La crisis climática y la amenaza que supone para la salud humana es uno de los desafíos más “apremiantes” a los que se enfrenta el mundo entero. Así lo recalcó Stella Kyriakides, comisaria de Salud de la UE, durante su intervención en la Cumbre de Chipre sobre la Agenda Verde.
En este sentido, Kyriakides expuso que Europa se está calentando “dos veces más rápido” que el resto del mundo. De hecho, según la última evaluación del riesgo climático publicada por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), el año 2023 fue el más cálido jamás registrado. Asimismo, el informe confirmó su impacto en la población de Europa: uno de cada ocho europeos vive en zonas potencialmente propensas a inundaciones fluviales y alrededor del 30 por ciento de la población del sur de Europa se enfrenta a un estrés hídrico permanente. “Las cifras hablan por sí solas: en 2022, Europa perdió más de 60.000 vidas a causa de devastadoras olas de calor”, agregó.
Por ello, aunque se han llevado a cabo numerosas acciones a través del Pacto Verde Europeo, “brújula que guía nuestro trabajo en este ámbito”, según Kyriakides, se debe continuar. Y, en este contexto, la comisaria de Salud de la UE apuntó que “desarrollar resiliencia climática” es parte de ese proceso. Asimismo, instó a integrar el enfoque ‘One Health’ (una sola salud) en todas las políticas. “Necesitamos identificar los riesgos, mejorar nuestra preparación y afinar las políticas; de lo contrario, pagaremos los costos de los daños más adelante”, aseguró.
Una crisis en aumento
“El cambio climático no hará más que aumentar la exposición de las personas a condiciones climáticas extremas, inundaciones, sequías y escasez de agua, con graves consecuencias para la salud”, señaló Kyriakides.
En este sentido, puso el ejemplo de Chipre, donde conocen “demasiado bien” este problema. “La Universidad de Chipre ha realizado una investigación a través de Horizonte Europa que confirma los graves impactos de las sequías en la salud”, expuso. Y mencionó algunos de los efectos adversos para la salud como consecuencia de la exposición al calor: estrés por calor, deshidratación, trastornos del sueño, hipertensión y estrés mental, especialmente entre la población más vulnerable.
Además, la contaminación del aire causa enfermedades respiratorias como asma y bronquitis, así como problemas cardiovasculares, siendo este el mayor riesgo para la salud ambiental en Europa. Y el aumento de las temperaturas y los cambios en las condiciones ambientales y climáticas se traduce en un incremento de patógenos y enfermedades transmitidas por vectores.
Así, declaró que “ahora es el momento de actuar“. “No tenemos tiempo que perder; por eso, conferencias como esta, al reunir a todos, nos ayudan a crear conciencia sobre un tema que muchos aún no se han dado cuenta y que nos está afectando a todos y cada uno de nosotros”, aseveró. Por tanto, afirmó que la Cumbre supuso la “oportunidad de discutir este nuevo desafío de salud global para unirnos al esfuerzo global“.