FARMACIA

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Santiago de Quiroga Presidente Editor de EG | viernes, 31 de agosto de 2018 h |

No se trata de tener actitud frentista, sino de abordar asuntos no resueltos con el Ministerio y que redundan en beneficio de todos: oficina de farmacia, paciente y administración. Que sea complejo su abordaje es natural, pero la incapacidad de anteriores decisores en resolverlos abre la puerta para los que ahora tienen el éxito donde otros fracasaron. Para ello, hay que practicar la escucha activa con la oficina de farmacia. Son los presidentes de COF y patronales regionales, junto a sus juntas de Gobierno, los que están en contacto diario con la realidad de la farmacia, y son los que pueden trasladar los asuntos a los responsables nacionales para que los incluyan en la agenda. Algunos COF están abordando de manera provincial o local proyectos del máximo interés más allá de la región, que afectan al resto de la farmacia en la mayor parte de las ocasiones. Ahora, la agenda política de la farmacia se sitúa más a nivel local en los asuntos clave de la botica, quizás por la cercanía de ésta a sus líderes proviciales y autonómicos. Un rápido y sencillo vistazo a los asuntos de máximo interés para la botica tiene que ver con aspectos económicos, en los que no podemos dejar de lado la labor asistencial afectada. Algunos de estos asuntos son los medicamentos DH, el desarrollo de la Atención Farmacéutica, los medicamentos para residencias o la posible vacunación en Farmacias. Aspectos de actualidad que deben estar en una agenda de la farmacia. Pero también preocupan los asuntos enquistados desde hace daños, con los que ningún representante de la farmacia debe convivir sin hacer nada al respecto, como es la doble tributación que supone los pagos por volumen de ventas de medicamentos reembolsados, una herida que sangra a la botica desde el RDL 5/2000 y sucesivos. Sin abordar muchos de estos asuntos de una manera coordinada a nivel nacional la eficacia se resiente. No es posible pensar en que algunos de estos asuntos puedan avanzar en una sóla región y no en el resto. Una agenda común debe ser creada de abajo a arriba, desde las bases (los colegiados) con sus problemas reales hasta las cabezas.