No es nuevo informar de que en España la investigación y el acceso a la innovación van a dos velocidades distintas. Como ya hemos comentado en reiteradas ocasiones, el tiempo medio en que un medicamento innovador se pone a disposición de prescriptores y pacientes desde su primera aprobación por la Agencia Europa del Medicamento (EMA) se sitúa en torno los 400 días. Quizás, si lo decimos muchas veces esta cifra disminuya.
Una vez más, la agilización de llegada de los fármacos ha vuelto a situarse en el foco de la actividad política. Concretamente, lo ha hecho en la reanudación de la actividad que desarrolla la Comisión de Sanidad del Senado, que ha recibido una moción que pedía tomar “cuantas medidas fuesen necesarias” para dar solución de una vez a un problema que del que dependen de la vida de muchos pacientes.
Así, a iniciativa del Grupo Popular, se demandaba reducir el tiempo de espera que transcurre entre la aprobación de un fármaco por parte de la Unión Europea y su financiación por el Ministerio de Sanidad. Sin embargo, la igualdad ha sido máxima en la votación de la moción tras registrarse empate técnico —12 votos a favor, 12 votos en contra, 5 abstenciones—, pero esta ha terminado siendo rechazada tras el voto ponderado de la representación, que enfrentaba el número de escaños, en favor del Grupo Socialista.
La igualdad ha sido máxima en la votación de la moción tras registrarse empate técnico
Desde el PSOE prefieren esperar a que la revisión de la Ley del Medicamento pueda solucionar las demoras. Más allá del Debate en el Senado, esta semana el Observatorio de Medicamentos Huérfanos (ObserveMHe), ha repasado la situación y los retos que supone el acceso a este tipo de fármacos. El punto de partida es que apenas el cinco por ciento de las más de siete mil enfermedades raras que existen disponen de un medicamento huérfano. Y aunque la Agencia Europea del Medicamento tiene autorizados más de 130 medicamentos, sólo el 50 por ciento se comercializa en nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS).
En este escenario, ha llegado a España un nuevo medicamento para un cáncer ultrararo. Brukinsa (zanubrutinib) ya está disponible para el tratamiento de pacientes adultos con macroglobulinemia de Waldenström (MW). Durante su presentación quedó clara una cosa: o se potencia la investigación de las enfermedades raras desde las compañías o seguirán huérfanas de tratamiento.