Hace unos años, un Gobierno regional —el de Comunidad de Madrid, para ser exactos—puso en marcha una campaña publicitaria que venía a recordar que todo lo que rodea a esta región —desde lo social a lo cultural, forma de vida, encanto turístico, etc.— es “la suma de todos (Σ)”. Desconocemos si el eslogan tiene copyright, pero bien podía hacerlo suyo el Ministerio de Sanidad cuando se trata de poner en valor y buscar la mayor eficiciencia del SNS.
¿Qué tienen en común un farmacéutico comunitario y un médico de familia que ‘hacen piña’ en Valencia durante dos días en un congreso organizado de forma conjunta por sus sociedades científicas Sefac ySemergen? Cuando menos, esa idea de que el SNS es (debe ser) “la suma de todos”.
Un congreso como el de Sefac y Semergen ha sido, es y será toda una obra… maestra
Y todo ello sin que, como dicta una regla básica de las matemáticas, el orden delos factores altere el producto. Tampoco en esta suma, en la que tan (igual) de importante es el boticario que en su situación de puerta de entrada al sistema atiende por primera vez a un paciente y consigue resolver su problema leve de salud —con la no siempre reconocida “indicación farmacéutica”— como aquel facultativo de AP o atención especializada que, por su capacitación específica, debe ser el que aborde en muchos casos el problema de salud del paciente. Pero la colaboración no entiende de direcciones únicas. Es una suerte de carretera de doble sentido.
Y no. No nos olvidamos de otro imprescindible factor en esta suma: Enfermería. Como tampoco se olvidaron Sefac y Semergen de esta profesión ‘hermana’ en su IICongreso Médico-Farmacéutico, dandoles voz a en mesas y conferencias.
En próximos meses, los artífices de esta pionera iniciativa, los presidentes de Sefac ySemergen, Jesús C. Gómez y José Luis Llisterri, abandonarán sus cargos. Parafraseando al propio Gómez: “las personas se van y las obras quedan”. Y un congreso así ha sido, es y será toda una obra… maestra.