Mientras el sector sigue expectante por la reforma de la Ley del Medicamento, conocida como Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, el Gobierno ya ha adelantado alguna pista que puede dar la solución al cuello de botella que tenemos en España con el acceso a la innovación.

En la última respuesta escrita, publicada en el Boletín de las Cortes, el Ejecutivo aseguro que ya trabaja en cambios sustanciales para el acceso precoz (antes y después de la autorización) como parte de este ‘lifting’ normativo. Concretamente, explicitan, “para establecer procedimientos rápidos para la toma de decisiones en aquellos medicamentos que ofrecen un mayor potencial de mejora, y mecanismos para gestionar la incertidumbre en el acceso a la financiación y precio”.

Esta declaración de intenciones se produce como respuesta a una pregunta registrada por el Grupo Popular, en la que se pedía concreción sobre las previsiones de impulsar alguna medida de utilidad real para dar solución al hecho de que el Ministerio de Sanidad únicamente “autoriza la mitad de los medicamentos huérfanos autorizados en Europa” y que pasan 518 días desde que el Viejo Continente da el visto bueno hasta que se comercializa en el país.

Esta reclamación se produce en la misma semana en la que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha hecho balance de los fármacos aprobados en los últimos meses por la Comisión Interministerial de Precios, como la financiación de dos nuevos antibióticos para luchar contra las resistencias, un fármaco para la fibrosis quística; un nuevo medicamento en el área de la depresión mayor o la financiación de dos nuevos medicamentos para el tratamiento del cáncer de mama metastásico.

Precisamente hablando de cáncer, la ministra ha recordado que 9 cada 10 medicamentos oncológicos que se evalúan para su financiación y precio se sufragan con cargo a fondos públicos en España.

A pesar de estos anuncios, la realidad es que los fármacos aprobados en Europa tardan más de 400 días en llegar a España. Todo el sector confía (y confiamos) en que la nueva reforma de la Ley del Medicamento sea el ‘salvavidas’ de este cuello de botella.