#Práctica clínica

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Esther Martín del Campo Madrid | viernes, 06 de julio de 2018 h |


Bernardo Valdivieso:
“El objetivo del proyecto aportará valor, porque un buen control reduce comorbilidades”


El Hospital La Fe de Valencia acaba de presentar su primer proyecto con tecnología big data. Bernardo Valdivieso, director del Área de Planificación del centro, explica a GM todos los detalles.

De entrada, la iniciativa servirá para mejorar el abordaje de la diabetes mellitus tipo 2, pero a medio plazo esperan poder hacerlo extensivo a cáncer de mama, de próstata y enfermedad inflamatoria intestinal, apunta.

La apuesta del centro por este tipo de tecnologías es clara: están convencidos de que el sector sanitario debe aportar un valor, generando más salud a la población. En este sentido, remarca, el único camino es medirlo. Para ello, puntualiza, “necesitamos tecnologías que nos permitan hacer uso de los datos masivos almacenados desde que comenzamos con la historia clínica digital”. El centro apostó hace casi cinco años por invertir en tecnologías de big data y por introducir a profesionales en la organización capaces de manejarlas. A partir de ahí, continúa, hay que empezar a medir resultados clínicos y a generar incluso predicciones sobre lo que va a pasar.

Valdivieso asegura que poco a poco se ha ido organizando la información estructurada almacenada a partir de la digitalización de la información y de los registros. “Empezamos introduciendo para cada parte de esos datos tecnología de inteligencia de negocio, que permite usar datos estructurados que no sean masivos, pero la idea estratégica ya era organizar la información alrededor de la identificación de pacientes, de la tarjeta sanitaria de la comunidad, para tirar de todos los datos disponibles con tecnología que permitiera análisis de big data. Ese salto lo hemos dado hace un año”, apunta.

En cualquier caso, es consciente de que el camino para llegar aquí no se recorre de la noche a la mañana: hay que preparar a la organización.

Con el proyecto Tecniké se ha pretendido el empleo de estas tecnologías, que conducen a una medicina de precisión, para intentar mejorar la gestión de la diabetes mellitus tipo 2, un objetivo que puede aportar mucho valor porque un buen control de la enfermedad reduce comorbilidades y aporta calidad de vida.

En una primera fase se ha podido identificar a casi 25.000 pacientes con DM2, que responde a una prevalencia general del nueve por ciento, y en más de cuarenta años una prevalencia de algo más del 15 por ciento. “A partir de aquí tenemos los pacientes identificados, hay una cohorte de pacientes digital y hemos usado el resto de datos del banco para calcular resultados clínicos y levantar un cuadro de resultados clínicos para ver cómo estamos”, asegura.

Es un hito para ellos, continúa, porque muy pocas organizaciones tienen medidores de resultados clínicos y pueden comprobar cómo están sus pacientes con respecto al control de proceso, resultados, uso de recursos, etc. “Estamos más acostumbrados a medir por silos el consumo que se produce en hospitalización, en urgencias, en farmacia, pero para esto otro no teníamos las capacidades para ver cómo está por enfermedades”, apunta.

La tercera fase fue intentar desarrollar herramientas que les permitieran “ver un poco más”. Para ello se han utilizado técnicas avanzadas, técnicas de clustering, que les permitan identificar cómo se comporta esta población y se han caracterizado hasta diez clusters distintos que presentan diferencias de comportamiento en ese control metabólico.

“Hemos identificado las variables que los caracterizan para tener una visión más avanzada del control de la enfermedad”, subraya.

En una cuarta fase, el objetivo es introducir sistemas de ayuda a la decisión que proporcionen alertas a nuestros profesionales para que les prevean sobre el patrón en el que se encuentra ese paciente para mejorar la gestión de la diabetes y hacer una gestión más proactiva, tal y como explica el responsable.

Valdivieso recuerda que el desarrollo del concepto de medicina de precisión forma parte de la estrategia del centro desde hace años, que contempla el uso de estas tecnologías para mejorar la prestación. “A partir de aquí cuando una organización en su estrategia marca con claridad este objetivo, las barreras se diluyen porque las inversiones que se hacen te permiten avanzar”, añade.

La mayor barrera es introducir una cultura nueva, que es la de cruzar los datos, y para ello además de la tecnología tienes que introducir otros conocimientos de gente que maneja esas tecnologías y esas nuevas capacidades, puntualiza.

El especialista insiste en que todas las organizaciones del sector que están diciendo que el sector sanitario se ha de orientar al valor y que se han de cruzar los datos para generar este valor, y en que organizaciones como la Mayo Clinic, el instituto Karolinska, o el Memorial Sloan Kettering Center están trabajando en este sentido.

“En Europa, estaremos entre los puestos más destacados y nos podemos comparar con estos centros en el camino que tenemos. Confiamos en que vayan naciendo nuevos proyectos”, destaca.

Además, desde el centro se ha conseguido integrar a la atención primaria en esta iniciativa. En diabetes, expone, hay un equipo un equipo multinivel que ha diseñado cómo organizar estas actividades en torno a la diabetes tipo dos para que sumemos todos y garanticemos la mayor práctica de valor, remarca. “Los médicos de primaria nos han dicho que indicadores calcular y estamos trabajando en ello. El 80 por ciento de estos pacientes se ven en atención primaria y era fundamental que estuvieran integrados en el proyecto”, concluye.