La Farmacia valenciana está en vilo ante el retraso en el pago de la factura farmacéutica de mayo por parte de la Generalitat. Cabe recordar que ya a principios de la década pasada, en concreto en 2011, se enfrentaron a una situación similar, algo que ha sembrado el miedo, ya que que muchos farmacéuticos tuvieron que endeudarse, hipotecarse e incluso, en algunos casos, a traspasar sus farmacias.
Ante este escenario, los farmacéuticos valencianos, de manos de sus respectivos Colegios, lo han dicho bien alto: se compromete tanto la continuidad del servicio como la atención sanitaria a miles de ciudadanos. A su vez, han manifestado su preocupación porque, una vez más, las farmacias sean las que ‘paguen los platos rotos’.
Teniendo en cuenta que los españoles pusieron sobre la mesa en el CIS de finales del año pasado que las farmacias son el servicio más accesible y mejor valorado, no se puede «manchar» el trabajo de una profesión que atiende a diario a más de dos millones de personas y que lucha porque la cruz verde de la farmacia nunca se apague. Esto muestra el férreo compromiso con los pacientes, un compromiso que no debe opacarse por cuestiones externas que obstaculicen la calidad de la atención farmacéutica.
La problemática reside en que, además de poner en jaque la sostenibilidad económica de las farmacias -sobre todo de las pequeñas, rurales o de las VEC, en el caso de que se dilate la situación en el tiempo, también impactará sobre los pacientes y sus respectivos tratamientos. De hecho, según se estima, afecta sobre 12 millones de tratamientos que los valencianos reciben sin que las farmacias hayan recibido el cobro por los mismos. Esto dibuja un horizonte gris en el que se puede vislumbrar, como la peor de las consecuencias, el cierre de farmacias. Teniendo en cuenta la dura situación que vivieron las farmacias valencianas con la DANA resulta injusto que otra vez se vean ‘sacudidas’ por la Adminstración en vez de ver cómo les tienden la mano para poder restablecerse con éxito tras la emergencia sanitaria vivida.
La profesión lo tiene claro: va a ‘equiparse’ para adoptar todas las medidas necesarias en defensa de las farmacias de la Comunidad Valenciana. De hecho, ya se están coordinando medidas urgentes, tanto financieras como institucionales con el fin de establecer una respuesta conjunta frente a esta situación de excepcionalidad. Así, una vez más se demuestra que, en el sector farmacéutico, la unión hace la fuerza. Sin embargo, solo con el compromiso de la Administración se podrá garantizar el servicio humano, cercano, accesible y de calidad que tanto caracteriza a la Farmacia española y, con esta falta de previsión de liquidez autonómica, lo único que se hace es ponerle trabas.