España y el reto informativo del Plan Europeo contra el Cáncer

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El Europe’s Beating Cancer Plan, lanzado por la Comisión Europea en 2021, no es una declaración de intenciones más. Es una hoja de ruta dotada con 4.000 millones de euros para transformar el abordaje del cáncer en los Estados miembros de la UE. Prevenir mejor, diagnosticar antes, tratar con equidad e innovar con garantías. Todo esto se definió tras años de reuniones, escuchas activas y aportaciones de las principales sociedades científicas y actores del cáncer a las autoridades de Bruselas, Parlamento y Comision Europea. Hasta aquí, todos de acuerdo.

«El problema surge cuando se ha pasado a la fase de implementación a la realidad nacional»

El problema surge cuando se ha pasado a la fase de implementación a la realidad nacional. España, a pesar de contar con una buena estructura de salud y avances en vacunación VPH o cribado mamario, presenta una asignatura pendiente grave: la información que se recibe sobre el Beating Cancer Plan.

No es una cuestión técnica, sino política y estructural. Hoy por hoy, entre otras cosas, no existe un registro nacional de tumores eficaz, interoperable y actualizado que permita saber qué se está haciendo, dónde y con qué resultados. La consecuencia es tan clara como preocupante: no sabemos si estamos cumpliendo el Plan.

«La Comisión Europea presume de que el 90 % de las iniciativas del Plan están completadas en marcha»

Un déficit que desactiva el seguimiento

La Comisión Europea presume de que el 90 % de las iniciativas del Plan están completadas en marcha. Pero en España, expertos como Jesús García-Foncillas (Fundación ECO) o sociedades científicas de prestigio piden prudencia. No por escepticismo, sino porque no hay manera objetiva de comprobarlo. La cobertura del cribado de cáncer colorrectal, por ejemplo, apenas alcanza el 30 %, muy lejos del 90 % fijado como meta europea para 2025. Y lo sabemos por estudios puntuales, no porque exista una plataforma pública y homogénea que lo monitorice.

También, la acreditación de los Comprehensive Centers de Cáncer (CCC), pieza clave del plan europeo, avanza en España con lentitud y sin transparencia. ¿Qué comunidades han dado el paso? ¿Qué criterios se siguen para seleccionar hospitales? ¿Qué resultados se están obteniendo? De nuevo, el silencio administrativo y la fragmentación autonómica convierten la información en un bien escaso.

Quejas de falta de información

Ante este vacío, han sido las propias sociedades científicas, asociaciones como la AECC, y plataformas como #MásDatos Cáncer, quienes han alzado la voz. Su mensaje es rotundo: sin datos no hay igualdad, no hay planificación y no hay rendición de cuentas. La información no es un anexo del sistema, sino su columna vertebral.

También la comunidad científica demanda acceso abierto, interoperabilidad entre historias clínicas y una base nacional que permita investigar, planificar y corregir inequidades territoriales. No es de recibo que un paciente en una comunidad autónoma tenga acceso a tecnología o ensayos clínicos que otro no conoce siquiera por falta de registro común.

¿Y ahora qué?

España necesita, de forma urgente y sin más excusas:

  • Un registro nacional de tumores unificado, interoperable y transparente, enlazado con el Registro Europeo de Desigualdades en Cáncer.
  • La publicación periódica de indicadores clave: cobertura de cribados, resultados de tratamientos, acreditación de CCC, tiempos de espera y recursos humanos por región.
  • Un comisionado estatal que rinda cuentas ante el Parlamento y coordine una estrategia de país, no de 17 sistemas paralelos.
  • Y, sobre todo, una voluntad política decidida a gobernar con datos, no con percepciones.

El dato como derecho

En salud, la información no es una opción: es un derecho de los pacientes y una obligación de las administraciones. La mejor estrategia del mundo, si no se mide, no sirve. Y el Plan Europeo contra el Cáncer, si no se traduce en datos reales y públicos, será una oportunidad perdida.

España está a tiempo. Pero el tiempo, en cáncer, siempre cuenta. Y los datos, también. Sin una persona con capacidad y de alto rango, como la comisionada de la salud mental o la directora de la ONT, es inmanejable la información del Plan Europeo y se va a ciegas en un plan que deberia proporcionar cambios significativos en el abordaje del cáncer en España.