Resulta difícil de entender que el Gobierno deje en manos de la oposición la iniciativa en relación a la farmacia comunitaria. Sería razonable un poco más de empatía hacia un colectivo que está en estrecho contacto presencial con la sociedad española. La farmacia resulta clave en labores de formación y concienciación de los ciudadanos, una labor que la lleva a cabo en estos duros momentos sintiendo poco reconocimiento y atención por el Gobierno.
Farmacéuticos fallecidos
Era una cuestión de tiempo. Con los índices de letalidad que mostraba España, la farmacia iba a tardar poco en comenzar a tener sus propias víctimas, que se unirían al resto de sanitarios y servidores públicos. Ha habido países, como Nueva Zelanda o Portugal, que han tomado medidas de cierre de sus fronteras con menos fallecidos que los 17 farmacéuticos que tenemos ahora en España.
La obligación de la profesión farmacéutica comunitaria de cumplir con su función social, de acuerdo con la normativa y regulación del estado de emergencia o excepción Sanitaria, les hace un grupo prioritario en el diagnóstico de la Covid-19.
El Gobierno sigue dejando la iniciativa en el terreno farmacéutico a los grupos de la oposición
La farmacia ha sido respetuosa pero insistente en sus peticiones de protección para minimizar riesgos evidentes. Ni siquiera ha puesto sobre la mesa en sus reclamaciones a los fallecidos, y se justificaría que hubiera subido el tono.
Quejas de poca consideración
Pero los 19 profesionales son la muestra de una petición justa en su momento, y les debería dar al menos el derecho a que sus peticiones sean escuchadas, vengan de donde vengan. Los fallecidos explican por si solos la magnitud del riesgo al que se enfrentan, y la consideración que hasta ahora se ha tenido con la farmacia comunitaria no se corresponde.
El Gobierno sigue dejando la iniciativa en el terreno farmacéutico a los grupos de la oposición. Vox inicialmente (formuló su pregunta el 7 de abril) y el PP poco después, con su una batería completa de preguntas firmadas por sus sanitarios más relevantes, entre ellos Ana Pastor y Elvira Velasco.
También espera respuesta otra pregunta del PP sobre la oferta del CGCOF: distribuir a través de las farmacias de manera equitativa y organizada las mascarillas protectoras.
“La farmacia seguirá cumpliendo con su cometido sanitario, aunque las preguntas de la oposición a sus peticiones no se respondan en sede parlamentaria, o se ignoren”
Es preciso que el Gobierno muestre un poco más de empatía con la farmacia comunitaria. Al menos con las peticiones que realizan desde las instituciones farmacéuticas. La farmacia comunitaria no ha buscado posiciones de ventaja en esta crisis: tan sólo ha ofrecido su colaboración.
Sus peticiones siempre han sido justas y proporcionadas. Pero las miles de farmacias que atienen cada día a los ciudadanos de este país son ahora una fuente de información directa y presencial.
El estado de ánimo de los profesionales que atienden las farmacias puede ser influído por la empatía mostrada por las autoridades sanitarias. Y necesitamos a la farmacia no sólo cumpliendo con su función, sino realizando labores de concienciación social y de complicidad con las medidas necesarias implantadas desde dichas autoridades sanitarias.
Por supuesto, seguirán cumpliendo con su cometido sanitario, aunque las preguntas de la oposición a sus peticiones no se respondan en sede parlamentaria, o se ignoren.
La farmacia ha sido leal y se ha entregado junto al resto de colegas sanitarios a la tarea encomendada. Una lealtad así no puede premiarse con la ausencia de respuestas, aunque vengan de la oposición en un tono incómodo. Responderlas demasiado tarde es dejarlas sin responder, en estas circunstancias.