupera una (relativa) normalidad. Con los datos en la mano, la COVID-19 debería ser solo el punto de partida. La inmunización, a lo largo de la historia, ha demostrado ser una de las armas más efectivas para proteger la salud pública. Aprovechando el nivel de concienciación actual, podría ser un buen momento para elaborar un calendario de vacunación más completo, teniendo en cuenta al paciente pediátrico, como ya ocurre, pero otorgando un papel protagonista a los adultos.
Este fue precisamente uno de los mensajes que se transmitió durante la celebración del V Foro de Salud Pública. Como recordaban los expertos, en un contexto de envejecimiento de la población, urge dar respuestas a los problemas que más afectan a las personas de avanzada edad a través de la innovación. Así, es momento de poner en valor la posibilidad de vivir mejor esos años que se están ganando de vida gracias a las vacunas para enfermedades como la gripe u otros virus respiratorios, cuya gravedad aumenta según avanza la edad.
En un contexto de envejecimiento de la población urge dar respuestas a los problemas de salud que más afectan a las personas de avanzada edad, poniendo en valor el papel de las vacunas
Apostar por un calendario de vacunación ambicioso repercutiría positivamente también en otros aspectos. Por ejemplo, en el ahorro que se puede lograr en los sistemas sanitarios evitando el desarrollo de enfermedades inmunoprevenibles a través de las vacunas. Estos recursos podrían destinarse a otras afecciones cuyo desarrollo no se puede eludir. Además, observar el coste-efectividad de las vacunas en situaciones de emergencia sanitaria, puede servir de acicate para seguir impulsando la I+D en soluciones de inmunización.
Para lograrlo también se puede aplicar otra de las lecciones que deja la pandemia: la importancia de la colaboración. Solo con la unión entre agentes involucrados se podrá sacar el máximo rendimiento a las estrategias de vacunación.