En enero de 2000 veía la luz el primer número del periódico El Global, uno de los decanos de los medios de comunicación especializada en el sector Salud de nuestro país. Hoy, poco más de dos décadas después se publica su número 1.000, todo un logro para un medio de comunicación que ha ido informando puntualmente de la actualidad del sector del medicamento y que ha sido testigo de la evolución que se ha producido en éste y en el seno de todos los agentes que operan en él.
Si tomamos perspectiva y nos situamos en ese momento en el que se publicaba el primer número de El Global, nos damos cuenta de la gran transformación que se ha producido en el sector farmacéutico en general y en el de la distribución farmacéutica de gama completa en particular.
Una evolución que, en lo que respecta a los mayoristas farmacéuticos, se puede apreciar con claridad en aspectos como el paso de un mercado muy atomizado a otro mucho más concentrado (a principios de siglo operaban un centenar de empresas frente a las 19 actuales); en el gran salto evolutivo que se ha producido en unos almacenes y centros logísticos que siguen siendo referentes mundiales en lo que respecta al ratio coste-eficiencia (se han llevado a cabo grandes inversiones en procesos de robotización y digitalización); o en la amplia oferta de servicios que se ofrecen a las oficinas de farmacia (una apuesta indudable por potenciar el rol del farmacéutico y consolidar estos establecimientos como espacios de salud).
Los miles de páginas publicadas por El Global han recogido los cambios que ha experimentado el sector durante estos años y han reflejado los esfuerzos realizados por los mayoristas farmacéuticos para cumplir con la que siempre ha sido y será su principal razón de ser: garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a los medicamentos y productos sanitarios que necesitan en condiciones de equidad, calidad y seguridad.
Un camino de transformación que a lo largo de estas dos décadas ha servido para incrementar la competitividad y la calidad del servicio que prestan los mayoristas farmacéuticos.
Han sido años no exentos de complicaciones (crisis económicas y sanitarias, inestabilidad política, cambios legislativos…), que recientemente han tenido en la COVID-19 su máxima expresión. Una pandemia que ha sacado lo mejor de todo el sector farmacéutico y en la que las empresas de distribución farmacéutica han dado un buen ejemplo de su potencial y de todo lo que pueden aportar como parte del Sistema Nacional de Salud (SNS): garantizaron el normal acceso a los medicamentos; adquirieron y distribuyeron material de protección; gestionaron los stocks de medicamentos susceptibles de tener problemas de abastecimiento; participaron en la logística de distribución vacunas; se implicaron en la dispensación colaborativa de medicamentos hospitalarios de dispensación ambulatoria (MHDA)…
Pero, más allá de las dificultades, estos años también han constituido un periodo de desarrollo y modernización de las empresas de distribución, que han seguido siendo claves para la sostenibilidad del sistema sanitario, para el mantenimiento del modelo farmacéutico y que han continuado generando empleo y creando valor para la sociedad.
Dos décadas en las que la cooperación entre los distintos agentes del sector ha sido una constante (entre los ejemplos colaborativos sobresalen proyectos como Sigre o el Sistema Español de Verificación de Medicamentos (SEVeM)), y en las que la distribución farmacéutica ha seguido siendo socio de la oficina de farmacia, aliado de la industria farmacéutica y un colaborador leal de las administraciones sanitarias.
Pero el sector de la distribución farmacéutica más que mirar al pasado siempre se ha caracterizado por hacerlo al futuro, con el objetivo de adaptarse con éxito a los nuevos escenarios derivados de la evolución del SNS y de las necesidades de la sociedad.
La exigencia de atender las nuevas demandas de los pacientes; de adaptarse a los cambios que se están produciendo en hábitos de consumo de los ciudadanos; de hacer frente a crecientes retos tecnológicos, medioambientales y demográficos; o de afrontar desafíos planteados por situaciones inesperadas, como ha sucedido durante la pandemia, hacen que sea una obligación para el sector mirar hacia adelante y seguir evolucionando.
Se trata de retos a los que debemos hacer frente de manera ineludible. Retos como el que en sus inicios afrontó El Global, abriéndose paso hasta llegar hoy a su número 1.000 en un sector necesitado de medios de comunicación que reflejasen su actualidad diaria.
Por ello, como presidenta de la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (FEDIFAR) y en nombre de su Junta Directiva, me gustaría dar la enhorabuena a El Global y a todos los profesionales que han hecho posible sacar adelante un medio de comunicación que es un referente en el sector. Espero que nos sigáis acompañando muchos números más reflejando las transformaciones y cambios en el sector. Os deseo mucha suerte y un futuro cargado de éxitos.