Es curioso que cuanto más se trata de resolver el reto de facilitar el acceso a la innovación en España, más palos parece que se ponen en la rueda. Y es que cuanto más se quieren acortar los tiempos de espera para disponer de un fármaco, más procedimientos y burocracia se añaden.
Está claro que algo debe cambiar. Y así lo ha puesto de manifiesto recientemente la consejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Fátima Matute, quien ha hecho un llamamiento a reformar de forma urgente la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM). Una comisión que, en su opinión, debería estar alineada con el resto de Europa. Para ello, es necesario que “normalice los procesos y procedimientos que no están normalizados, que los agilice y los desburocratice”.
En este sentido, la consejera ha recordado que todas las comunidades autónomas están a disposición de la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS). “Nosotros formamos parte de esa Comisión y somos los técnicos que decimos si un fármaco es efectivo y preceptivo o no“, ha expuesto.
Para Matute, es “inaceptable” los tiempos de espera que se manejan en España para acceder a un fármaco: según el último informe W.A.I.T., 661 días de media. Incluso los 180 días marcados por la UE ya le parecen excesivos a la consejera madrileña. Porque las enfermedades no esperan y los pacientes necesitan sus medicamentos cuanto antes para poder vivir mejor o, incluso, sobrevivir.
Y no solo eso, también existe un problema en cuanto a la cantidad de medicamentos que se financian a nivel nacional: “De los 25 fármacos que hay a disposición de los ciudadanos europeos, solo tenemos 15 financiados en España”, ha indicado Matute.
Por tanto, es hora de materializar el objetivo de simplificar procedimientos para acortar tiempos y centrarse en lo realmente importante: en cuanto un tratamiento esté aprobado, debe estar a disposición de los pacientes. De nada sirve marcarse una meta que no llega a hacerse realidad.