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CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 06 de julio de 2018 h |

La oncología de precisión es una realidad en el nuevo contexto de la medicina. Una realidad presente y en evolución que avanza a un ritmo vertiginoso.

Los especialistas en oncología ya son conscientes de que ningún tumor es igual a otro y que, por tanto, los tratamientos deben adaptarse a ellos y a las particularidades propias de cada enfermo para conseguir mejores resultados.

Ejemplos en oncología hay muchos. Por ello, los expertos insisten en seguir avanzando en la esfera organizativa.

El trabajo en red es fundamental para el abordaje del cáncer. Y todo ello exige un cambio de mentalidad en el sistema sanitario que no es baladí. Esta es una de las premisas para que la medicina del big data siga su expansión.

En el caso concreto de esta especialidad, la utilidad de las nuevas herramientas que este campo ofrece para generar información real de calidad que permite conocer datos epidemiológicos aplicables a pacientes. Pero también de eficacia terapéutica, de costes y de resultados en salud.

En la actualidad, existen plataformas bioinformáticas que han dado un paso más en este campo, que son personalizables y que integran e interpretan resultados de cualquier tecnología genómica, datos de patología molecular, estudios de expresión e información clínica.

Plataformas

Unas plataformas en las que los oncólogos obtienen información útil y comprensible a partir de los datos que llegan directamente desde el laboratorio. Precisamente, compartir esa información y generar ese conocimiento con el trabajo compartido en cualquier parte del mundo es el objetivo.

Estos programas o softwares permiten trabajar a los clínicos, aprovechando todos los datos recabados.

Durante el último Congreso ASCO, la sociedad científica norteamericana aseguró que trabajan intensamente, a través de su iniciativa CancerLinQ, para abordar la oportunidad que representa el big data como herramienta para mejorar la atención al paciente oncológico . De hecho, en 2017 la organización se asoció con el NCI para intercambiar información entre las prácticas de CancerLinQ y el programa Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales (SEER) del NCI, una de las principales fuentes de datos sobre incidencia y supervivencia del cáncer en los EE.UU.


El trabajo en red es fundamental y todo ello exige un cambio de mentalidad en el sistema sanitario