A pesar del impacto que lograron las vacunas en la sociedad debido a la crisis sanitaria de la COVID-19, las coberturas de vacunación en el adulto continúan siendo bajas en España, y lejos de las tasas recomendadas.

Según los datos extraídos del Sistema de Información de Vacunaciones del Ministerio de Sanidad (SIVAMIN), la cobertura vacunal en 2022 aumentó respecto a 2021 en lo relativo a la población infantil y adolescente. Sin embargo, estos datos positivos se quedan ahí.

En inmunización antigripal en el adulto, no solo no alcanzó los objetivos establecidos, del 75 por ciento, sino que descendió respecto al año anterior tras el efecto positivo que significó la pandemia en la vacunación. La campaña registró en 2022 un descenso en las coberturas respecto a las alcanzadas en la temporada anterior, tanto en personas de 65 a 74 años como en mayores de 75.

Desde la instituciones y sociedades científicas se insta a fomentar campañas de vacunación para lograr concienciar a la población general sobre la importancia de la inmunización. Sin embargo, no se aprovechan todos los recursos e infraestructuras disponibles en el Sistema Nacional de Salud (SNS). En España, no está permitida la vacunación en farmacias, como sí ocurre en otros países de nuestro entorno.

En este sentido, la Federación Farmacéutica Internacional (FIP) acaba de sacar la luz un nuevo informe denominado Aprovechar la farmacia para ofrecer la vacunación a lo largo de la vida, en el que se ofrece una fotografía representativa de cómo ha evolucionado, hasta la fecha, el papel de los farmacéuticos en la vacunación.

La vacunación en farmacias ya está autorizada en, al menos, 56 países (un 47 por ciento del total) y se ha identificado que en 22 de ellos permiten estos servicios desde 2020. Desde la FIP insisten en su férreo compromiso con el fomento de esta labor en la profesión farmacéutica de cara a aumentar las coberturas vacunales.

De hecho, el presidente de la Federación, Paul Sinclair, afirmó que “los gobiernos pueden mejorar las tasas de cobertura de vacunación y proteger la salud de la población aprovechando la accesibilidad y experiencia de los farmacéuticos”. Sin embargo, lamentó que, a día de hoy, “continúe existiendo cierto escepticismo acerca de la capacidad de los farmacéuticos para prestar servicios de vacunación”.

A pesar de este escepticismo, los resultados del informe demuestran que el grado de satisfacción de los pacientes con la administración de vacunas desde las oficinas de farmacia es alto. De hecho, se hace hincapié en cuestiones concretas como la comodidad y la profesionalidad.

Solo queda preguntarse cuándo se subirá España a este carro…