Todo el mundo tiene claro, y más después de la pandemia de COVID-19, que los farmacéuticos son profesionales imprescindibles dentro del sistema sanitario y están en primera línea de atención a los pacientes. Sin embargo, su papel va mucho más allá del mostrador y de la dispensación de medicamentos. Y es que llevan a cabo múltiples funciones que, en algunos casos, son desconocidas por la sociedad.
Para empezar, los farmacéuticos son los “expertos del medicamento”. Algo que implica mucho más que recetar uno u otro fármaco. Por ejemplo, los profesionales de la distribución son clave para garantizar que no se rompa la cadena del medicamento. Y eso se traduce en acceso a los tratamientos, en un sistema de calidad, en buenas prácticas de distribución (BPD), en un escudo antifalsificaciones y en un sistema de alertas de productos no aptos, tal y como destacó el vocal nacional de Distribución, Juan del Río Ferreiro, en una jornada organizada por el CGCOF.
Por otro lado, al ser el profesional más accesible y cercano para la ciudadanía, tiene una labor divulgativa crucial. Y es que los pacientes suelen escuchar a su farmacéutico y le tienen como referente. En el presente, donde se puede obtener cualquier tipo de información a golpe de tecla, el reto de la desinformación o las fakes news es cada vez mayor. Y el ámbito de la salud no se escapa. Por tanto, son los farmacéuticos los encargados de derribar todos esos bulos de la mano de la evidencia científica.
El papel del farmacéutico va mucho más allá del mostrador y de la dispensación de fármacos
Finalmente, la tecnología es otro reto y labor, a partes iguales, para los farmacéuticos. Es el presente, pero también el futuro, por lo que deben adaptarse e incluir la tecnología en su día a día. Algo que les aporta múltiples ventajas. En el último encuentro de FEFE One Day, Luis de Palacio, presidente de FEFE, destacó cómo las nuevas tecnologías mejoran la asistencia farmacéutica. Y es que la digitalización, la inteligencia artificial y las redes sociales se han convertido en una herramienta fundamental para la farmacia.
En este sentido, la tecnología puede hacer a la profesión farmacéutica más eficiente, permitiendo al profesional dedicar el máximo tiempo posible a los pacientes. Y este, al fin y al cabo, es el objetivo prioritario de todo profesional sanitario, incluido el farmacéutico.
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