Más importante que la visibilidad, a la que todos se apuntan, es preciso concretar medidas eficaces. La ausencia de mujeres en puestos de responsabilidad en sanidad exige la adopción de medidas que cierren esta brecha.

La sanidad está feminizada; a la habitual presencia mayoritaria de la mujer enfermera o farmacéutica, se le une las médicas. En Reino Unido algo más de la mitad de los médicos son mujeres. En España, las médicas son una mayoría que las cifras desactualizadas sitúan alrededor del 65-70%. Y la cifra sube al 80% de mujeres en los últimos cursos de Medicina.

La igualdad existe en sanidad, pero no por arriba. Por razones complejas, multifactoriales, sociales y culturales, la mujer no alcanza con la proporción que debiera los puestos de responsabilidad en la sanidad. Esto es especialmente preocupante en la asistencia sanitaria. El Dia 8 de Marzo trata de reivindicar la igualdad, y es un buen momento para acordarnos de la sanidad. Porque, como decía Albert Einstein “nada sucede hasta que algo no comienza a moverse”.

Por eso es preciso concretar y avanzar en cuestiones que sí pueden abordarse ya en materia de igualdad y de talento femenino. Los congresos científicos, una vez se recupere la normalidad, deberían incluir todos reflexiones en sus programa científicos sobre la mujer sanitaria. Porque es una cuestión profesional de máxima prioridad y afecta a la mayoría de las especialistas, la mayoría mujeres.

Los Parlamentos y Asambleas autonómicas pueden impulsar iniciativas desde sus Comisiones de Sanidad e Igualdad para abordar la situación de la mujer en puestos de responsabilidad sanitaria.

El ejemplo de algunas sociedades científicas como la Sociedad Española de Oncología Médica, o la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias son paradigmáticos. Ya están abordando la perspectiva profesional de la mujer en sus especialidades.

Durante el mes de Marzo, EG abordará el reto de la igualdad de género dentro de su campaña de 20 aniversario #20Retos20Años

Además de las Sociedades Científicas, son los parlamentarios en las distintas autonomías que deben abordar un asunto que afecta al primer empleador de cada comunidad. El sistema sanitario se beneficiaría del abordaje de la cuestión de talento y género en sanidad a través de las Comisiones del ramo de sus Asambleas y Parlamentos.

Mejorar nuestra sanidad es lo que deben hacer las Comisiones correspondientes con sus diputadas y diputados. Y las responsables de Igualdad y de sus Comisiones también implicarse.

Resulta imprescindible la visibilidad de la mujer, y el día 8 de Marzo ha llevado a cientos de miles de mujeres a la calle. Pero hay que visibilizar y también ser eficaz. En algunos casos se queda en el discurso político de “cero agresiones”, “cero discriminación” o incluso “borracha a casa y sóla”.

Pero pocas dirigentes concretan cómo evitar algunas lacras que nos azotan. La triste realidad es que no se está consiguiendo evitar ni muertes ni violaciones.

Demagogia aparte, ningún problema complejo se resuelve con palabras ni eslóganes. Que algunos partidos pretendan arrogarse la exclusividad de la sensibilidad hacia lo femenino forma parte de la visibilidad hueca. Es necesario concretar propuestas allá donde es posible.

Hay que debatir en el seno de las decisones que configuran el “arte de lo posible” la política. Frente a las propuestas demagógicas de “acabar con lacras” por el mero hecho de despreciarlas, está el arte de aquellas que pueden hacer que las cosas sucedan. Si alguien dice que quiere igualdad, que se ponga a pensar cómo se puede impulsar la igualdad de oportunidades en los puestos de responsabilidad en la sanidad. Se trata de concretar y ver quienes realmente creen en lo que dicen. Pregunten a las mujeres sanitarias.