Fleming ya nos advirtió…

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“Existe el peligro de que un hombre ignorante pueda fácilmente aplicarse una dosis insuficiente de antibiótico, y, al exponer a los microbios a una cantidad no letal del medicamento, los haga resistentes”.

En su discurso al recibir el Premio Nobel, Alexander Fleming ya vaticinó el problema de Salud Pública en el que se convertirían las resistencias antibióticas 70 años antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtiese de esta situación.

Como por todos es conocido, a Fleming se le atribuye el descubrimiento del primer antibiótico a principios del siglo XX: la penicilina. Más de un siglo después, las bacterias multirresistentes matan cada año a 700.000 personas en todo el mundo, según datos de la OMS.  Si trasladamos estas cifras a Europa, anualmente se producen más de 670.000 infecciones causadas por bacterias multirresistentes. Solo en España, 4.000 personas fallecen cada año a consecuencia de estas infecciones.

El 18 de noviembre comienza la Semana Mundial de Concientización sobre los Antimicrobianos (WAAW), una campaña mundial que se celebra anualmente para mejorar la concienciación y comprensión de la resistencia a los antimicrobianos. Sin embargo, a pesar de las cifras y a pesar de las campañas de concienciación que se llevan haciendo desde hace años, 6 de cada 10 españoles no tira los antibióticos después al acabar su pauta prescrita para usarlos “en caso de urgencia”.

La tentación de tomar una pastilla de ‘amoxicilina’ cuando uno se encuentra enfermo (en vez de esperar la cita con el médico) parece que continúa siendo mayor que el miedo a las resistencias.

Si bien es verdad, que para sufrir esta tentación hay que disponer de estos fármacos en casa. Y aunque en España es imposible adquirir antimicrobianos sin receta, queda un problema por resolver: los blíster.  Los envases de antibióticos continúan sin coincidir con las pautas recomendadas, de manera que siempre faltan o sobran pastillas.

Otro problema que resolver es la falta de inventivos para potenciar la investigación y desarrollo de nuevos antimicrobianos.  La edad dorada de los antibióticos tuvo lugar entre los años 50-60 y no fue hasta la década de los años 80 cuando dejaron de aparecer nuevos fármacos de este tipo.

Precisamente, esta semana se ha discutido en el Parlamento Europeo nuevos modelos de inversión en antibióticos. El mensaje ha sido claro: “se debe hacer más” para incentivar la innovación en resistencias antimicrobianas. La Comisión Europea (CE) ha planteado incluir en la revisión de la legislación farmacéutica una propuesta: cada vez que una farmacéutica desarrolle un nuevo antibiótico obtendría un bono que le permitiría extender el período de exclusividad de comercialización de otro de sus medicamentos. No obstante, algunas voces ya han anunciado que esto podría provocar problemas de acceso debido al alto coste de los fármacos.

En cualquier caso, las resistencias antibióticas se convertirán en la primera causa de muerte a nivel mundial en 2050 si la situación no se revierte.

Y no será porque no nos han advertido…